EL PANTEÓN DE AGRIPA

H.C. Pavilo


 

 

El Panteón, gloria de Roma, es el más perfecto de entre los monumentos clásicos existentes en Roma. La inscripción que se ve en la cornisa del pórtico, "M. Agrippa L. F. Cos. tertium fecit", se refiere a un templo erigido por Agripa en el año 27 antes de Jesucristo a las divinidades tutelares de la Familia Julia.

Durante mucho tiempo, se creyó que el Panteón, tal como es hoy, era el templo de Agripa; pero esto no es cierto, pues el templo de Agripa fue destruido por un terrible incendio ocurrido en el año 80 después de Jesucristo. Estudios recientes han demostrado que el Panteón es una reconstrucción del tiempo de Adriano. Otras restauraciones fueron realizadas por los emperadores Septimio Severo y Caracalla.

El 16 de marzo del año 609, el papa Bonifacio IV, con el permiso del emperador Focas, transformó el templo pagano en iglesia, dedicándola a Santa María de los Mártires. A esta transformación se debe la conservación del Panteón. Muchos cuerpos de mártires fueron extraídos de las catacumbas para ser sepultados aquí. Artistas y reyes tienen su tumba en el Panteón. Como santuario, en virtud de los tratados de Letrán, asume el oficio de basílica palatina, o mejor dicho, de iglesia nacional de todos los italianos, novedad que aparece por vez primera en la historia del país.

Hace un par de décadas, merced a las importantes obras de reforma llevadas a cabo, que resultaron muy costosas y en las que se emplearon tres años y medio, este insigne monumento ha sido salvado de la ruina.

El pórtico tiene dieciséis columnas monolíticas de granito. En el tambor había un bajorrelieve en bronce que representaba la batalla de los Dioses y de los Gigantes. El techo del pórtico estaba revestido de bronce. El precioso material, de unas 450.000 libras, fue removido por el papa Urbano VIII y utilizado por Gian Lorenzo Bernini para el baldaquino de la Iglesia de San Pedro de El Vaticano y otras obras. En los dos nichos estaban las estatuas de Augusto y Agripa. Las puertas de bronce son originales.

El interior mide 4.340 cm de diámetro y otros tantos de alto. Por la apertura que está en la cúspide entran luz y aire. No existe en todo el mundo un monumento que pueda igualarse al Panteón. La solemne cúpula, con su abertura, nos deja ver el cielo, dándonos la sensación de que desciende en el interior de este templo dejado abierto para que la oración pueda elevarse libremente: todo nos da una impresión de solemnidad, una impresión que ni siquiera el colosal templo de San Pedro puede producirnos.

Su simple regularidad, la belleza de sus partes y el espléndido material dan al interior un carácter sublime. En derredor hay siete hornacinas: en la de enfrente, estaba la estatua de Júpiter vengador, que había castigado a los asesinos de César; en las otras, estaban las estatuas de Marte y Rómulo, de Eneas, de Julio (Ascanio) y de Julio César; otros dioses y héroes estaban en el espacio intermedio. Sólo las espléndidas columnas de amarillo antiguo han quedado en pie para darnos una idea de la magnificencia de los tiempos antiguos.

 


 

 

Nota de La Hornacina: En el año 1965, se inauguró en Sevilla la nueva Basílica de Jesús del Gran Poder, diseñada por los arquitectos sevillanos Alberto Balbotín Orta y Antonio Delgado Roig, y cuyo diseño interior se inspira en las trazas del Panteón de Agripa, de planta circular y cubiertas en forma de media naranja.

 

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