UNA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA MERCED (ALMERÍA)
ANTERIOR A LA DE ENRIQUE PÉREZ COMENDADOR

José Ramón Suárez Ortiz


 

La historia de las hermandades suele escribirse a golpe de tradición; sobre valores intocables e inalterables y, a veces, muy difícilmente refutables. La escasez de documentación contribuye a que lo que se tiene por cierto sea inamovible, y los años, a que lo que se cree sea incuestionable. Pero de vez en cuando quiere la casualidad, el puro azar, que unos ojos se detengan sobre el objeto cien veces contemplado, que se lean las palabras hace años escritas y muchas veces leídas sin que antes nadie haya reparado en lo que escondían; en el maravilloso alcance de su significado aun estando a la vista de todos. Ese ha sido el caso, el motor de este trabajo y el hilo conductor de esta breve, aunque no por ello menos importante, aportación a la historia de la Cofradía del Prendimiento.

Sabemos que los "hombres que sufrieron prisión en la guerra de Liberación, en Rusia y familiares de caídos" (1) de Almería durante la Guerra civil fundan esta corporación el 22 de enero de 1948, y tal y como se puede consultar en diferentes publicaciones, comenzó venerando "el Misterio de la Redención, que representa el Prendimiento de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos (…) En el año 1950, la devoción de gran número de cofrades y la de muchos fieles, aconsejó a la Junta de Gobierno incorporar al patrimonio de la Cofradía, la imagen del Cristo de Medinaceli (…) En el año 1956, fue incorporada la Virgen de la Merced, titular de la Cofradía" (2). Se puede leer así en innumerables sitios cómo nace esta corporación bajo las advocaciones del Prendimiento de Nuestro Señor y Nuestra Señora de la Merced en torno al misterio salido del taller de Jesús de Perceval.

Hasta hoy día, siempre se había aceptado como incontestable el hecho de que la primera imagen de la Virgen de la Merced con la que contó la Hermandad fue la salida del taller del escultor e imaginero extremeño Enrique Pérez Comendador, bendecida el Domingo de Ramos de 1956. Una idea que se ha mantenido inalterable durante estos últimos 50 años y a la que el proceso de ruptura del cual renace la Hermandad a finales de los años 70 no ayudó a reparar, sino que llevó, más bien, a obviar algunas informaciones y algunos datos hasta nuestros días. Tal y como decíamos al comienzo, la historia de las hermandades suele escribirse a golpe de tradición; sobre valores intocables e inalterables y muy difícilmente refutables. Como en este caso. Pero habiéndose cumplido hace poco 50 años de aquel acontecimiento, ha querido el azar que, preparando las notas para otro trabajo, haya salido a la luz un dato involuntariamente omitido durante todos estos años y que viene a remover los cimientos de esas en apariencia sólidas estructuras que creemos que son la que nos parece inamovible historia de nuestras corporaciones.

Hoy sabemos, gracias a la aparición de una nota de prensa, con todo el reparo con que debemos tomar dicha información, que unos años antes, en 1951, la Hermandad ya contaba con una imagen de la Virgen de la Merced, donada por una persona clave en la historia de esta corporación, Manuel Urbina Carrera, entonces Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, cuya vinculación con la Hermandad fue absoluta (no en vano, donó también el misterio salido del taller de Perceval) por lo que llegaría a ser nombrado Hermano Mayor honorario. Como vemos, la imbricación de esta corporación en el entramado político del momento en Almería es total, lo que no dejaba de ser norma común en un tiempo en el que, recordemos, las autoridades aún ordenaban suspender todos los espectáculos públicos del Miércoles Santo al Sábado de Gloria, haciéndose lo propio con el tráfico rodado desde el mediodía del Jueves Santo hasta el toque de Gloria del Sábado. Entonces sólo seis cofradías: la de los Estudiantes, la del Encuentro, la de los empleados de Banca, bolsa y oficinas, la del Silencio, la del Santo Entierro y la de la Soledad, además de los dos Vía+Crucis que también se organizaban con la imagen del Cristo de la Pobreza y el de la Escucha, salían a la calle, viniendo a ampliar esta nómina en la recientemente creada Agrupación de Cofradías la de los Excautivos. Que así era conocida, como sabemos, entonces la Hermandad del Prendimiento.

En 2006 se cumplieron 50 años de la bendición de aquella imagen que gubiara Pérez Comendador; un acontecimiento notable en la vida de esta corporación pero sobre el que cambia la perspectiva a la luz del hecho sobre el que tratamos. Entonces, a las cinco de la tarde del Domingo de Ramos de 1956 con la asistencia de Alfonso Ródenas García, obispo de la Diócesis que fue auxiliado por el párroco de san Sebastián y director espiritual de la corporación José Pardo Medina, el capellán Alfredo Gallego Fábrega y el coadjutor Ramón González de la Torre tuvo lugar la bendición de dicha imagen; y la historia ha querido que siempre se tuviese por cierto que ésta fue la primera con que contó la Hermandad. Pero curiosamente no fue ésta ni la primera ni la última con la que, bajo esta advocación llegase a contar la Hermandad. Que no fue la última por todos es sabido, habida cuenta de lo reciente de algunos acontecimientos como el incendio de 1996 en el que se perdió la de Dubé de Luque y la posterior bendición de la actual imagen, también de Antonio Dubé. Pero que tampoco fuera la primera viene a desmentir cuantas afirmaciones en ese sentido se han venido realizando en los últimos 50 años y, sobre todo, a partir de la reorganización de la Hermandad a finales de los setenta, cuando todo vestigio anterior que se conoce no se cuestiona y se mantiene inalterable con el paso de los años.

Hasta hoy no cabía lugar a dudas; pese a estar la Hermandad fundada en 1948, no cabía otra posibilidad que esperar a 1956 para contar con la primera imagen de la Virgen: la del cacereño Enrique Pérez Comendador. Pero vemos cómo cinco años antes de que se bendijera ésta, la Hermandad ya contaba con otra imagen, aunque, como decimos, hasta la fecha no había sido tenida en cuenta a la hora de establecer la cronología de las imágenes titulares de esta corporación. Lamentablemente pocos son los datos que podemos ofrecer; nos hemos tenido que limitar a construir este trabajo a partir de una única referencia a aquella primera imagen a partir de la reproducción del diario YUGO de fecha 23 de septiembre de 1951, domingo, que, curiosamente, se publicó en el boletín de la propia Hermandad durante la Cuaresma de 1997. El reportaje lo firma Manuel Román y en él repasa someramente los orígenes de la Hermandad hasta llegar a la que califica como "pesadilla", que no es sino "la construcción de un altar de acuerdo con el rango de la Hermandad, en el cual recibieran culto sus imágenes, lo que ha sido posible gracias al esfuerzo realizado por la directiva, que preside el delegado provincial de Excautivos, camarada Juan López González, bien secundado en su tarea por el secretario provincial, camarada Raimundo Quiñonero López, y otros camaradas, que no regatean esfuerzos ni sacrificios" pasando ahora a la ubicación y descripción formal del mismo, que "se levanta al comienzo de la nave izquierda del templo, habiendo sido construido, en parte, con mármoles donados por el Ayuntamiento de Macael y fabricantes del mismo pueblo; y, el resto, por adquisición de la Hermandad". Pero lo realmente curioso del reportaje es la siguiente afirmación: "se instalarán en el mismo tres imágenes: Jesús de Medinaceli en el centro; Nuestra Señora de la Merced, a la derecha, y San Pedro, a la izquierda. Estas dos últimas imágenes han sido donadas, junto al menaje del altar y magníficas arañas de cristal, por el Excmo. Sr. Gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento, camarada Manuel Urbina Carrera, quien desde el primer día de la fundación de la Cofradía viene dándole un gran impulso con su decidida y generosa ayuda moral y material".

La bendición tiene lugar al día siguiente de publicarse el reportaje, el 24 de septiembre, pero repárese en el hecho de que el periodista habla en futuro al afirmar que dichas imágenes "se instalarán", lo que podría inducir a plantear como hipótesis que dicha imagen no sería otra que la de Pérez Comendador tallase unos años más tarde. Mas la duda surge cuando a continuación se afirma que las imágenes ya "han sido donadas". ¿Pudiera darse el caso de que dicha donación se efectuase entonces aunque hasta cinco años después no se ejecutara la obra? ¿O tal vez permaneció expuesta al culto hasta 1956 y la fecha sea sólo la de la bendición? Cuesta creerlo. Por ello albergamos desde ese preciso instante la esperanza de demostrar que la opción de que se tratase de una imagen diferente a la de Pérez Comendador fuese cierta. Lamentablemente, la fotografía que ilustra el reportaje en el diario no ayuda a esclarecer este hecho pues muestra muy vagamente un bulto blanco en lo que se supone que es una imagen de la Virgen con un Niño sobre su brazo izquierdo.

Consultada la iconografía mercedaria, comienza a tomar cuerpo la idea de que, efectivamente, la imagen que aparece a la izquierda del retablo sea una imagen de la Virgen de la Merced. Este hecho confirmaría que la que hasta la fecha se ha tenido por primera imagen de la Hermandad no lo fuera. Es decir, que la Hermandad Sacramental del Prendimiento a lo largo de su historia no hubiese contado con tres imágenes de la Virgen sino con cuatro. No obstante, para confirmar esta hipótesis y refutar la tesis de los que sostienen que aquella imagen citada en 1951 ya fuera la de Pérez Comendador, basta la consulta al catálogo de obras del artista extremeño en el que figura como año de ejecución de su imagen 1954. Descartada pues toda posibilidad de que la imagen de la que se habla en 1951 sea la de Pérez Comendador (no sólo por no estar bendecida aún sino por ni siquiera estar realizada) sólo nos queda intentar aportar la mayor cantidad de datos posible que contribuyan a facilitar futuros y deseables hallazgos.

¿Quién ejecutó entonces la imagen de 1951? Por desgracia desconocemos los datos referentes a la autoría y procedencia de dicha imagen; las conjeturas en este sentido son numerosas y sólo futuros y deseables descubrimientos podrán arrojar algo de luz a este asunto. Los únicos documentos gráficos que hasta la fecha pudimos consultar eran dos imágenes diferentes de la misma fotografía; una, la que acompaña el reportaje aparecido en YUGO que sirve de base a este trabajo y que ya hemos citado y, la otra la que aparece en el libro Nuestro pasado en imágenes editado por la Agrupación de Cofradías en 1998 que, como decimos, es la misma aunque mucho más nítida. En ella, se confirma que el bulto blanco que aparece en la imagen del diario YUGO corresponde a una imagen de la Virgen de la Merced que se presenta erguida, con la cabeza levemente inclinada hacia la derecha y con el Niño en el brazo izquierdo. Esta letífica manera de representarla contrasta con lo afectado de los siguientes modelos iconográficos con que contaría la Hermandad en el futuro: tres dolorosas de afectadas facciones. Así pues es lógico pensar que la devoción en torno a la Virgen de la Merced que nace en San Sebastián lo hace en torno a una imagen de gloria y no de penitencia como hasta la fecha se ha venido sosteniendo.

Que aquella imagen no fue la primera, es cierto que cambia pocas cosas, pero aporta una valiosa información a la hora de trazar el panorama devocional de la Hermandad. No se trata de un hallazgo que venga a despejar incógnitas sino que, por el contrario, viene a suscitarlas. Así pues sólo nos queda esperar que a la luz de futuras investigaciones se esclarezca este aspecto y pueda datarse de manera fiel el proceso evolutivo y artístico de la devoción a la Virgen de la Merced en el seno de esta corporación. Mientras tanto, sirva este trabajo para abrir una puerta que esperemos algún día pueda cerrarse satisfactoriamente.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Almería. Semana Santa 1960. Agrupación de Cofradías. Pág. 10.

(2) Ilustre Cofradía del Prendimiento y Ntra. Sra. de la Merced. Semana Santa 1980. Agrupación de Cofradías de Almería. Págs. 37 y 38.

 

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