El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), ha llevado a cabo la intervención en la imagen del Cristo de Ánimas de Ciegos, perteneciente a la Hermandad Sacramental y Reales Cofradías Fusionadas de Málaga.
El proyecto de investigación y conservación-restauración se ha desarrollado en dos fases al constatarse la posibilidad de recuperar la policromía más antigua de la imagen, cuya calidad técnica y estética ha permitido obtener de la obra sus máximos valores histórico-artísticos, estéticos y culturales.
Este importante hallazgo motivó que se plantease una primera fase de intervención, realizada con anterioridad a la Semana Santa del año 2006, que recobró el aspecto de la obra anterior a su restauración de 1968 teniendo en cuenta su salida procesional. Y otra segunda fase, iniciada después de la Semana Santa del pasado año, que ha recuperado la policromía más antigua.
La imagen, con unas dimensiones de 160 x 183,5 x 46 cm, está ejecutada en madera tallada y policromada y representa a un Crucificado muerto. Desde 1960 el investigador Andrés Llordén vincula esta imagen con el contrato realizado entre la cofradía de Ánimas de Ciegos y el escultor Pedro de Zayas en 1649.
Por ello se ha considerado que fue concebida como imagen devocional para ser ubicada en una capilla del antiguo convento de religiosos franciscanos de Málaga, antigua sede de la citada cofradía. Ha sido objeto de diversas restauraciones y modificaciones estando documentadas cinco restauraciones realizadas todas ellas durante el siglo XX, en concreto en 1913, 1931, 1939, 1952 y 1968.
La valoración histórico-artística del Cristo de Ánimas de Ciegos, realizada durante el proyecto de conservación-restauración en el IAPH, ha supuesto la revisión de esta obra de arte, permitiendo estudiar nuevas hipótesis en relación con su historia material que abren nuevas líneas de investigación respecto a esta imagen. El Director General de Bienes Culturales, Jesús Romero, ha señalado que es probable que su autor no fuese Pedro de Zayas ni que se hiciese a mediados del siglo XVII, sino a finales del XVI, hacia 1580-1590.
Entre sus argumentos están que la policromía del Cristo es de pulimento y tonalidad marfileña, como corresponde al estilo manierista del siglo XVI, y que se trata de una imagen de mayor calidad y de un autor desconocido y mejor que Pedro de Zayas. Asimismo, Romero ha afirmado que en 1649, año en que se dice que se hizo el Cristo, no se ejecutaba ya ese tipo de talla ni se utilizaba esa clase de policromía tan clara.
En relación con la primera fase de la intervención de conservación efectuada en la imagen, se llevaron a cabo en primer lugar los estudios previos: estudio radiológico, examen de la obra con iluminación ultravioleta, estudio de la superficie policroma con lupa binocular y estudio de correspondencia de capas policromas, constatando la presencia de varias capas de policromía en toda la imagen. Además se hicieron los estudios de caracterización de materiales constitutivos de la obra: identificación de la madera, pigmentos, estratigrafías, etcétera.
Como alteraciones principales se podían destacar la existencia de algunas fisuras y grietas con recorrido errático en la madera, coincidiendo la mayoría de ellas con líneas de unión de piezas y ensambles. Por otro lado la superficie policroma, fruto de la última restauración realizada en 1968, se encontraba alterada cromáticamente impidiendo una adecuada lectura estética de la imagen.
Sirviéndose del resultado del estudio de correspondencia de capas policromas, se ha podido establecer la diferenciación entre las diversas intervenciones de repolicromado que había sufrido la imagen del Cristo durante su historia material. Por esto se decidió eliminar la última intervención, ya arriba citada que data del año 1968, para recuperar el aspecto de la imagen fruto de la restauración realizada en 1949. Durante este proceso los técnicos del proyecto comprobaron la viabilidad de realizar una intervención más profunda para rescatar el estrato policromo más antiguo de la talla.
Se retiraron las intervenciones anteriores y, posteriormente, se procedió al estucado y al enrasado de las lagunas existentes en la policromía, pasando a reintegrarlas cromáticamente mediante una técnica de carácter reversible y con criterio de diferenciación. Finalmente se realizó la protección integral de la venerada imagen del Cristo de Ánimas de Ciegos mediante la aplicación de un barniz protector.
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