LA AUTORÍA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Jesús Abades


 

 

Pese a la enorme devoción que suscita esta imagen mariana, y los ríos de tinta que se han escrito sobre su origen e historia, su autor y, en cierta medida, su cronología siguen siendo actualmente un misterio. Es por ello que la intención del presente artículo sea arrojar un poco de luz sobre este asunto a través de las diversas teorías que circulan en torno a la venerada talla almonteña.

Según José Alonso Morgado, autor de la primera descripción de la imagen dotada de rigor artístico (1882), se trata de una obra del siglo XIII que, a principios del siglo XV, sufrió una importante restauración que le imprimió su carácter goticista. Posteriormente, a mediados del siglo XVII sufrió otra modificación para vestirla con ricos brocados al gusto de la época, dejando oculta y mutilada la efigie (1). La misma opinión tiene el estudioso José María Vázquez Soto, aunque cambiando al siglo XVIII la época en que la imagen vio alterada su estructura para ser vestida a la moda de los Austrias (2).

Para el pintor Santiago Martínez, quien realizó otra escrupulosa descripción de la talla en el año 1949, ésta se conserva muy bien de cintura para abajo, no así el resto que está mutilado para adaptarle las ropas, la ráfaga y el Niño, tal y como ocurrió también con otras imágenes del entorno, caso de Santa María de Morañina, procedente de Bollullos Par del Condado (Huelva) y hoy día titular del sevillano templo de Nuestra Señora de Consolación (Los Terceros); la Virgen del Castillo, de Lebrija (Sevilla); la Virgen de Consolación, de Utrera (Sevilla), o la Virgen de Gracia, de Carmona (Sevilla). Según Martínez, es una imagen calzada, pues a sus pies le asoman unos chapines pintados de color rojo. No parece que el rostro haya sufrido importantes modificaciones y la encarnadura, aunque retocada, conserva lo esencial de la obra antigua (3).

 

 

En opinión de una reciente corriente de investigación, la imagen se relaciona con las obras tardogóticas de Jorge Fernández Alemán, fechables hacia finales del siglo XV o principios del XVI, y la comparan estilísticamente con obras como la Virgen del Amparo de la Iglesia de La Magdalena (Sevilla) -aunque cada vez parece más clara su vinculación a las gubias del flamenco Roque Balduque (hacia 1555)-, la Virgen del Pino de Teror (Canarias), la antigua efigie de Santa María del Alcor o incluso varias imágenes marianas que presiden el retablo mayor de la Catedral de Sevilla. El Niño Jesús sería una obra realizada en la restauración barroca.

Por su parte, los historiadores onubenses González Gómez y Carrasco Terriza, éste último autor del diseño iconográfico del nuevo retablo del santuario, comentan de la imagen lo siguiente:

 

- La estatura de la talla original de bulto redondo es 1 metro. Cuando fue vestida empezó a ganar en altura hasta alcanzar los actuales 156 cm.

- Es una escultura de procedencia francesa.

- Respecto a fechas, la imagen es datable entre los años 1280 y 1335.

- En la espalda de la imagen encontramos una leyenda que reza lo siguiente: "Nuestra Señora de los Remedios". Ello hace referencia a la advocación que recibió desde su origen en el siglo XIII hasta su hallazgo en el siglo XV, momento en que empezó a venerarse como Santa María de las Rocinas. Ello fue así hasta que su fiesta se fijó en la Pascua del Espíritu Santo y comenzó a recibir culto como Nuestra Señora del Rocío.

- Empezó a vestirse a finales del siglo XVI o principios del XVII, tal y como lo confirma un grabado de la Virgen que data del año 1605.

- De la época en que fue reformada para vestirla datan las manos, el Niño y la peculiar caída de ojos de la Virgen (a diferencia de la frontalidad que tenía su mirada anteriormente), el resto es original de la primitiva escultura gótica (4).

 

 

En opinión del historiador sevillano Jesús López Alfonso, la imagen pertenece a la segunda mitad del XIII, es decir, al Reinado de Alfonso X, que tiene particular importancia en la provincia de Huelva por la Reconquista del Reino de Niebla. Según su parecer: "La mayoría de las Patronas e imágenes antiguas que reciben culto en Andalucía Occidental pertenecen a este periodo, ya que es Alfonso X el que realmente se ocupa de la repoblación de Andalucía, puesto que Fernando III muere muy poco después de la Reconquista".

Para López Alfonso, "se ha puesto además esta imagen en relación con el autor del grupo de Santa Ana y la Virgen de la parroquia de Santa Ana de Sevilla, aunque, debido a las alteraciones que presenta la Virgen del Rocío es difícil establecer paralelismos con imágenes que aún conservan su aspecto original. La fecha aproximada de la adaptación para ser vestida pienso que podría ser a fines del XVI, ya que existe constancia de que en otras imágenes se produce esto, como en el caso de la Virgen del Valle de Écija (Sevilla), o en el de la Virgen de la Hiniesta en Sevilla. Lo que sí es cierto es el aire que tiene con la primitiva Patrona de El Viso del Alcor (Sevilla), sobre todo en la nariz y en la boca, así como en sus facciones aplanadas".

Otra teoría sobre el origen y autoría de la Virgen del Rocío nos la ofrece el investigador Juan Infante-Galán, quien la relaciona con la imagen de Santa Ana que se venera en el templo homónimo del barrio sevillano de Triana, no sólo porque considera que existen semejanzas entre ambas figuras, sino basándose también en la circunstancia de que Alfonso X ordenó levantar la primitiva ermita entre los años 1270 y 1284, fecha en la que se edificaba en Triana dicho templo. Como vemos, se enlaza con la tesis anterior (5).

 

 

Por nuestra parte, consideramos las teorías de González Gómez y Terriza como las más acertadas y a ellas nos adscribimos, no obstante, con las siguientes puntualizaciones:

 

- La imagen actual es una escultura de escuela francesa o centroeuropea en su origen, realizada en talla completa y en la que se empleó madera de abedul, lo que la conecta, tanto por caracteres como por procedencia, con varias tallas medievales de origen fernandino y destino sevillano, caso de la Virgen de los Reyes, Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, la Virgen de Valme, venerada en Dos Hermanas, o la Virgen de las Aguas.

- La imagen original se encuentra mutilada y cercenada de cintura para arriba, tal y como demostraron los estudios de Morgado y Martínez, y es muy probable que se haya visto suplementada con el armazón de madera en las fechas que fue adaptada para vestirla, desplazándose de sitio algunos de los elementos originales o bien siendo reemplazados por otros, de ahí que lo que sea visible, por llamarlo de algún modo, sea una especie de urna del bulto redondo original. Ello explicaría también el aumento de altura que ha sufrido la obra: de 1 metro se pasó a 1,40 m más los 16 cm de peana.

- No compartimos la adjudicación del Niño al siglo XVI, y en este punto nos adscribimos a la opinión del estudioso José María Fernández, quien lo cataloga en los comedios del XVIII, presentando gran parecido con varias cabezas de ángeles del grupo escultórico de San Cayetano que se venera en la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla.

- En todo caso, queremos hacer mención de una imagen que guarda gran conexión con la almonteña hasta el punto de que, en lo que concierne al rostro, podemos hablar de una versión pasionista de la talla rociera. Se trata de la Dolorosa que recibe culto en el altar mayor de la Parroquia de San Miguel, en Cumbres Mayores (Huelva). La obra, de talla completa y tamaño inferior al natural, se ha fechado en el primer cuarto del siglo XVI (6) y hay quien hasta concreta el año 1521 como fecha de ejecución, fechas en que la imagen almonteña pudo ser restaurada o incluso ejecutada, si hacemos caso a la teoría que la relaciona con Fernández Alemán y la sitúa en torno al año 1500.

 

 

Por último, mencionar los comentarios del historiador sevillano José Hernández Díaz, quien la considera una talla de finales del siglo XV y que, como muchos otros estudiosos e interesados por el tema, se quejó en su momento de no poder tener acceso a la efigie para un estudio morfológico adecuado que pudiera aportar más detalles sobre su autoría (7), debido al exceso de celo de la hermandad que la custodia.

Dicha postura ha sido suscrita recientemente por López Alfonso en los siguientes términos: "Para la comunidad científica es muy importante el conocimiento directo de una obra de arte en todas sus dimensiones. Si nos ponemos a prohibir que se estudien las imágenes en toda su integridad apaga y vámonos".

 


 

BIBLIOGRAFÍA

(1) MORGADO Y ALONSO, José Alonso. "La imagen de la Virgen del Rocío venerada en su santuario del término de Almonte", en Sevilla Mariana, Tomo III, Sevilla, 1882, pp. 50-51.

(2) VÁZQUEZ SOTO, José María. "La Virgen del Rocío", en El Correo de Andalucía, Sevilla, 16-05-97, p. 40.

(3) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, Huelva, 1981, p. 295.

(4) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Catálogo Monumental de la Provincia de Huelva, volumen I, Huelva, 1999, pp. 70-71.

(5) INFANTE GALÁN, Juan. "Notas para la Historia de la Devoción a la Santísima Virgen del Rocío", en Rocío, nº 1, Huelva, 1957.

(6) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, op.cit., p. 255.

(7) HERNÁNDEZ DÍAZ, José. "Iconografía medieval de la Madre de Dios en el antiguo Reino de Sevilla", separata de la revista Miriam, Sevilla, 1980, p. 9.

 

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