UN SAN JUAN BAUTISTA DE LA CATEDRAL DE BADAJOZ, OBRA PROBABLE DEL ESCULTOR ALFONSO MARTÍNEZ. EL DESCONOCIDO RETABLO MAYOR DONADO POR EL OBISPO JUAN MARÍN DE RODEZNO. |
Pedro Castellanos (24/06/2020)
San Juan Bautista, Museo Catedralicio de Badajoz (entre 1664-1671) |
El escultor Alonso o Alfonso Martín o Martínez, nació en 1612 en la localidad de Villaeles de Valdavia (Palencia), dato descubierto por Francisco Espinosa de los Monteros y Marisa Franco Herrero (1) trasladándose posteriormente a Cádiz y más tarde a Sevilla. En Jerez de la Frontera trabajó en el taller de un afamado escultor llamado Jacinto Pimentel y en 1650 ya se encontraba en Sevilla. De su poca obra documentada, entre otras, se encuentra el Cristo de las Tres Caídas de la parroquia de San Isidoro de Sevilla, realizado en 1668 (2). Al parecer fue discípulo de Alfonso Martínez el genial Francisco Antonio Ruiz Gijón. Fátima Halcón, en su interesante trabajo publicado en 2007 (3), atribuye a Alfonso Martínez las tres esculturas de san Pedro, san Pablo y a la Inmaculada Concepción, hoy muy repintadas, del retablo de la capilla del Sagrario de la Catedral de Badajoz y que aparecen en el inventario tras la muerte del escultor, fechado el 3 de enero de 1669. Yo ya sospechaba desde hacía mucho tiempo que no eran obras de Blas de Escobar, que era tallista, y no escultor de obras de bulto exentas, al menos conocidas. Ya sabemos que para esto se recurrió a los geniales Pedro Roldán y José de Arce.
Fátima cita también que estas obras debieron ser de las últimas que realizó el artista antes de su muerte en Sevilla, el 26 de diciembre de 1668, siendo enterrado en la iglesia de San Martín. La autora desconocía que el titular de la catedral y que presidía este retablo se conserva todavía afortunadamente. Hoy se encuentra en el Museo Catedralicio de Badajoz. Es una obra bastante segura de Alfonso Martínez, pues guarda analogías con las otras que todavía se conservan en la catedral pacense. Esa forma de tallar los mechones del pelo es muy similar a la de san Pablo y el Padre Eterno del mismo retablo. También recuerdan a los del Cristo de las Tres Caídas de Sevilla, obra como hemos visto, documentada de Alfonso Martínez en 1668. La imagen de san Juan Bautista se encuentra en buen estado de conservación general, quizá con repintes, con algunas grietas en el hombro derecho y dedos de la mano izquierda. Seguramente sirvió de modelo a la que llegó en 1717 desde Madrid, obra atribuible con bastante certeza al escultor asturiano Juan Alonso Villabrille y Ron. |
Retablo mayor de la antigua colegiata de Zafra |
El retablo de Blas de Escobar para el altar mayor de la Catedral de Badajoz, hoy en la capilla del Sagrario Blas de Escobar, al que se le atribuye su nacimiento en Sevilla, dato todavía no comprobado, quizá en Salamanca, era hijo de Antonio de Escobar y María Martínez. Estuvo casado con Francisca de Valdivia, con la que no tuvo hijos, al menos no le sobrevivió ninguno. Ensamblador de profesión, en otros documentos se le describe como maestro arquitecto, otorgó testamento en Zafra (Badajoz) el 15 de julio de 1670, firmando como testigo su probable discípulo, Alonso Rodríguez Lucas. Dos días más tarde era enterrado en el convento de Santa Marina de esta localidad, acompañado del cabildo y las comunidades de los dominicos y franciscanos. Sus obras más conocidas son el retablo mayor que realizó para la parroquia de la Merced de Cádiz, cuyas esculturas (el Padre Eterno, la Fe, la Esperanza, san Lorenzo, santa Catalina, san Antonio Abad y la Magdalena), son obra del escultor José de Arce y realizadas en 1650. También ejecutó el retablo mayor del convento de Santa Ana de Montilla (Córdoba) en 1652, cuyas imágenes exentas son obra del célebre Pedro Roldán. Blas de Escobar se mueve por varias zonas de España, entre ellas Extremadura, en concreto en la villa de Zafra, donde se establece definitivamente. Todavía existe la que fue su vivienda en la actual calle Fuente Grande. Su primera obra documentada en Extremadura es el magnífico retablo de la colegiata de la Candelaria de Zafra, realizado entre 1656 y 1683 y que no pudo ver terminado. El Cristo crucificado del ático fue obra del escultor José de Arce. Las figuras del retablo de Zafra son muy similares a las de Badajoz, en especial las de san Pedro y san Pablo. En 1663 aparece como "maestro arquitecto mayor de obras de su Alteza el señor don Juan de Austria", mencionando a su madre, ya viuda y vecina de la ciudad de Salamanca, donde murió el 10 de febrero de 1663 y le dejó por su heredero en su testamento. También para Zafra labró el retablo de Ntra. Sra. del Carmen, en el lado del evangelio, que le encargó Francisco Mateos Moreno, cuyo segundo cuerpo estaba terminado, pero sin colocar en julio de 1670. Personalmente le atribuyo un pequeño retablo para el altar mayor de la ermita del Cristo de las Misericordias de la localidad pacense de Almendral, labrado posteriormente al 20 de agosto de 1659. En el ático, figura un altorrelieve del Padre Eterno, que también atribuí a su colega Pedro Roldán (4). El 8 de febrero de 1664 firmaba un contrato para realizar un retablo a Diego García, mayordomo de la Cofradía de la Cruz de Valencia del Ventoso (Badajoz), que sería colocado en su iglesia parroquial, "que ha de ser de madera de pino de Castilla, según el dibujo que está hecho en pergamino, para el día de san Miguel de septiembre que viene, que ha de estar acabado en blanco [sin dorar] con toda perfección, puesto en el altar de dicha capilla". El 20 de septiembre de 1664 se firmaban las condiciones del retablo mayor de la Catedral de Badajoz, que se adaptaría al ábside primitivo, que era de tres lados. La obra comenzaría el 30 de septiembre, día de san Andrés, y se finalizaría el mismo día dentro de dos años. El importe fue algo elevado para un retablo más bien pequeño: 6.000 ducados (66.000 reales de vellón). Como solía incluirse en las condiciones, "se haría a vista y satisfacción de maestros del arte". El retablo se haría en blanco (sin dorar), la primera paga de dos mil ducados, la segunda de otros dos mil ducados, a mitad de la obra, ya asentado el primer cuerpo del retablo, y la tercera con los dos mil ducados restantes. Llevaría doce columnas "entorchadas en arpón", todo en madera de pino de Castilla "buena, seca y de satisfacción", con diez imágenes de bulto. Estas se harían en madera de cedro. En el remate llevaría al Padre Eterno "con un Santo Cristo en las manos" (actualmente lleva la bola del mundo). A los lados del sagrario figurarían las imágenes de santa Teresa de Jesús (ya no se conserva) y san Atón, obispo de Pistoya, supuestamente natural de Badajoz (que tampoco se conserva). En el centro del primer cuerpo a san Juan Bautista, patrón de la catedral y de la diócesis, conservado hoy en el Museo Catedralicio. A los lados de este último se colocarían a san Jerónimo y a san Pedro Nolasco que, o bien no se conservan o no llegaron a realizarse, pues no hay espacio para ellas. En el segundo cuerpo y nicho central a la Inmaculada Concepción. A cada lado de esta, los apóstoles Pedro y Pablo, tal y como hoy se encuentran. Hasta no hace mucho tiempo, en la hornacina central se encontraba la imagen peregrina de la Virgen de Fátima, hoy en su propia capilla junto a la puerta del Cordero. A cada lado del sagrario figuran dos tallas modernas de san José con el Niño y san Antonio de Padua con el Niño en brazos. Una vez acabado el retablo, el 15 de noviembre de 1666, el entonces obispo de Badajoz fray Jerónimo Rodríguez de Valderas, vicario general del Ejército de Extremadura, nos recordaba los motivos del encargo:
El 11 de agosto de 1671, el entonces obispo de Badajoz, fray Francisco de Rois Gamis y Mendoza, junto con otros administradores de la fábrica de la Catedral pedían ante la justica real una requisitoria sobre el expolio que quedó por muerte de fray Jerónimo Rodríguez de Valderas, obispo que fue de Jaén y que anteriormente lo fue de Badajoz, "sobre la satisfacción de 70.000 reales que le donó para estofar, dorar y acabar un retablo que a esta Santa Iglesia dio dicho obispo". Probablemente se trata del mismo retablo que Blas de Escobar realizó para el altar mayor de la Catedral de Badajoz, hoy en la capilla del Sagrario. El 21 de agosto de 1677 se firma el contrato para dorar y estofar el mencionado retablo mayor, siendo los autores los maestros doradores sevillanos Cristóbal Rubio y Juan Basilio Piras. También fueron doradas y estofadas las figuras de este, "conforme a las reglas del arte, a satisfacción del cabildo y maestros que lo entiendan", siendo por parte del cabildo la madera para los andamios. El dorado costó 35.000 reales, pagándose al contado 11.666 reales y 22 maravedíes, otra tercera parte una vez dorado y estofado el primer cuerpo y el resto una vez terminado totalmente. |
Retablo de Blas de Escobar |
El segundo retablo del altar mayor, desconocido hasta ahora, ya comenzado en 1701 En este año de 1701 se cita que el entonces obispo de Badajoz, Juan Marín de Rodezno (1681-1706), había donado un retablo nuevo para el altar mayor. No sabemos quién o quiénes lo hicieron y por qué no se llegó a terminar. Por aquellos años ya realizaban trabajos importantes en la entonces provincia de Extremadura los escultores locales Miguel Sánchez Taramas y Cristóbal Jiménez Morgado, además del afamado entallador portugués Francisco Machado (5). El dato aparece en un documento donde se mencionan las obras realizadas y donadas para la catedral pacense por el mencionando obispo Juan Marín de Rodezno:
Ese dinero era también para terminar las obras, aunque nunca se pudo, de las Casas Coloradas de la llamada plaza Pública, hoy plaza Alta o de Marín de Rodezno. Este generoso obispo costeó numerosas obras en la catedral, como la capilla mayor; el presbiterio; la sacristía principal con su cajonera de nogal; la capilla de la Magdalena del lado del evangelio, donde estaba su sepulcro, con su sacristía; la capilla del Cristo del Claustro, con su bóveda debajo para más de 100 nichos; las dos salas capitulares (alta y baja); un osario; varios graneros; los cuartos para los sacristanes con bóveda y otras oficinas; todo el enlosado del cuerpo de la iglesia, sacristías y coro; todas las rejas doradas (sic) de las tribunas del presbiterio, las de la capilla mayor, el coro, la crujía y puertas del panticón; el palio de tela blanca con 8 varas de plata para la procesión del Corpus; los canceles de las tres puertas del templo. También donó la imagen de san Juan Bautista de mármol de la portada principal, llamada del Perdón. El actual retablo mayor es obra del tallista Ginés López y fue realizado en Madrid entre 1715 y 1717. Todo el conjunto de talla y pinturas que cubren el presbiterio resulta extraordinario, a pesar de la estrechez y verticalidad. De una decoración exuberante, "churrigueresca", con abundante hojarasca, el empleo de distintos tipos de columnas y colores resalta algunas partes especialmente en el fondo. También le aporta gran personalidad el saliente del baldaquino. En él trabajaron el mencionado Ginés López, los escultores Alonso Villabrille y Ron (atribuida), Pedro Duque Cornejo (atribuida), los pacenses Miguel Sánchez Taramas, Francisco Ruiz Amador (figuras secundarias), Cristóbal Jiménez Morgado (escudos obispales) y el pintor sevillano Alonso García Mures. Habría que añadir a los oficiales y aprendices de cada uno de ellos. A pesar de su gran calidad, no procesiona ninguna de las dos tallas de san Juan Bautista de la capital pacense, algo que no entendemos muchos ciudadanos ni foráneos. |
Portada principal de la catedral
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Plaza Alta
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Notas (1) Boletín de las cofradías de Sevilla, Nº 553. Año 2005. Págs. 192-194. (2) GARCÍA DE LA CONCHA DELGADO, Federico. Inventario de bienes del imaginero Alfonso Martínez (1669). Boletín de las Cofradías de Sevilla. Nº 457. Año 1997. Págs. 63-68. (3) http://institucional.us.es/revistas/arte/20/07%20Halcon.pdf (4) http://www.lahornacina.com/articulosbadajoz2.htm (5) https://www.lahornacina.com/articulosbadajoz7.htm |
Retablo mayor |
San Juan Bautista (1717)
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