UNA POSIBLE OBRA DE LOS ESCULTORES MIGUEL SÁNCHEZ TARAMAS Y FRANCISCO RUIZ AMADOR EN TORRE DE MIGUEL SESMERO (BADAJOZ)

Se trata del actual retablo mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria de la pequeña localidad pacense de Torre de Miguel Sesmero, antes llamada La Torre del Almendral, por su cercanía a Almendral, que es de poco más de dos kilómetros.

En los libros de cuentas de fábrica de esta parroquia de la Candelaria, entre los años 1713-15, se cita un pago de 2.400 reales mandado por el entonces obispo de Badajoz Francisco Valero y Losa (lo fue entre 1707 y 1715) luego arzobispo de Toledo, para pagar una parte "del retablo de madera que se está fabricando para el altar mayor de dicha iglesia". Quizá el obispo lo donase al completo o parte de él, como hizo con el mayor catedralicio actual. No se cita al autor o autores, que pudieron ser Miguel Sánchez Taramas o Francisco Ruiz Amador, o ambos, maestro y discípulo.

Recordemos que Sánchez Taramas realizó en septiembre de 1713 la nueva talla de Nuestra Señora de Bótova (hoy Bótoa), copatrona de Badajoz, y participó en el monumento para el Santísimo Sacramento de la catedral de Badajoz entre 1715 y 1716 (1). Otro dato importante es que Sánchez Taramas fue coautor del retablo mayor de la parroquia de San Pedro de Almendral entre 1702 y 1703. Lo hizo junto a un casi desconocido escultor sevillano llamado Florencio Enríquez (2). No puedo asegurar que Florencio interviniese en el de Torre de Miguel Sesmero, pues vivía todavía en 1705, pero no sé si hasta 1715.

La pista definitiva nos la dan las mismas cuentas de la Candelaria, pues se cita que en 1715 ya estaba terminado de tallar en la ciudad de Badajoz este retablo de Torre de Miguel Sesmero. Aparece un pago de 62 reales al carpintero Manuel Mateo, por los días en que se ocupó de quitar el retablo que había para poner el tabernáculo nuevo, cortar madera, aserrarla y hacer una puerta del altar. Por la conducción del nuevo tabernáculo desde Badajoz se pagaron 132 reales y medio, más media arroba de vino que se les dieron a las personas que lo trajeron. También se pagaron 45 reales a los tres carpinteros que estuvieron allí seis días para montarlo; 17 reales a un individuo y tres cabalgaduras para llevar a Badajoz a los tres anónimos carpinteros. Por asentar el retablo se pagaron 64 reales más.

Resultan muy curiosos todos estos detalles, que nos relatan cómo se trabajaba en aquella época para una obra de este tipo. La persona que escribió estos datos desconocería al autor o autores del retablo y por eso no los citó, solo sabría que venía de Badajoz. Sin embargo, sí está documentada la intervención de Francisco Ruiz Amador pocos años después (1719-20):

"Frontalera. Ítem 176 reales y 8 maravedíes que ha pagado a buena cuenta a Francisco Ruiz Amador, vecino de Badajoz y escultor, por la frontalera para el altar mayor, la que tiene ajustada en 340 con la obligación de dorarla".

En 1718 se pagaron a Francisco Vázquez, maestro dorador y vecino de Badajoz, 300 reales por dorar el sagrario del tabernáculo. Entre 1720-22 se pagaron al pintor y dorador Manuel Antonio 484 reales por diversas obras:

"Pintor y dorador. Ítem da en data 484 reales que pagó a Manuel Antonio, maestro pintor y dorador, por la manufactura de pintar el rodapié del altar mayor y las gradas, pintar la capilla bautismal con su barandilla, dorar la frontalera del altar mayor, una sacra, un lavabo y evangelio del altar mayor y otras menudencias".

El mismo Manuel Antonio doró la frontalera del comulgatorio entre 1729-31:

"Doradura frontalera. Ítem 100 reales que pagó por la doradura de la frontalera del comulgatorio, consta de recibo de Manuel Antonio, pintor de Badajoz".

Manuel Antonio seguramente era el segoviano Manuel Antonio Álvarez de Estrada, futuro padre de los pintores badajocenses Juan y Eusebio de Estrada González.

Para completar la iconografía de este retablo, restaurado hace pocos años, que contiene a la patrona de la localidad y a un Ecce Homo en el segundo cuerpo, se recurre a la figura de otro escultor extremeño. En este caso a Alonso de Mures, hijo homónimo del pintor sevillano como figura en las cuentas (1732):

"Santos nuevos. Ítem 1.040 reales [de] vellón que pagó a don Alonso de Mures, vecino de Badajoz, por el señor san Joseph y san Francisco Xavier que mandó hacer para dicho tabernáculo en que se incluyen su encarnación y estofado".

Para las dos peanas de los santos se pagaron 150 reales, incluido su dorado, aunque no figura el autor, que debió ser el propio Alonso de Mures. Estos dos santos, de menor tamaño que el natural, beben del estilo de Francisco Ruiz Amador, con quien se debió formar, hasta tal punto que podrían pasar por obras "ruizamadorescas".

Como podemos comprobar, este retablo de dos cuerpos más ático, no posee ningún estípite, solo columnas salomónicas con hojarasca, por lo que parece quedar demostrado que es anterior (1713-15) al retablo mayor catedralicio (1715-17), que sí los posee. Estos estípites los usaron inmediatamente después casi todos los escultores pacenses y los del resto de la provincia. Era una novedad que se introdujo en la Baja Extremadura en este retablo mayor catedralicio por el escultor y tallista Ginés López, procedente de Madrid.

Notas

(1) https://www.lahornacina.com/articulosbadajoz3.htm

(2) https://www.lahornacina.com/articulosbadajoz8.htm

Fuentes

Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz.