FRANCISCO MACHADO, UN ESCULTOR PORTUGUÉS EN BADAJOZ
Pedro Castellanos (23/11/2018)
Retablo de Nuestra Señora del Ángel Francisco Machado |
Introducción Era uno de los entalladores más importantes del barroco portugués. En este artículo voy a publicar de forma inédita los datos biográficos que faltaban de él, como el lugar y fecha exacta de su nacimiento, el nombre de sus padres, lugar y fecha de su matrimonio, su testamento, el nombre de su discípulo, la fecha, lugar de su fallecimiento y entierro. Hay que destacar que fue un escultor con gran movilidad geográfica, pues trabajó en varias localidades portuguesas como Évora, Montemor-o-Novo, Villa Viciosa y quizás en Campomayor u Olivenza, hasta acabar en sus últimos años en España, en concreto en Badajoz. Esta ciudad fue un importante centro artístico en el siglo XVIII y capital de la entonces provincia de Extremadura. Badajoz es sede del arzobispado y aparte de la catedral, cuyas obras suelen durar siglos, tenía numerosos conventos y ermitas extramuros. Las continuas guerras hacían que tanto la capital como los pueblos cercanos tuviesen que renovar sus templos cada cierto tiempo.
Biografía Francisco Machado nació en la freguesía de Santo Antão do Tojal (también llamada Santo Antonio do Tojal), una pedanía perteneciente al concejo de Loures, en el área metropolitana de Lisboa, situada al norte de la ciudad. No nació en la propia Lisboa como cita el escultor en algunos documentos, quizá para darse más importancia. Fue bautizado el 19 de enero de 1659 en la iglesia parroquial de Santo Antão de esta localidad. Era hijo de Bartolomé Machado y María Duarte, vecinos de la calle de Emxairo de Santo Antão do Tojal. Estos se habían casado en la parroquia de esta localidad el 4 de marzo de 1647. Francisco Machado se casó a los treinta años de edad el 12 de diciembre de 1681 en la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Expectación de la localidad portuguesa de Campomayor, frontera con Badajoz, con Beatris dos Anjos (Beatriz de los Ángeles). Ella era hija de Antonio Gonzálves y María Vaz. Francisco Machado otorgó testamento en Badajoz el 9 de marzo de 1714. En él pedía ser amortajado en hábito de san Francisco (que debía de darle la Cofradía de San Lorenzo) y enterrado en la iglesia de Santa María del Castillo, antigua Catedral de Badajoz. Era hermano de las cofradías pacenses de san Lorenzo, san José y Santa Cruz (Vera Cruz). Declaraba estar casado con la mencionada Beatriz de los Ángeles, "que hoy vive en el reino de Portugal, en la villa de Campomayor, con quien no tengo hecho vida maridable desde hace treinta años". Da a entender que no tenía relación marital con su mujer desde casi cuatro años después de casarse y cita que no tuvieron hijos. Mandaba entregar a su ahijada Agustina Alfonsa, mujer de Juan Gutiérrez, seis pesos de escudos de plata, "por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios". También pedía "se le dé a Juan Lorenzo, mi aprendiz, que tengo en mi casa ha[ce] tres años enseñándole mi oficio de escultor, todas las herramientas y bancos que pertenecen al dicho oficio de escultor que yo tengo, por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios. Las cuales no se le entregarán hasta que sea oficial, porque no las desperdicie y eche por ahí. Las cuales se recogerán por mis albaceas y tendrán en su poder hasta que tenga edad suficiente para podérselas entregar y sea oficial. Y no se le entregarán a su padre ni a otra persona alguna". A su aprendiz, Juan Lorenzo, lo debió de querer como al hijo que no tuvo. No tengo más noticias de este discípulo ni de sus apellidos. Dejaba como heredera a la viuda María Domínguez, "su comadre", pues no tenía "heredero forzoso", es decir, no tuvo hijos. María Domínguez debió ser su pareja sentimental de entonces. Francisco Machado fallece en Badajoz el 15 de marzo de 1714, seis días después de testar, a los 55 años de edad. Fueron sus albaceas Santiago, el ollero, y su comadre, quien fue su heredera. Fue enterrado como pedía en la parroquia de Santa María del Castillo, de la que hoy solo queda su torre y algunos restos. No debía tener una casa propia, porque no lo comenta. Sin embargo, se cita que murió en la entonces calle de la Concepción Alta, hoy San Lorenzo. Su vivienda debió estar en el tramo que va desde la calle El Brocense y llega a unirse con la calle Concepción Arenal, antes llamada calle Concepción Baja. Habría que destacar que su amigo Pablo Rodríguez Morgado vivió y murió en la misma calle, supongo que por eso tenían amistad y trabajaron en varias ocasiones. Sé que Pablo vivió desde finales del siglo XVII en una casa que todavía existe, que lindaba con la primitiva parroquia Ntra. Sra. de la Concepción, hoy número 38. Aunque en la referencia catastral figura que data de 1900, quizá orientativa. Esta casa pertenecía entonces al hospital de la Concepción. Pablo la poseyó por dación de censo que le hizo el mayordomo del hospital, el presbítero Bartolomé Guerrero Malos Sabores en 1692: "con la pensión de ocho ducados perpetuos a Ntra. Sra. de la Concepción de dicha parroquia, la cual casa, en el sitio [asedio] que padeció esta plaza en el año de 1705 le cayeron bombas y la pusieron arruinada". Para poderlas habitar gastó de su bolsillo 585 reales en reedificarla. Otro dato curioso es que el padre de Pablo era portugués, lo que facilitaría que se entendieran en ambos idiomas. Pocos años antes de morir Pablo estuvo viviendo en esta parroquia, pero se había trasladado a curarse de su enfermedad a la de San Andrés, ya desaparecida. Tras su muerte, fue enterrado en la iglesia del convento de Madre de Dios de Valverde (actual parroquia de San Andrés), en la bóveda de la Cofradía de Jesús de la Humildad (Oración en el Huerto), hoy con sede en la actual iglesia de la Concepción de la calle San Juan. El escultor pacense Cristóbal Jiménez Morgado debía tener parentesco familiar con él y figuraba junto a su hermano Lorenzo Jiménez Morgado como testigo de la carta de dote de Pablo a su futura esposa. |
Retablo de Nuestra Señora del Ángel (detalle) La talla de la Virgen es también llamada Nuestra Señora de la O y de la Expectación |
La presencia de Francisco Machado en Badajoz está documentada desde 1699. El 28 de enero de este año otorgaba un poder al procurador Sebastián Pavón Caballero junto al carpintero y entallador badajocense Tomás Suárez de Villegas. Conocido también como Tomás Suárez de Salazar, fue discípulo del carpintero, entallador, ensamblador y maestro mayor de obras de Badajoz Antonio Morgado, también pariente lejano de Pablo Rodríguez Morgado. Sebastián Pavón les tendría que defender de un pleito que les puso Pedro Matos, vecino de la localidad pacense de La Roca, hoy La Roca de la Sierra, antes llamada Manzanete, para que se le devolvieran unos 3.000 reales que habían recibido. Fue por un encargo de un retablo que tendrían que hacer Francisco y Tomás en la iglesia parroquial de esta localidad y que no habrían cumplido. Probablemente fue debido a que Francisco Machado todavía no había terminado el retablo de Ntra. Sra. del Ángel de la Catedral de Évora, contratado el 24 de diciembre de 1699, treinta y seis días antes. La actividad de Machado como entallador en Portugal comenzó en 1684, cuando contrató un retablo para la Hermandad de San Francisco Javier del colegio jesuita del Espíritu Santo de Évora; termina en 1703, con el retablo de Nuestra Señora de la Buena Muerte de este mismo colegio (1). Se desconoce quién fue el maestro que le enseñó el oficio de escultor. Este Francisco Machado no pudo hacer en 1720 el retablo mayor de la iglesia matriz de Azurara, freguesía del concelho de Vila do Conde (distrito de Oporto), pues ya había fallecido. Tampoco debe ser este Francisco Machado el autor del retablo mayor de la Catedral de Viseu, que se fecha entre 1729 y 1733. En todo caso debió ser otro artista del mismo nombre. |
Restos de la ermita de Santo Domingo o del Rosario de Badajoz |
Imagen de Ntra. Sra. del Rosario del Castillo, siglo XVII |
Me llama la atención el hecho de que Francisco llegase a realizar el retablo para la Cofradía de los Morenos de Badajoz, cuando había escultores y entalladores locales muy reconocidos y que por aquellas fechas ya habían realizado retablos y otras obras de envergadura. Me refiero a Cristóbal Jiménez Morgado, a su amigo Miguel Sánchez Taramas y al cuñado del último, Francisco Ruiz Amador. También al famoso entallador y maestro arquitecto vecino de Zafra (Badajoz) Alonso Rodríguez Lucas, o a su compañero Juan Martínez de Vargas, aunque ambos de avanzada edad. Alonso trabajó en la Catedral de Badajoz entre 1697 y 1698 en los retablos de Nuestra Señora de la Antigua y el de san Blas. Juan Martínez de Vargas falleció en Zafra el 8 de octubre de 1704 (antes de firmarse el contrato del retablo de Badajoz) y Alonso Rodríguez Lucas el 28 de octubre de 1710, también en Zafra. Quizás Francisco Machado, como buen artista, tomó influencias de retablos españoles de las numerosas iglesias y conventos de Badajoz y la zona de Zafra. Supongo que, aparte de ser buen retablista, Machado realizó una buena oferta y traería a Badajoz un estilo barroco diferente al que había por esas fechas. Se sabe que, a pesar de las guerras, la frontera entre España y Portugal no era obstáculo para los artistas de ambos países. Aunque en el contrato y en su testamento se le cita como maestro escultor, en realidad era entallador, como aparece en los contratos en Portugal. El entallador es un artista que realiza las piezas de los retablos y el escultor las tallas exentas de estos, aunque muchos escultores también eran entalladores. Esta diferencia se aprecia en las figuras que completan el retablo de Évora, donde se aprecia cierta torpeza en la ejecución de las figuras policromadas de ángeles y el Dios Padre del ático. También es posible que Francisco Machado trabajase en la cercana Olivenza, pues algunos retablos de la iglesia de la Magdalena recuerdan a su estilo, similar al de san Alberto de la iglesia del Carmen de Évora. |
Firmas de Francisco Machado y Pablo Rodríguez Morgado en el contrato del retablo de Badajoz |
Se desconoce la fecha exacta de la fundación de esta cofradía badajocense, aunque debió ser entre 1526 y 1548. Era conocida también como la de los "morenos", por estar formada por esclavos negros y mulatos. Tenía su sede en la llamada en un principio ermita de Santo Domingo (de Silos), más tarde llamada del Rosario, dentro de la alcazaba árabe. No hay que confundirla con la cofradía homónima de la iglesia de Santo Domingo (de Guzmán) y de la que todavía se conserva su imagen primitiva en su capilla del lado del evangelio. En las dos hornacinas laterales que aparecen en el interior de la ermita estaban las desaparecidas imágenes de santo Domingo de Silos y santa Catalina de Siena. En las traseras de la ermita del Rosario del Castillo he documentado de forma inédita la existencia del hospital de los Caballeros o de la Consolación (2). Este retablo, de pequeñas dimensiones, era para la "Virgen del Rosario del Castillo", que el entallador portugués haría junto al carpintero extremeño Pablos [Rodríguez] Morgado entre 1705 y 1706:
Obligación para la fábrica de un retablo para Ntra. Sra. del Rosario. En la ciudad de Badajoz, a dies días del mes de agosto de mill setezientos y zinco años, ante mí el escribano público y testigos, [com]parecieron de la una parte Franco Rodríguez de Guzmán, vecino de esta ciudad, mayordomo blanco de la Cofradía de Ntra. [Sra.] del Rosario, sita en su ermita en el Castillo, y Juan Rodríguez Frausto, mayordomo moreno de dicha cofradía. Y de la otra, Franco Machado, maestro de escultor, y Pablos [sic] Morgado, maestro de carpintero, vecinos todos de esta ciudad. Y dijeron que por quanto han deseado que la dicha ermita esté con la mayor veneración que se pueda para el aumento del culto divino y de la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, a cuya advocación está dedicada, procuran de que en ella se haga un retablo donde está colocada dicha imagen. Y para ponerlo en execución con toda prontitud, lo tienen tratado y ajustado con los dichos Franco Machado y Pablos Morgado. Y para poderlo efectuar, los dichos mayordomos pidieron lisencia al ilustrísimo señor obispo de esta ciudad y obispado, quien se la conzedió como parece de la petición y auto que le entregan para insertar en esta escriptura, que su tenor es como sigue: Aquí Y los dichos Franco Machado y Pablos Morgado, otorgan que juntos y de mancomún, a vos de uno y cada uno, de por sí y por el todo, in solidum, renunciando como renuncian las leyes y sentencias de la mancomunidad (…) que fabricarán un retablo de madera para la dicha capilla mayor, donde está la dicha imagen de Ntra. Sra. del Rosario, que coja toda la pared de enfrente de alto a bajo y la fachada de un lado a otro, que quede acompañada, hecho y fabricado a lo salomónico, según se usa y se han fabricado otros en estos tiempos, arreglándose en todo a la planta que tienen fecha, la cual está firmada al pie de ella de tres de los dichos otorgantes. Y por el otro un testigo, que ha de estar siempre presente para dicho efecto. Y dicho retablo se ha de hacer conforme a arte y arquitectura, el cual han de dar hecho y acabado en toda forma y a toda costa dentro de seis meses, que ha de comenzar a correr desde hoy, día de la fecha, y cumplirá el día once del mes de febrero de 1706. Por el cual y por su trabajo, maderas y lo demás necesario, se le ha[n] de dar y pagar por dicha cofradía y mayordomos dos mil y cinquenta reales de vellón, en cuyo precio lo tienen ajustado, en tres plazos de seiszientos y ochenta y tres reales cada uno. Y en el último, un real más que ajusta dicha cantidad en esta manera, seiszientos y ochenta y tres reales luego de contado, para dar principio a dicha fábrica, cuya cantidad confiesan haber recibido realmente y con efecto de manos de los dichos mayordomos. Y porque la tienen en su poder y no parezca de presente, renunzian a las leyes (…). Y los otros seiszientos y ochenta y tres reales en estando hecha la mitad del dicho retablo. Y los seiszientos y ochenta y quatro reales restantes, el día que esté acabado y puesto dentro de la ermita, con la calidad que no ha de ser parte de los otorgantes el ajustarlo y ponerlo en la dicha capilla, sino de dicha cofradía, que ha de pagar a los maestros de albañil, peones y materiales. Y se obligan a que en dicha forma harán el referido retablo a toda satisfacción. Y si así no lo hicieren, se les pueda ejecutar y apremiar por ello y buscar a otro maestro que a costa de los otorgantes lo hagan y perfeccionen (…). En testimonio de ello, lo otorgaron. Y yo, el escribano, doy fee, conozco. Firmaron los que supieron, y por el que no, a su ruego, un testigo, siéndolo Alonso Cansado Moreno, Juan de Morales Ariexo, Manuel Simón, vecinos de esta ciudad.
Evidentemente el artista era Francisco Machado, quien haría el boceto y la talla fina, a excepción del dorado, que correría a cargo de los maestros doradores de la ciudad. Pablo ejercería solo como ensamblador y ayudante, como haría en su momento el ya difunto en 1710 Tomás Suárez, es decir, montar las piezas del retablo y anclarlas a la pared. En este caso se especifica que no serían ellos los que lo montasen en la pared, sino albañiles pagados por la cofradía. Buena amistad debían tener Francisco Machado y Pablo Morgado, pues también aparecen en Badajoz como testigos del poder para testar de Isabel de Alva Maraver, viuda del alférez de caballos Juan de Guzmán, otorgado en 1711. En este caso aparecen como "maestros carpinteros". Este retablo de la ermita del Rosario lamentablemente ya no se conserva, pues la ermita se arruinó en la Guerra de la Independencia, aunque pudo haber desaparecido en alguna de las desamortizaciones (1798-1856). Hoy existe un retablo de fábrica de ladrillo, lucido con mortero de cal, con una hornacina flanqueada por dos columnas lisas y está rematado con un frontispicio. Todavía pueden apreciarse pinturas que imitan a mármoles en tonos rojizos y grises al igual que la bóveda en forma de concha. Ese retablo tapa una ventana de estilo gótico, muy dañada, que todavía puede verse en la parte trasera. Es llamativo que en el contrato del retablo se menciona a dos mayordomos que tuvo la cofradía: Francisco Rodríguez de Guzmán, mayordomo "blanco" y a Juan Rodríguez Frausto, mayordomo "moreno". Cada uno de ellos se encargaría de atender a los hermanos de ambas etnias. En este caso puede deberse a la disminución del número de esclavos negros y mulatos en Badajoz en el siglo XVIII, más numerosos en las centurias anteriores. Debido a ello, y para no desaparecer, la cofradía dejaría de tener hermanos exclusivamente "morenos", que algunos de ellos ya serían esclavos libres. Hay que destacar también que el carpintero Pablo Rodríguez Morgado era mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz por aquellos años, hoy felizmente refundada tras desaparecer en varias ocasiones, y que entonces tenía su sede en la iglesia del convento de Ntra. Sra. de la Encarnación o Madre de Dios de Valverde, hoy parroquia del apóstol San Andrés. También fue mayordomo de la Cofradía de San José, patrón de los carpinteros, en 1723. |
Composición de cómo quedaría la imagen de la Virgen del Rosario en el retablo actual |
Torre de la iglesia de Santa María del Castillo donde fue enterrado el entallador Francisco Machado, siglo XV |
Anexo Testamento de Franco Machado. En el nombre de Dios, nuestro Señor, todopoderoso, amén. Sea notorio por esta pública escritura de testamento, última y postrimera voluntad, vieren como yo, Franco Machado, vecino de esta ciudad de Badajoz, estando enfermo en cama y en mi juicio y entendimiento natural, el que Dios, nuestro Señor, fue servido darme, creyendo como firme y verdaderamente creo y confieso en el misterio de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero y en todo lo que más que cree y confiesa nuestra santa madre Iglesia católica apostólica y romana, en cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católico y fiel cristiano, tomando, como tomo, por mi abogada e intercesora a la serenísima Reina de los Ángeles, María Santísima, Señora nuestra, para que interseda con su presioso Hijo, mi Señor Jesucristo, perdone mis pecados y ponga mi alma en carrera de salvación, temiéndome de la muerte, que es cosa natural y cierta a toda criatura humana y a mayor honra y gloria de Dios, nuestro Señor; hago y ordeno este testamento y última voluntad en la forma y manera siguiente: Primeramente encomiendo mi alma a Dios, nuestro Señor, que la crió y redimió con su presiosa sangre, muerte y pasión, y el cuerpo a la tierra, de que fue formado. Y si Su Divina Majestad fuere servido llevarme de esta presente vida [a la eterna], mando [que] mi cuerpo sea sepultado en la iglesia parrochial de Ntra. Sra. Santa María del Castillo de esta ciudad, en una sepultura que allí se busque por mis albaseas. Y vaya amortajado en un hábito de nuestro padre san Francisco, que me debe dar la Cofradía de San Lorenso, de quien soy hermano. Y asista a mi entierro el cura y cruz de mi parrochia. Y el día de él, si fuere ahora, sino el siguiente, se me diga misa cantada de cuerpo presente por el dicho cura. Y alumbren la santa cruz seis sirios y la acompañen ocho capellanes del choro de la Santa Iglesia Cathedral de esta ciudad, quien me debe dar la Cofradía de la Santa Cruz, de quien, asimismo, soy hermano. Y por ello se dé la limosna que se acostumbra. Mando asista a dicho mi entierro la comunidad de religiosos de san Francisco descalsos, extramuros de esta ciudad, que me debe de dar la dicha Cofradía de San Lorenso. Y [ade]más soy hermano de la Cofradía de San Joseph, suplico y encargo a los mayordomos de dichas tres cofradías de san Lorenso, la Santa Cruz y señor san Joseph, hagan conmigo lo que acostumbran con los demás hermanos difuntos. Mando a la sera del Santísimo Sacramento un real de limosna y a las ermitas acostumbradas de esta ciudad, Casa Santa de Jerusalén y redención de cautivos la limosna que es costumbre. Mando se digan por mi alma cien misas resadas, más otras cincuenta, la mitad por penitencias mal cumplidas y la otra mitad por cargos de consiencia. Y otras veinte y cinco misas más por las benditas ánimas del Purgatorio, todas resadas. Y por ellas se dé la limosna que es costumbre. Y sacado de todas la tersera parte que toca a la colecturía, las demás se digan por los saserdotes que a mis albaseas le[s] paresiere, con la mayor brevedad que sea posible. Mando se le dé a Agustina Alfonsa, mi ahijada, mujer de Juan Gutiérres, seis pesos escudos de plata, por el mucho amor que la tengo y porque me encomiende a Dios. Mando se le dé a Juan Lorenço, mi aprendis, que tengo en mi casa ha[ce] tres años enseñándole mi oficio de escultor, todas las herramientas y bancos que pertenesen al dicho oficio de escultor que yo tengo, por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios. Las cuales no se le entregarán hasta que sea oficial, porque no las desperdicie y eche por ahí. Las cuales se recogerán por mis albaseas y tendrán en su poder hasta que tenga edad sufisiente para podérselas entregar y sea oficial. Y no se le entregarán a su padre ni a otra persona alguna. Declaro estoy casado, según orden de nuestra santa madre Iglesia, con Beatriz de los Ángeles, que hoy vive en el reino de Portugal, en la villa de Campo Maior, con quien no tengo hecho vida maridable ha[ce] treinta años. Y de dicho matrimonio no tenemos hijos algunos. Y así lo declaro para que en todo tiempo conste. No me acuerdo deber cosa alguna. Y a mí me deben algunas personas alguna[s] cortas cantidades que saben mis albaseas; mando se cobren. Y si con verda[d] paresiere el que yo deba algo, se pague. Y para cumplir y pagar este mi testamento, y lo en él contenido, dexo y nombro por mis albaseas y testamentarios a Franco Santiago y a María Domínguez, mi comadre, viuda, vecinos de esta ciudad, a cada uno de por sí, in solidum, a los cuales doy poder cumplido para que luego que yo fallesca entren en mis bienes y de ellos tomen los que baste y los vendan en almoneda [=subasta] que fuera de ella. Y cumplan y paguen este mis testamento y lo en él contenido. Y cumplido y pagado, del remanente y que quedare de todos mis bienes, derechos y acciones que me toquen y pertenescan en cualquiera manera, dexo y nombro por mi universal heredera a la dicha María Domínguez, mi comadre, para que todos ellos los haya y herede con las bendiciones de Dios y la mía, atento no tengo heredero forsoso. Y por este mi testamento, que ahora hago y otorgo, revoco y anulo y doy por ninguno y de ningún valor ni efecto otro cualquiera testamento, mandas o codicilios que antes de este haya fecho, por escripto y de palabra, que ninguno quiero que valga, salvo este que al presente hago y otorgo, que solo quiero que valga por mi testamento y última voluntad, en aquella vía y forma que mexor por derecho, lugar haya en testimonio de lo cual, así lo otorgué y firmé ante el presente escribano público y testigos que de mi conocimiento da fee. Y estando en las casas de mi morada, en la ciudad de Badajoz, a nueve días del mes de março de mill setecientos y catorze años, siendo testigos Franco Xavier de Morales Morgado, Joseph Rafael y Franco Ribero, vecinos de esta ciudad. |
Lugar donde estuvo la casa donde vivió el carpintero Pablo Rodríguez Morgado |
Notas (1) VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida. 1996. Páginas 151 y 152. (2) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2018_06_01_archive.html
Bibliografía VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida. 1996. MANGUCCI, Celso. Francisco Machado e a oficina de retábulos do Arcebispo de Évora. Cenáculo. Boletín online del Museo de Évora. Diciembre de 2007. LAMEIRA, Francisco. Profesor y doctor de la Universidad de Algarve. Actas del ciclo de conferencias Convento de Nuestra Señora de los Remedios y la Orden del Carmen en Portugal y Brasil. Asociado a la exposición Convento de Nuestra Señora de los Remedios. Évora, Portugal, 22-24 de mayo de 2013. |
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