UNA POSIBLE OBRA DE LUISA ROLDÁN EN CÁDIZ
Miguel Ángel Castellano Pavón
Decía José María Pemán, en su prólogo a La Ciudad de Hércules, de Alfonso de Aramburu: "Cádiz tiene, en todas partes, "muy buena prensa", como ahora se dice. Tiene por ahí una categoría estética y urbana que hemos de confesar que casi nos asombra un poco a los que estamos familiarizados con la ciudad". Y si bien es verdad dicha aseveración al respecto de nuestra ciudad, no lo debía de ser menos de nuestros convecinos.
Este es el caso de José Beret y Mateos, artista autodidacta que desarrolló su labor, una vez finalizada la Contienda Civil española, en un pequeño estudio de la gaditana calle Hospital de Mujeres. La escritora y poetisa Ana Rossetti, en su obra Plumas de España, nos lo describe de la siguiente manera: "cualquier imagen que entrara por aquellas puertas -talla o vaciado, bulto o relieve- salía vestida con las más complicadas galas. -Las Vírgenes vestidas son las verdaderas- solía decir el Embrujo-. Las otras son estatuas de ídolos".
En dicho taller podíamos encontrar desde un simple jarrón -falto de alguno de sus brazos, dispuesto a ser reparado- hasta auténticas obras de arte, entregadas en la postguerra para su posible restauración, o bien simplemente en depósito si se trataba de piezas de carácter religioso. Y hablo, insisto, de verdaderas obras de arte, porque las tuve entre mis manos. Una de ellas es la que nos ocupa: una cabeza de madera policromada, tallada en el siglo XVII.
El profesor Francisco Fernández Trujillo nos dice que se trata de una talla del siglo XVII, perfectamente ensamblada, de modelado exquisito y proporciones adecuadas -7x7 y 7x5-, con encarnado propio muy bien tratado.
Por su parte, el restaurador e imaginero José Miguel Sánchez Peña nos habla de una pieza interesante del XVII y la conecta con el taller de los Roldanes; posiblemente, sobre todo, con las obras de Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera. Recuerda la Dolorosa de Lebrija (Sevilla), titular de la Hermandad del Nazareno.
María Victoria García Olloqui nos dice que "efectivamente tiene características roldanescas. Por ejemplo, la papada bajo la barbilla, la boca pequeña y entreabierta, dejando ver los dientes, el ceño fruncido, y la forma de la nariz, con el tabique nasal. Por todo ello, podría tratarse de una escultura de La Roldana, aunque también puede relacionarse con su padre, Pedro Roldán, y en general, con todo su taller".
A nuestro parecer, dada la proximidad del taller donde se encontró con la Casa de Expósitos, conectamos oportunamente esta pieza con una de las obras de La Roldana que se encontraba en dicha institución.
Aurelia María Romero Coloma, en su obra La Roldana y su Imaginería Pasionaria, menciona una pieza actualmente desaparecida y atribuida por Cascales y Muñoz a la artista sevillana. Era una Virgen Dolorosa que estaba en la Casa de Expósitos de Cádiz y que fue destruida en la explosión de la noche de San Severiano. La Doctora García Olloqui corrobora el mismo dato en La Iconografía en la Obra de Luisa Roldán.
Exisitía en dicha institución una Santa María Magdalena Penitente que si bien en un principio parecía conectada con dicha obra, desechamos al releer Crónica del Viaje de S.S. M.M. y S.S. R.R. a las Provincias de Andalucía 1862, de Aristides Pongilioni y Francisco de P. Hidalgo (Cádiz, 1863).
En su descripción nos dan a entender que se trataba de una obra similar a la hoy existente en The Hispanic Society of America de Nueva York: "Llegaron a la Casa de Expósitos donde fueron recibidos por el Sr. Gobernador Civil, Junta Provincial de Beneficiencia, Diputados Provinciales y Señores de la Junta Protectora y Conservadora de maternidad y expósitos".
Continúan diciendo: "Los regios viajeros entraron primero en la Capilla, donde pudieron admirar el grupo del ángel sosteniendo en sus brazos a la Magdalena moribunda, soberbia escultura de la célebre Doña Luisa Roldán. Después visitaron el establecimiento, cuyo buen orden revela el incesante cuidado de las Señoras de la Junta".
José Miguel Sánchez Peña, en Documentos para la Historia del Arte en Cádiz, concretamente en un informe adicional, nos describe esta imagen de tamaño natural y considera que representa el momento del Éxtasis de Santa María Magdalena, según el cual la santa, postrada de rodillas, era confortada por un Ángel. La reciente publicación, en El Correo de Andalucía, de una foto de la misma, con motivo de la tesis doctoral, aún inédita, llevada a cabo por Elena Amat nos inclina, aunque con reservas, a pensar que podría tratarse de la misma imagen.
La obra, que actualmente se encuentra pendiente de una adecuada restauración que permite devolverle todo su esplendor original, nos habla por sí sola. Unos ojos indescriptiblemente dulces nos buscan con atención y nos transporta a épocas aúreas; mirada de tal categoría estética que hemos de confesar casi nos asombra.
Nota de La Hornacina:
Miguel Ángel Castellano Pavón es Licenciado
en Filosofía y Letras y Miembro del Voluntariado de Patrimonio.
www.lahornacina.com