La iconografía derivada de la advocación a la Virgen de la Palma se encuentra fuertemente ligada a la historia de la actual ciudad de Algeciras, pues ha influido de una forma u otra en la cultura material e inmaterial del municipio.

Esta iconografía aparece por primera vez en el siglo XIII, cuando un Domingo de Ramos el rey Alfonso XI conquistase la ciudad de "Al-Yazira Al-Jadra", entronizándola en la mezquita principal y consagrándola a posteriori como iglesia bajo la advocación de Santa María de la Palma como símbolo de triunfo (1). Tras esta conquista, aquella iglesia fue erigida catedral por el papa Clemente VI hasta que, en 1369, los granadinos cercasen y rindieran la ciudad, perdiéndose con ello aquella primitiva imagen de la Virgen de la Palma con la que entrase a la ciudad (2).

Sin embargo, la patrona de Algeciras es conocida por la leyenda que la rodea. Se dice que, hacia mediados del siglo XVIII, esta escultura fue trasportada en barco desde Italia hasta Cádiz, pero debido a un fuerte temporal, se vieron obligados a atracar en el puerto algecireño buscando refugio hasta que, pasada la tempestad, pudieran continuar la travesía. Cuando las aguas se calmaron, el barco intentó reanudar su marcha, pero cada vez que lo intentaba se desataba un nuevo temporal que lo impedía. Al saber que el barco portaba una imagen de la Virgen de la Palma, decidieron dejarla en la ciudad, calmándose entonces las aguas, pudiendo así reanudar su viaje. Desde entonces la Virgen se quedó para siempre en Algeciras, recuperándose el culto que se le hiciera antaño, nombrándola patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad (3).

Según diferentes teorías (4), esta imagen pudo haberse realizado para alzarse sobre una columna adosada a modo de triunfo -una de las simbologías de la Palma-. Esta teoría se apoya en que, a principios del siglo XVIII, era muy usual que Génova enviase esculturas, altares y portadas de mármol al sur de España.

Además, durante unas excavaciones realizadas en las inmediaciones de la parroquia, se encontró un fragmento de columna estriada, actualmente en propiedad de un particular, así como la pieza frontal de un pedestal, que se conserva en la parroquia y que muestra la siguiente inscripción: "SICVT PALMA EXALTATA SVM IN CADES" que significa "Como un árbol de Palma soy venerada en Cádiz (Gades)". Debido a esta inscripción se toma la hipótesis de que la imagen, en origen, se ubicaba en una columna. Tanto la peana que se conserva, como la propia imagen, están labradas toscamente en su parte trasera, reforzándose así la teoría de que fuera realizada con la finalidad de adosarse a una pared, en contraposición a la delicadeza y elegancia con la que se encuentra trabajada la imagen.

El 12 de mayo de 1931, durante la II República, se perpetraron una serie de actos vandálicos sobre los bienes de la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, destruyéndose el altar en el que se encontraba la escultura, a la que se le ató una cuerda al cuello para derribarla, con la consecuencia de múltiples fracturas en ambas figuras y la perdida de la mascarilla de la Virgen.

Aunque en un primer momento se le solicitó al escultor José Román la reconstrucción de la talla, esta se acometió en los talleres de Navas Parejo (Granada), en 1932, como se atestigua en una placa conmemorativa en la peana de la escultura, momento en el que se repuso y retalló la mascarilla de la Virgen. Según se cree, se utilizó para ello material obtenido de la espalda de la propia escultura, pues con esto se pretendía mantener la identidad de la imagen al utilizar el mismo mármol constitutivo.

La Virgen de Nuestra Señora de la Palma de Algeciras es una talla de bulto redondo, de cuerpo completo, realizada en mármol blanco. Esta imagen representa a una mujer joven que porta a un niño con el brazo izquierdo y una palma con el derecho; va vestida con una túnica atada a la cintura con un cíngulo y cubierta desde la cabeza con un manto. Por el contrario, el niño va desnudo, portando una corona tallada rematada con unas potencias (5). Tanto los bordes del manto, como el cíngulo y la palma, se encuentran dorados; aunque no tengamos constancia que este dorado sea original, pues se puede afirmar que, a lo largo de su historia, estos elementos han ido variando en grosor. Además de los dorados del manto, la imagen cuenta con una policromía muy sutil en el rostro y el cabello de ambas figuras, marcándose únicamente las facciones, aplicada en una intervención de restauración realizada en 1998.

Esta imagen de atribución genovesa, datada en el siglo XVIII, presenta una composición en contraposto, al apoyarse en la pierna con la que soporta el peso del niño. Esto ayuda a crear una sensación de sinuosidad y naturalidad en el conjunto, reforzándose la verticalidad con la palma a la derecha.

La iconografía vinculada a la palma que la Virgen porta con su mano derecha, elemento que le aporta los atributos de su advocación, tiene su origen en las carreras de carros del circo en la Antigua Roma, donde al vencedor se le entregaba una hoja de palma como símbolo del triunfo. Este símbolo, con el tiempo, también fue adaptado por el cristianismo para simbolizar la victoria del mártir sobre el mal (6) (7).

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1) TORREMOCHA SILVA, A. (1992): Algeciras entre la Cristiandad y el islam. Instituto de estudios campo gibraltareños, Madrid. Pág. 319.

(2) OCAÑA, M. (coord.) (2001): Historia de Algeciras Tomo I, de los orígenes a la época medieval. Diputación de Cádiz, Cádiz. Pág. 204.

(3) DELGADO, C. (1994): Algeciras en blanco y negro. Ed. Fundación municipal de cultura “José Luis Cano”. Colección bienal de Algeciras. Pág. 40.

(4) Información proporcionada por el ex Hermano Mayor de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Palma, José María Villa Solís.

(5) Guerrero, L. Restauraciones Atenea, S.C. Informe de conservación y restauración de nuestra señora de la palma, Algeciras Cádiz. 1998.

(6) GAMO PARRAS, B. (2013): Iconografía cristiana en la Antigüedad, Guía del patrimonio cultural de la Diócesis de Albacete II. Pág. 8.

(7) La Hermandad de Nuestra Señora de la Palma, Patrona y Alcaldesa perpetua de la ciudad de Algeciras, celebra un Año Jubilar hasta el próximo 21 de abril con motivo del Centenario del patronazgo, motivo por el cual se publica este artículo.