EL CRISTO DE LA VERA CRUZ DE GIBRALTAR
Jesús López Alfonso
Introducción El Campo de Gibraltar ha sido una de las zonas menos estudiadas por los historiadores del arte hasta la actualidad. Quizás por la lejanía, o por las escasas comunicaciones con el resto de la provincia de Cádiz y de Andalucía, en general, no se han hecho hasta hoy las suficientes investigaciones en dicho territorio. A ello debemos añadir la situación anómala de encontrarse ocupada por el Reino Unido, desde el año 1704, la capital de esta comarca, la plaza de Gibraltar, que hizo que las obras de arte que allí se atesoraban se dispersasen o destruyesen. Con la ocupación, la ciudad pasó a residir en tres núcleos: San Roque, donde se establecen el Ayuntamiento de Gibraltar y su Parroquia; Algeciras, donde se establecen los pescadores y la Ermita de la Patrona de Gibraltar, Nuestra Señora de Europa, y Los Barrios. Todo ello se debe a la negativa de los gibraltareños a ser británicos, por lo cual deciden seguir fieles a su Rey Felipe V y a su país, España, y abandonar su ciudad. En la plaza ocupada permaneció el párroco, Juan Romero Figueroa, guardando la parroquia, ya que los ingleses, tras la marcha de los gibraltareños, saquean casas e iglesias, de ahí que el sacerdote decidiera no abandonar el templo hasta que España retomase la ciudad, hecho que, hasta el día de hoy, no se ha producido. Juan Romero Figueroa, una vez que se establece la Ciudad de Gibraltar en el mencionado núcleo de San Roque, mandará poco a poco a la Parroquia su patrimonio artístico, así como el archivo de la misma (o, lo que es lo mismo, su patrimonio documental), todo lo cual constituye actualmente una fuente histórica excepcional para conocer la historia de Gibraltar antes de la ocupación británica y durante lo que llama el propio Romero Figueroa "fatal suceso". |
El Cristo de la Vera Cruz Una de las obras de arte que fueron trasladadas es el Santísimo Cristo de la Vera Cruz que se venera en la Parroquia de Santa María Coronada de Gibraltar en San Roque. Cuando la ciudad estaba en su lugar original; es decir, a las faldas del peñón, esta imagen recibía culto en su capilla propia de la calle Real (1), donde tenía su hermandad fundada a principios del siglo XVII, teniendo noticias documentales de la misma ya en 1610. Allí permaneció la talla hasta fecha indeterminada tras la invasión británica, que se produce con motivo de la Guerra de Sucesión. Salvo la Parroquia de Santa María Coronada y la Capilla de la Vera Cruz, el resto de los edificios religiosos de Gibraltar fueron destruidos por los ingleses en los años posteriores, manteniéndose el culto católico sólo en los dos mencionados. Las circunstancias en las que sale el Cristo del Gibraltar ocupado y llega a Gibraltar en San Roque son totalmente desconocidas; lo único que sabemos es que, en 1760, ya recibe culto en San Roque, estando su hermandad reestablecida en el nuevo emplazamiento que ocupa la ciudad. El dato que nos lo confirma es una donación de la capilla del Cristo de la Vera Cruz a su Hermandad por Pedro López Ortega (2). Aquí va a recibir culto hasta que, a finales del siglo XX, la imagen es trasladada al altar mayor por el padre Caldelas, donde aún hoy se venera, situándolo allí tanto por la calidad de la efigie como por su significado histórico. La interesante efigie del Cristo de la Vera Cruz es de autor anónimo del siglo XVI. Representa a Jesús crucificado por tres clavos, cayendo su cabeza hacia su lado derecho. La mano izquierda aparece semicerrada, con evidentes signos post-mortem, mientras que los dedos de la derecha han quedado en actitud de bendición. Presenta una anatomía con una musculatura suave, cubriendo su desnudez por corto sudario sostenido por cordón que se abre en la cadera derecha, dejando ver la casi totalidad de esta pierna. El alargado rostro, de gran belleza, presenta ojos y boca entreabiertos, barba bífida y cabello que cae en mechones por la espalda y el hombro derecho, dejando el lado izquierdo el cuello al descubierto. Su encarnadura es clara, con poca sangre, reducida a las llagas de los clavos y del costado, y pequeños regueros que surcan la cara y el pecho. Las axilas de la escultura son móviles; es decir, primitivamente presentaba una bisagra gracias a la cual sus brazos se extendían y cerraban, estando actualmente cubiertas por cuero policromado. Ello tiene su explicación en que esta imagen fue concebida para la celebración de la Ceremonia del Descendimiento de la Cruz, que se realizaba cada Viernes Santo. El ritual consistía en bajar a cristo de la cruz, envolverlo en sábanas y depositarlo en el sepulcro, realizando después la procesión del Santo Entierro. No sabemos a ciencia cierta si esta hermandad en sus primeros tiempo realizó la citada ceremonia, ya que en Gibraltar existía otra imagen (hoy se venera en San Roque, en la misma parroquia), más antigua y con esta misma característica. Además de ello, no hay constancia de que dicho acto se celebrase ni en el emplazamiento original de la ciudad ni en el actual. En 1997 es restaurado por María Eugenia Suárez Corchete, quien limpia la encarnadura de la imagen y elimina los insectos xilófagos que la atacaban. Hoy en día, la imagen del Cristo de la Vera Cruz, en su procesión de Semana Santa, forma grupo con otras imágenes que representan a San Juan, la Magdalena y la Virgen María. |
BIBLIOGRAFÍA (1) CALDELAS LÓPEZ, Rafael. La Parroquia de Gibraltar en San Roque, p. 26, Cádiz, 1976. El autor cita a Ignacio López de Ayala, que escribe una "Historia de Gibraltar" en el año 1782: "La Cofradía de la Vera Cruz tiene una buena y alegre iglesia en la calle Real". (2) Ibídem, p. 175. El autor toma la cita del "Libro de Registros de Títulos y Licencias", conservado en el Archivo Diocesano del Obispado de Cádiz: "El 15 de Febrero se despachó título de donación de la Capilla y Bóveda del Stsmo. Cristo de la Vera Cruz a la Cofradía de este título cita (sic) en la Iglsª. Parroquial de la Población de San Roque y que ostentaba D. Pedro López de Ortega". |
Nota del Autor:
Mi agradecimiento a Juan Angulo Ledesma, Mayordomo de la Hermandad de la
Santísima Vera Cruz de Gibraltar en San Roque, por la facilidades prestadas para realizar este estudio.
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