LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN LA ISLA DE LA PALMA
Texto y fotografías de José Guillermo Rodríguez Escudero
Introducción
El Martirologio Romano celebra el 22 de febrero la Cátedra de San Pedro en Antioquía y el 18 de enero la de su Cátedra de Roma. La reciente reforma del calendario unificó las dos conmemoraciones el 22 de febrero, fecha que tiene su apoyo una antigua tradición que refiere la “Depositio martyrum” (año 354: “Natali Petri de cathedra”).
Sin embargo, la onomástica actual del Primer Papa es el 29 de junio y en la isla canaria de La Palma hay, entre otras, dos celebraciones importantes en las que se representa al Príncipe de los Apóstoles sentado en su trono o cátedra. Los templos que actualmente custodian las dos magníficas tallas son el extinto convento dominico de San Miguel de Las Victorias, hoy Santo Domingo de Guzmán (imagen que pertenece a la Parroquia Matriz de El Salvador de Santa Cruz de la Palma), y la Parroquia de San Pedro Apóstol en Breña Alta.
La cátedra (del griego “kathedra”, que significa asiento), literalmente, es la silla fija del Sumo Pontífice y de los obispos. Se encuentra permanentemente en la Iglesia Madre de la Diócesis (de ahí el nombre de “catedral”), y es el símbolo de la autoridad del Obispo y de su magisterio ordinario en la Iglesia local. Es el lugar donde se enseña con autoridad y simboliza la perpetuidad de la doctrina católica.
San Pedro de El Salvador
En la Iglesia Matriz de El Salvador de Santa Cruz de La Palma encontramos un valioso ejemplo de cátedra. Después de la fiesta de San Pedro, se lleva a la Iglesia de Santo Domingo, donde permanece todo el año. Ésta se erigió como una imagen típica de la Iglesia contrarreformista y viene a recordar que Pedro fue el Primer Papa, reafirmando así la autoridad del papado, puesta en tela de juicio por la herejía luterana.
En la Edad Media, su indumentaria era la de los papas, sus sucesores. Viste el palio, y a partir del siglo X, está tocada con la triple corona (triregnum). Estos ornamentos pontificios se convirtieron en la regla en el siglo XV: “San Pedro estará vestido de papa”, se lee en un contrato acordado con un pintor en 1452. Así pues, en el caso que nos ocupa, al Santo se le presenta conforme a esta iconografía, con la tiara de las tres coronas sobre su cabeza. Porta en su mano derecha las dos llaves y la cruz papal de brazo triple en la otra.
Los atributos de San Pedro son numerosos, y los lleva, ya él mismo, ya los ángeles que en ocasiones lo acompañan; unos le caracterizan como apóstol, otros como papa. El más difundido y antiguo es la llave (clavis), que aparece por primera vez en un mosaico de mediados del siglo V, y que, desde entonces, se convirtió en su atributo constante. Pedro es clavígero (Petrus claviger coeli). En el caso de El Salvador, porta dos llaves, la del cielo y de la tierra, que simbolizan el poder de atar y desatar, de absolver y de excomulgar, que Cristo concediera al Príncipe de los apóstoles. Dichas llaves aparecen juntas puesto que el poder de abrir y el de cerrar es uno solo.
El trono o cátedra es de madera policromada y dorada de 192 cm de altura y 95 x 59 x 73 cm en la base. Se cree que su autor fue Andrés del Rosario (1615-1693) por la similitud que existe entre esta obra de arte y el retablo mayor de la Ermita de San Telmo de la misma ciudad, Santa Cruz de La Palma, donde se repiten similares mascarones y sirénidos. También fue el artífice del bello retablo de la capilla de la Virgen del Rosario (1660), en la Iglesia de Santo Domingo de la capital palmera, y del primer cuerpo del retablo mayor del convento de Santa Clara (1679-1693), donde está entronizada la olvidada Patrona de Santa Cruz de La Palma, la bellísima Santa Águeda. Sin embargo, Jesús Pérez Morera nos informa que estamos ante “una obra de autor desconocido y datada de hacia 1661, fecha en la que se instituyó su cofradía”. La profesora Gloria Rodríguez también indica que “la imagen de San Pedro sedente es posible que sea obra de autor palmero o al menos canario, de fines del XVII, quizás hacia 1661”. El único dato que conocemos acerca de ella es que fue restaurada (unas manos nuevas) en 1742 por Juan de Silva.
El San Pedro en Cátedra de la Parroquia Matriz de El Salvador fue encargado por la poderosa cofradía del clero, fundada bajo su advocación el primero de noviembre de 1661, “aunque se alistaron en ella varias personas seculares y aun religiosas de ambos sexos” (Lorenzo Rodríguez). Se instituyó para celebrar la función de las Lágrimas del Santo Apóstol el Martes Santo, y su fiesta principal el 23 de junio (fecha distinta a la actual). Esta cofradía se encargaba también de la función de San Fernando. Juan Bautista Lorenzo Rodríguez narra: “tenía unas constituciones aprobadas por la autoridad eclesiástica y había confraternidad con las Comunidades Religiosas para asistirse mutuamente a los entierros de los individuos de ambos Cleros y Monjas, hacer un oficio y asistir las dichas comunidades a las dos fiestas de San Pedro, anteriormente citadas. Esta contrata se acabó muchos años antes de la supresión de los conventos. El último cofrade que murió fue el Licenciado don Antonio Ferrer y Lemos”.
Un miembro destacado de esta Hermandad fue el Beneficiado Rector de dicho templo, Juan Pinto de Guisla, a su vez Visitador General de La Palma. Como recoge Pérez Morera, en el testamento de Guisla (otorgado en 1693), declaró haber hecho un alba de holán con puntas de encajes para vestir la imagen de “San Pedro en Silla el día de su fiesta principal”. Tiene un letrero en la tira del cuello con su nombre. Ésta es una talla de candelero de tamaño natural que recuerda las maneras de Martín de Andújar, discípulo de Juan Martínez Montañés, y que sólo era expuesta para la veneración de los fieles el día de su onomástica, quedando custodiada el resto del año en la llamada “Alcoba de San Pedro”. Existe otra impresionante imagen de este santo, Las Lágrimas de San Pedro, del artista orotavense Fernando Estévez del Sacramento, que toma parte actualmente en la solemne procesión del Señor del Perdón (popularmente conocida como San Pedro y el Gallo) la noche del Lunes Santo, y en cuyo retablo neoclásico en la capilla colateral del Evangelio (de hacia el año 1822) podemos venerar. Esta capilla estuvo dedicada a Santa Ana hasta que en 1818 se entregó a la Cofradía de San Pedro.
El espléndido sitial o cátedra, en madera dorada y policromada, evidencia la perfección que alcanzaron los maestros isleños en el manejo de la talla decorativa. Constituye en esencia un sillón de brazos “cuya decoración se basa en temas de ascendencia plateresca pero tratados con técnica barroca” (Pérez Morera). Una elegante obra de arte que, hasta hace algunos años, recorría en procesión el centro de la capital palmera cada 29 de junio por la tarde, oportunidad única para disfrutarla en todo su esplendor. Se estudia recuperarla, afortunadamente.
Hay una gran profusión de hojas de acanto doradas (ornamentación característica del retablo palmero en el primer tercio del siglo XVIII). Flanquean el respaldo a modo de dosel, unas fantásticas figuraciones cuyos cuerpos, cubiertos con alas y plumas, son muy estilizados. En el respaldo del fabuloso sillón encontramos la tiara papal con las dos llaves símbolo de la autoridad del Papa (Mt. 16: 19). Sobresale una fila de figuras aladas con casco que rematan unas columnas de hojas de acanto. Éstas soportan y embellecen la base del sitial. A ambos lados, dos mascarones sujetan grandes aros con la boca.
San Pedro de Breña Alta
Una magnífica réplica de este San Pedro en Cátedra de la suntuosa iglesia matriz se encuentra entronizada en el cuerpo superior del magnífico altar mayor de la parroquia homónima del municipio de Breña Alta.
Se trata de una talla de 95 cm de altura, obra del prestigioso artista palmero Bernardo Manuel de Silva (1655-1721). Fue inventariada por primera vez en 1709. El historiador Jesús Pérez Morera nos recuerda, al estudiar esta efigie, que “posee también rica cátedra en madera tallada y dorada, con parecido espaldar calado a base de tallos envolventes -con escudo de San Pedro en el centro- y asiento decorado con grandes y carnosas hojas de acanto, ornamentación característica del retablo palmero en el primer tercio del siglo XVIII”.
El Patrón de la localidad palmera de Breña Alta desfila procesionalmente en este bello trono por las calles de la villa, acompañado por la imagen de San Isidro Labrador, también cada 29 de junio. Se le tributan fuegos artificiales y una magnífica loa, entre otros muchísimos actos.
BIBLIOGRAFÍA
Archivo parroquial de El Salvador. Libro de Visitas, visita del Licenciado don Juan Pinto de Guisla, 1686-1688.
Archivo parroquial del Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves. Testamento del Licenciado don Juan Pinto de Guisla, (15 de septiembre de 1693).
FERNÁNDEZ GARCÍA, Alberto José. «Notas Históricas de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma», Diario de Avisos, (28 de marzo de 1969), confirmado en el Libro 3º de la Cofradía de San Pedro, cuentas de 1822.
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MARTÍN SÁNCHEZ, Miguel Ángel. “La Fiesta de San Pedro de Breña Alta en clave de Barroco Triunfal”, en Programa de las Fiestas Patronales de la Villa de Breña Alta, junio de 1992.
PÉREZ MORERA, Jesús. Arte en Canarias [Siglos XV-XIX]. Una mirada retrospectiva, 2001. p. 430.
RÉAU, Louis. Iconographie de l’art Chrétien, P.U.F., Paris, 1957.
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