PRESENCIA DEL CÍRCULO ARTÍSTICO DE JERÓNIMO HERNÁNDEZ EN COLOMBIA (II)
Jesús Andrés Aponte Pareja
Continuando con las esculturas presentes en Colombia relacionables con la personalidad de Jerónimo Hernández o sus seguidores, presento a continuación cuatro esculturas, consideradas anónimas en el país latinoamericano, las cuales no han sido relacionadas con algún escultor en particular. |
VIRGEN CON EL NIÑO Recibe culto en la Iglesia de San Francisco, en Bogotá. Al igual que efigie de San Juan Bautista, del templo de San Francisco en Tunja, que analizaremos a continuación, es una escultura de bulto redondo localizada en un retablo lateral de su templo y en ellas es posible percibir ecos estilísticos de Juan Bautista Vázquez el Viejo, aunque no por ello carecen de los caracteres romanistas propios de las creaciones de Hernández. La Virgen con el Niño, de unos 90 cm de dimensión, conserva en su indumentaria de pliegues ceñidos al cuerpo ecos de la Virgen de la Piña, del municipio sevillano de Lebrija, gran obra de Vázquez el Viejo; no obstante, la forma ovalada del rostro y las ondulaciones de su cabello recuerdan las formulas de su discípulo Hernández. |
SAN JUAN BAUTISTA Como la anterior, esta escultura de San Juan Bautista venerada en la Iglesia de San Francisco de Tunja, de 131 centímetros de altura, admite sugestiones vazquences en las vestiduras y en el esbelto cuello, guardando en su monumental apostura el arranque miguelangelesco tan propio de Jerónimo Hernández; pudiendo, de paso, relacionarse la expresión del rostro, así como el gubiado del cabello, la barba y el bigote, con los del Atado a la Columna de Valledupar, ya reseñado en la primera entrega. Existe en una capilla colateral de la Catedral de Bogotá una imagen de San Pedro Apóstol que igualmente podría figurar en esta categoría; lamentablemente, no ha podido ser fotografiada. |
VIRGEN DE LAS NIEVES Las siguientes tallas que vamos a abordar, por el contrario, parten de la estética clasicista, característica del arte de Jerónimo Hernández, pero transitan ya hacia formas algo realistas. Una de ellas es la Virgen de las Nieves, titular de la parroquia homónima bogotana. La Madonna evoca en el velo que cubre su cabeza, y en las formas del rostro y cuello, la magnífica talla sevillana de la Virgen del Buen Aire, labrada por Juan de Oviedo y de la Bandera; manteniendo la influencia de Hernández, entre otros detalles, en el Niño Jesús dormido, que si bien localizado en el lado derecho de la efigie, guarda una composición similar al Niño de la Virgen de la O del municipio gaditano de Ubrique. |
VIRGEN DE FONTIBÓN Localizada en una hornacina del primer cuerpo con la primera calle del retablo mayor de la parroquia de Fontibón, antiguo poblado de fundación jesuita, hoy conurbado con la capital colombiana; hablamos, al igual que la anterior, de una grandilocuente Madonna, de tamaño algo inferior al natural, en las que la huella de Hernández está presente en diversos aspectos, pero sobre todo en la composición del Niño, mostrando en las ampulosidades de sus vestiduras, de redondeados pliegues, y en sus detalles anatómicos, los incipientes toques de realismo que, a finales del XVI, se introducían en el ámbito escultórico sevillano. Por lo anterior me inclino a pensar que los autores de estas imágenes podrían ser escultores formados en el taller del escultor abulense que, una vez muerto éste, evolucionaron hacia las nuevas tendencias estéticas. Andrés de Ocampo, Miguel Adán, Gaspar Núñez Delgado, Gaspar del Águila o Juan de Oviedo y de la Bandera, serían parte del selecto grupo de escultores formados al lado de Jerónimo Hernández que daría continuidad a la escuela sevillana de escultura. Andrés de Ocampo, en opinión de algunos críticos, fue el responsable del tránsito del clasicismo al realismo. Natural de Villacarrillo (Jaén), Ocampo fue un artista culto, como lo acredita su famosa librería, sobresaliendo ejemplarmente como imaginero y retablista, al punto de influenciar al mismo Juan Martínez Montañés. A mi parecer, la Virgen de Fontibón, una de las más bellas imágenes marianas legadas a Hispanoamérica por el tardomanierismo sevillano, guarda en lo apurado de la talla de sus cabellos, así como en el detallado plegado de la blusa y el manto, mucho del arte de Ocampo, remitiendo el pequeño Niño, en su amanerada composición, a los tallados por Hernández para la Virgen del Prado, de Sevilla, y una Virgen localizada en un retablo colateral del templo de Santo Domingo de Osuna (Sevilla), que en la web Isla Pasión relacionan con Hernández. |
Jerónimo Hernández muere prematuramente en Sevilla, en el año 1586; sin embargo, el influjo de su arte fue tan fuerte que muchas de sus formulas artísticas pervivieron durante mucho tiempo en las sucesivas etapas de la escuela sevillana de escultura, siendo prueba de ello el hecho de que algunas obras que le son atribuidas por muchos historiadores y críticos, son, al mismo tiempo, relacionadas por otros no menos numerosos estudiosos con escultores sevillanos de periodos más avanzados. |
BIBLIOGRAFÍA HERNANDEZ DIAZ, José: “La Escultura Andaluza del siglo XVII”, en “La Escultura y la Arquitectura Española del siglo XVII”, publicado en el vol. XXVI de Summa Artis, Madrid, 1982, pp. 30-36. HERNANDEZ DIAZ, José: “Los Ocampo, Imagineros Giennenses del Siglo de Oro”, publicado en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 103, 1980, pp. 93-115. MARTIN GONZALEZ, Juan José. Escultura Barroca en España, 1600- 1770, Madrid, 1983, pp. 123-129. http://islapasionforos.mforos.com//1167537/9463937-jeronimo-hernandez-de-la-estrada/ |
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