UNA APORTACIÓN A LA OBRA DEL CÍRCULO DE LORENZO MERCADANTE
Jesús López Alfonso
Virgen de Gracia (Montoro) |
La localidad de Montoro (Córdoba) poseyó hasta la Guerra Civil española un ingente patrimonio, destruido durante la misma por los asaltos del bando republicano a sus templos, contándose entre estas destrucciones una imagen mariana de la que hemos tenido conocimiento hace poco gracias a la web Pasión por Montoro (1), en la que se recopila documentación gráfica de toda la gran cantidad de obras de arte perdidas. La escultura a la que nos referimos es la Virgen de Gracia, que presidía la ermita de su nombre y hemos conocido por dos fotografías: en una de ellas se presenta sobrevestida, y en otra sin aditamentos textiles. Despojada de ellos vemos una escultura que nos llamó poderosamente la atención, puesto que remite a los modelos sevillanos de la segunda mitad del siglo XV que se realizaron en el taller de Lorenzo Mercadante de Bretaña o por sus seguidores; si bien, como veremos, parece que sufrió alteraciones durante su historia. Para el estudio de las prendas vamos a seguir la tipología establecida por el profesor Martín Sánchez en su reciente obra El Imaginero Lorenzo Mercadante (2), basada en los diferentes plegados que realiza el escultor en sus vestimentas marianas. En cuanto a la túnica, es de las que este historiador denomina "túnica B" (3), anudada a la cintura con un cinto y formando una serie de pliegues que caen en forma tubular, así como un repliegue terminando en muelle orientado hacia el frente. El manto es de los llamados "tipo B" (4), los cuales caen sobre los hombros y se recogen bajo el brazo izquierdo, formando entre éste y el cuerpo un pliegue en forma de gota, cayendo el resto en vertical hasta los pies. En el lado derecho la prenda se pliega bajo el brazo, cayendo por las caderas en zigzag. |
Virgen de Gracia (imagen izquierda) y Virgen de la Cinta |
Como podemos ver, el modelado de las ropas sigue los postulados de Mercadante y es semejante al de otras imágenes relacionadas con el autor, caso de la Virgen del Alcázar del templo sevillano de San Lorenzo, la Virgen de la Cinta de la Catedral de dicha ciudad andaluza, la Virgen del Buen Fin de la localidad de Villamartín (Cádiz) o la que se encuentra en la Mathiesen Gallery de Londres; y al igual que la primera y la última referidas, las caras de la Virgen y el Niño no siguen el esquema propio del escultor. Las vestimentas presentan una decoración de motivos florales que, a todas luces, parece un añadido posterior, puesto que las imágenes de este grupo siempre están policromadas en tintas planas (5). El hecho de no tener fotografías más cercanas hace que no podamos ofrecer un estudio más detenido sobre este estofado, por lo cual es más prudente no aventurar fecha ni estilo sobre el mismo. La cabeza era sin duda la parte más alterada. El hecho de carecer de modelado en el cráneo, en el que no se aprecia toca ni cabellos, hace pensar que el mismo se raspase para poderle colocar corona de orfebrería y sobrevestirla con mantos con mayor facilidad. Sus facciones eran anchas, con papada y mejillas carnosas, frente amplia y despejada, y boca cerrada de expresión sonriente. Da la sensación también que los ojos no son los originales, sino realizados de cristal y, por tanto, añadidos posteriormente. El rostro se encontraba tan desvirtuado que, a primera vista, no resulta relacionable con las obras de Mercadante y su círculo, dándose la circunstancia de si no se hubiese conservado una fotografía de la imagen sin vestir, difícilmente podríamos haberla relacionado con su posible autoría. |
Virgen de Gracia (imagen izquierda) y Virgen del Buen Fin |
Las manos no eran tampoco las primigenias, parecen muy posteriores y, por ello, no seguían el esquema mercadantino, apareciendo la derecha adelantada al espectador en actitud de sostener el cetro y la izquierda sosteniendo al Niño. Esta circunstancia ha hecho que el estudio de la túnica del pequeño Jesús haya sido imposible de realizar, puesto que la mano de la Virgen la tapa casi por completo. El Infante se encontraba sentado sobre el brazo de su Madre, en actitud de leer el Libro de la Vida y reposando sus brazos sobre el mismo. Así aparecen algunos de los Niños de las imágenes marianas de Mercadante, como los de la Virgen de la Cinta, de la Catedral de Sevilla, o la Virgen con el Niño de la Mathiesen Gallery de Londres. Sin embargo, la cabeza tampoco nos recuerda a las imágenes del propio escultor, sino más bien a la referida pieza conservada actualmente en la galería londinense, a la sevillana Virgen del Alcázar o a la granadina que se encuentra en la Fundación Rodríguez Acosta de Granada. Por tanto, podemos atribuir la Virgen de Gracia de Montoro (Córdoba) al círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña, y fecharla entre los años 1460-1470, cuando ya el taller del maestro bretón está consolidado en Sevilla y sus vírgenes ya se han constituido en un modelo a seguir (6). Por todo ello, esta escultura se viene a sumar al conjunto de obras mercadantinas, así como a las dos imágenes marianas que hasta el momento conocemos en la provincia de Córdoba: la Virgen de la Fuensanta en la capital y la de la Piedad en Iznájar. Por último, no sería mala idea recuperar esta imagen con una copia basada en las fotografías conservadas y la producción mercadantina existente, devolviendo así a Montoro una imagen que jamás se debió perder. |
BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS (1) Mi agradecimiento a don Pedro J. Delgado Guerrero, director de Pasión Por Montoro, por las facilidades prestadas para el estudio de esta escultura. (2) MARTÍN SÁNCHEZ, Manuel Ángel. El Imaginero Lorenzo Mercadante de Bretaña, Tenerife, 2009. (3) Ibídem, p. 271. (4) Ibídem, p, 273. (5) LÓPEZ ALFONSO, Jesús: "Una obra inédita de Lorenzo Mercadante de Bretaña en Villamartín (Cádiz)", publicado en http://www.lahornacina.com/articuloscadiz.htm, 15/12/2012. (6) Ibídem. |
www.lahornacina.com