EL CRISTO YACENTE DE MARIANO BENLLIURE PARA CREVILLENT (ALICANTE)
Sergio Lledó Mas (05/09/2013)
La iconografía de Jesús Yacente en el Sepulcro es una de las más recurrentes en la imaginería española, existiendo en nuestro país grandes obras de arte que representan esta advocación cristífera. Artistas clásicos de la talla de Gregorio Fernández, Juan de Juni o Gaspar Becerra, y el propio Mariano Benlliure durante el pasado siglo XX, han realizado esculturas que representan a Jesús muerto sobre el sudario. Sin duda alguna, una de las representaciones de la Pasión de Jesús que el prestigioso escultor valenciano cultivo con mayor éxito fue el tema de Cristo Yacente; en concreto, Mariano Benlliure realizó tres creaciones bajo la mencionada advocación con escasas variaciones entre ellas: una para el municipio albaceteño de Hellín, otra para la localidad valenciana de Ontinyent (Onteniente), y la última para Crevillent (Alicante). La imagen que ocupa nuestro estudio es la de Crevillent, concebida para ser contemplada frontalmente por el espectador. Presenta la cabeza y el cuerpo apoyado sobre el sudario de forma frontal, y los brazos extendidos sobre el lecho, separados del tronco, formando así un concepto totalmente simétrico de la figura. |
El Cristo Yacente de Crevillent es una obra tallada por Mariano Benlliure en el año 1946, y está considerada como una de las obras maestras del escultor levantino. Representa el momento en el que Cristo, ya crucificado y trasladado al sepulcro, se encuentra en posición yacente sobre una sábana. Hablamos, por tanto, de una talla de Cristo muerto tras ser descendido de la cruz, cubierto únicamente con el paño de pureza. Benlliure realiza una imagen totalmente contraria al concepto del Barroco español: un Cristo muerto, sin enfatizar heridas ni hacer visible el rigor mortis. El escultor valenciano muestra con gran realismo un simulacro de la divinidad que apenas exhibe muestras del dolor sufrido; un cuerpo desnudo, equilibrado y sereno que yace sobre un blanco sudario en el que destacan los delicados pliegues. Al mismo tiempo, Benlliure, gran conocedor de la funcionalidad devocional y procesional de este tipo de obras, ofrece a sus numerosos fieles conmovedores detalles de gran impacto dramático, como la cabeza desplomada hacia el lado izquierdo y los ojos y la boca entreabiertos, con los dientes al descubierto; secuela en este caso de la muerte violenta de Jesús. En su frente observamos finos hilos de sangre causados por la corona de espinas. |
Existen varias anécdotas sobre el Cristo Yacente de Crevillent, la más conocida cuenta que el propio Benlliure profesaba una gran devoción al mismo, situado en un lugar central de su casa-estudio en la madrileña Calle Abascal, hasta el punto que cada mañana, al levantarse, colocaba un ramo de rosas a los pies del Yacente, recogiéndolas una vez acababa el día para colocarlas en su mesita de noche. Otra anécdota narra que, para modelar esta imagen, el escultor realizó en Madrid varias visitas a un hospital de tuberculosos, tomando como modelo a algunos pacientes de tan temida enfermedad infecciosa, cuyos síntomas, como los rasgos demacrados o la pérdida de peso, plasmó en la efigie del Yacente. Como hemos señalado antes, este magnífico Cristo Yacente de Mariano Benlliure es imagen de procesión y participa cada Viernes Santo por la noche en la famosa Procesión de la Muerte de Cristo de la Semana Santa crevillentina. Durante todo el año se conserva en el Museo de la Semana Santa de Crevillent. |
Nota de La Hornacina: Sergio Lledó Mas es director del Museo de Semana Santa de Crevillent (Alicante).
Fotografías del Archivo del Museo de Semana Santa de Crevillent (Alicante)
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