LAS DOLOROSAS DE DIEGO ROLDÁN

José Manuel Moreno Arana y Jesús Abades


 

Estas Dolorosas, sin ser tallas extraordinarias, son sin duda hermosas creaciones de evidente interés. Aunque sólo se encuentra documentada la lebrijana Virgen de los Dolores, a la que habría que unir la pequeña talla mariana que ornamenta la cajonería de la sacristía de la jerezana Parroquia de San Miguel, es posible hablar de un conjunto de obras con claras conexiones formales. Hablamos, aparte de la talla lebrijana, de la Virgen de la Esperanza y de la Virgen del Valle, ambas en Jerez de la Frontera, de las sanluqueñas Virgen del Amor, Virgen de los Dolores en su Soledad y Virgen de la Soledad, y de la Virgen del Mayor Dolor de Medina Sidonia. Las seis han sido atribuidas a su gubia muy acertadamente; sin embargo, nunca se han sintetizado por escrito sus rasgos comunes.

Desde nuestro punto de vista, es posible hablar de unos rasgos físicos muy similares donde podemos observar el sello del autor: rostro perfectamente ovalado y estilizado, sin la morbidez que vemos por ejemplo en las vírgenes del jerezano Francisco Camacho de Mendoza; cejas finas, formando el entrecejo un perfecto triángulo; ojos de profunda mirada y melancolía; nariz recta y afilada, con fosas nasales pequeñas, casi circulares; boca de labios finos, con las comisuras hacia abajo, formando siempre una composición trapezoidal; varios dientes superiores postizos, a veces modelados en nácar y barbilla pequeña.

 

 

 

Virgen de los Dolores (Lebrija)

Titular de la Cofradía del Nazareno de dicha localidad sevillana, se trata de una de las escasas tallas documentadas del imaginero. A pesar de su herencia escultórica y de lo señalado por varios autores, este sucesor de Pedro Roldán se aleja un tanto de la estética roldanesca, tal y como podemos ver en esta imagen, no abandonándola del todo pero apreciándose el academicismo que empezaría a dejarse notar en la imaginería sevillana precisamente por los años de ejecución de esta obra. En realidad, Diego Roldán intervino sobre una escultura anterior, limitándose a realizar la mascarilla de la imagen y a estucarla y policromarla de nuevo, de ahí que presente las manos del tipo tenedor, propio de la centuria anterior.

 

Virgen del Valle (Jerez de la Frontera)

Atribuida por Fernando Aroca Vicenti, se trata de la más alterada de todas ellas, algo muy palpable en la mitad superior del rostro y en toda su policromía. En los años cuarenta, el escultor e imaginero Ramón Chaveli Carreres le talló nuevo cuerpo, eliminando su primitivo candelero, y le puso ojos de cristal; en los cincuenta, Juan Britto le retocó el rostro; y finalmente, en 1982, Francisco Buiza Fernández la encarnó de nuevo, dándole su aspecto actual.

 

 

 

Virgen de la Esperanza (Jerez de la Frontera)

Quizás la más conocida y emblemática de todas, puesta en relación con Diego Roldán por Pablo Javier Pomar Rodil. Perteneció a la antigua cofradía dieciochesca del Cristo de la Salud, con sede en el desaparecido Convento Mercedario Descalzo de Belén. La antigua Virgen de los Dolores es la única del grupo que no dispone la cabeza de manera frontal sino dirigida hacia su izquierda, posiblemente bucando el consuelo del Discípulo Amado, cuya talla no conservamos. Como nota anecdótica decir que siempre se había relacionado esta talla erróneamente a la escuela granadina, e incluso hubo algún atrevido que llegó a vincularla con la gubia del gran Pedro de Mena y, últimamente, ha habido quien sin ningún tipo de conocimientos la ha relacionado con su discípulo Miguel de Zayas.

 

Virgen del Amor (Sanlúcar de Barrameda)

Bella y dramática talla, de mirada suplicante hacia el cielo. Debió de realizarse, al parecer, hacia el año 1752, siendo perceptibles en su fisonomía grandes similitudes con la Dolorosa de la Yedra, antes citada. En el año 1993 fue restaurada por el escultor e imaginero gaditano Luis Enrique González Rey, quien hizo nuevo candelero y articulaciones, repuso lágrimas perdidas y pestañas postizas en los párpados superiores, y subsanó una grieta que se encontraba en el cuello de la imagen. Es titular de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio de Sanlúcar de Barrameda. La Cofradía del Nazareno de la mencionada localidad gaditana conserva una imagen de San Juan Evangelista (1759), labrada también por Diego Roldán.

 

 

 

Virgen de la Soledad (Sanlúcar de Barrameda)

También muy bella es esta devota pieza, a medio camino entre la Virgen de la Esperanza y la Virgen del Amor, a las que se asemeja en los abultados párpados y en el modelado de la boca, con dientes de nácar en su interior, respectivamente. Titular de la Cofradía del Santo Entierro, ha sido atribuida por el historiador Fernando Cruz Isidoro, coincidiendo efectivamente en cuanto a su estilo con otras tallas de idéntica iconografía puestas en relación con Diego Roldán. Debió labrarse hacia el año 1752.

 

Virgen de los Dolores en su Soledad (Sanlúcar de Barrameda)

Atribuida por María del Carmen Rodríguez Duarte, muestra notables analogías con la anterior efigie mariana. Sus manos -extendidas, y no entrecruzadas en actitud de ruego, como aparecen en la Virgen de la Soledad- poseen también los caracteres comunes del autor, de quien se puede decir que casi siempre las realizaba en serie, siendo idénticas a las de otras imágenes documentadas y atribuidas. También observamos en esta talla los singulares dientes de nácar, que sólo empleaba este imaginero en aquella época. Se venera en el Convento de Regina.

 

Virgen del Mayor Dolor (Medina Sidonia)

Su modelado es bastante similar al de la Virgen del Amor, aunque no llega a alcanzar las calidades de esta espléndida Dolorosa. Para Cruz Isidoro, supone incluso una especie de ensayo de la titular de la cofradía sanluqueña del Silencio; si bien, en este caso, la pálida impronta, en la que destacan los grandes y expresivos ojos vítreos con la mirada elevada, no parece haber sufrido restauraciones de importancia. Tan piadosa imagen es titular de la Cofradía de la Sangre y recibe culto en el Convento de la Victoria.

 

 

Sobre la descripción de las manos de las dolorosas de Diego Roldán, mencionar el interesante estudio del historiador del arte jerezano Pablo Pomar Rodil, publicado con motivo de la restauración de la Virgen de la Esperanza. Muy característicos de Diego Roldán son los nudillos deprimidos, formando una linea de hoyuelos, y el pulgar deformado por el aplastamiento de su extremo y acabado en una uña redondeada. También advertimos que une siempre los dedos corazón y anular, detalle característico pero no exclusivo de este artífice. 

Diego Roldán, aunque tuvo una singular sensibilidad para la iconografía de la Mater Dolorosa, fue un imaginero discreto, poco dotado para el modelado y las proporciones anatómicas. Presenta un nivel artístico similar al de sus hermanos Jerónimo y Marcelino Roldán, inferior en todo caso al de su primo Duque Cornejo y a uno de sus contemporáneos, su principal rival: el jerezano Francisco Camacho de Mendoza. No obstante, desarrolló una enorme actividad que prueba una gran aceptación de su obra.

Otro aspecto muy interesante es la firma de todas sus obras. En el caso de sus Dolorosas, firmaba detrás de la mascarilla, como se pudo comprobar en la intervención de la Virgen de los Dolores de Lebrija. Firmaba poniéndose el "Don" delante del nombre, ya que los Roldanes se consideraban hidalgos.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

AROCA VICENTI, Fernando: "La Historia del Arte en Jerez en los siglos XVIII, XIX y XX" en VV. AA.: Historia de Jerez de la Frontera. Tomo III ("El Arte en Jerez"). Cádiz, 1999.

CABALLERO RAGEL, Jesús: "Notas Documentales sobre cuatro esculturas existentes en Jerez de la Frontera", en Trivium, Jerez de la Frontera, 1996.

CRUZ ISIDORO, Fernando: "Aproximación a la vida y obra del escultor dieciochesco Diego Roldán Serrallonga", en Carrera Oficial, Cádiz, 2008.

MORENO ARANA, José Manuel: "Aproximación al imaginero Diego Roldán Serrallonga", en Jerez en Semana Santa, Jerez de la Frontera, 2006.

POMAR RODIL, Pablo J.: "Estudio Histórico y Artístico", en VV. AA.: Nuestra Señora de la Esperanza. Proceso de restauración, Jerez de la Frontera, 2006.

RODRÍGUEZ DUARTE, María del Carmen: El Convento de Regina Coeli, Sanlúcar de Barrameda, 2004.

 

Fotografía de Medina Sidonia de http://semanasantademedinasidonia.blogspot.com

 

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