UNA POSIBLE OBRA DE FRANCESCO GALLEANO EN LA IGLESIA
VATICANA Y CASTRENSE DE SAN FRANCISCO (SAN FERNANDO-CÁDIZ)
Francisco Cabrera Casanova
Presidiendo la sacristía de la Iglesia Vaticana y Castrense de San Francisco en San Fernando (Cádiz), podemos contemplar la imagen de un Crucificado de tamaño menor que el natural, de autor anónimo. Por sus características podemos encuadrarlo dentro de la escuela gaditano-genovesa imperante en la provincia durante el siglo XVIII.
La imagen muestra a Cristo Expirante sujetado por tres clavos sobre cruz de tipología arbórea. Está tallada en madera de tilo encarnada al óleo, presentando unas medidas de 80 centímetros de altura desde la cabeza hasta los pies, y una distancia entre ambas manos de 61 centímetros. El Crucificado evidencia una clara filiación genovesa en su estilo, y un marcado carácter maraglianesco, presentando un denotado estudio anatómico de elegante belleza, aunque el cuerpo aparece de manera menos arqueada que en otras interpretaciones cristíferas de dicha escuela; huyendo así su autor en esta ocasión de la fuerte inclinación, mostrando tan solo una leve torsión con centro a su derecha. La cabeza aparece inclinada hacia la izquierda, reclinada hacia atrás elevando la mirada hacia el cielo, mostrándonos la boca entreabierta con los dientes y la lengua en su interior. La imagen posee ojos de cristal y corona de espinas anudada con cuerda.
Su cabello aparece tallado finamente con los característicos mechones, formando bucles muy sueltos que caen sobre su espalda y hombro derecho; siendo su barba tratada con un similar planteamiento. El paño de pureza o perizoma aparece agitado, plegado y anudándose con cuerda en su lado izquierdo, dejando ver la cadera.
La talla, como ya hemos referido anteriormente, la encuadramos dentro de la escuela de escultores genoveses afincados en tierras gaditanas, ya que posiblemente pertenezca al círculo de seguidores residentes en Cádiz del maestro ligur Antón Maria Maragliano. Presenta claras similitudes con otras obras cristíferas del grupo, repartidas por la geografía gaditana, en especial con el Cristo en la Cruz de la Iglesia Prioral de El Puerto de Santa María (Cádiz), de clara filiación maraglianesca y atribuido al genovés Francesco Galleano, escultor nacido en Génova en torno al 1713 y fallecido en Cádiz en 1753. Otros historiadores, en cambio, atribuyen esta imagen a Giovanni Battista Maragliano por su parecido con el Cristo venerado en el Oratorio de la Santísima Annunziata, de la ciudad Italiana de Ovada, y con el Crucificado del Oratorio di Santa Chiara, de Bogliasco, también en Italia.
Dadas las similitudes estilísticas entre estos dos escultores, se hace difícil definir una clara paternidad del Crucificado de la isleña Iglesia de San Francisco; aunque personalmente me inclino a pensar por una posible autoría de Francesco Galleano, pudiéndose fechar su ejecución en la primera mitad del siglo XVIII; sin descartar, no obstante, su realización por parte de otro escultor estrechamente ligado al taller del maestro ligur Maragliano.
La imagen ha sido restaurada en el año 2007 por Don Juan Pérez Bey, consistiendo dicha restauración en la reposición de algunos dedos perdidos en las manos y la fijación de ensambles en los brazos con el torso, así como en la aplicación de un tratamiento especifico contra los xilófagos.
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