LA VIRGEN DEL BUEN SUCESO, PATRONA DE CIEZA
José María Cámara Salmerón. Fotografías de Roque Belda
Como primer dato debemos tener que Nuestra Señora, la Virgen del Buen Suceso, fue nombrada en el año 1725 Patrona de la Villa de Cieza. Tal nombramiento fue promovido por el clero local.
La imagen primitiva fue una talla de vestir de tamaño inferior a la actual. Se desconoce la autoría y año de ejecución de esta obra. Durante la Guerra Civil fue destruida, provocando que se promoviera una cuestación popular para que se pudiera encargar una nueva imagen bajo la advocación de la Virgen del Buen Suceso, advocación mariana de Gloria.
Habiendo obtenido el dinero necesario para poder encargar la imagen, se elige como artífice de la misma al prestigioso imaginero de Aljucer (Murcia), Don Juan González Moreno (1908-1996).
En el año 1942, el afamado autor acaba la obra, siendo la misma una réplica de la efigie desaparecida en los disturbios de la Guerra Civil, pero de mayor tamaño. La nueva imagen realizó su primera salida procesional el mismo día en que fue bendecida: el 24 de Agosto del año 1942, festividad de San Bartolomé Apóstol, Patrón de la villa murciana de Cieza.
Tras la construcción de su ermita, se acuerda que la Señora sea trasladada para las fiestas de San Bartolomé, estando alternativamente custodiada en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y en el Convento de San Joaquín. A la misma se le organizaría un novenario o triduo, así como una procesión por las calles más céntricas del pueblo; posteriormente, bajaría el día 15 de Agosto para procesionar con el patrón de la Villa ese mismo día, y subiría en procesión o romería el día de su festividad el día 8 de septiembre. Más tarde, se decide que la Virgen bajaría al pueblo en romería el día de su festividad, el 8 de septiembre, y volvería a su ermita otra vez en romería el tercer fin de semana de septiembre o bien el segundo fin de semana del mismo mes.
La actual imagen que realizara Juan González Moreno desprende dulzura y belleza por partes iguales, tanto del rostro del Niño, que abre sus brazos a los fieles y bendice con la diestra, como de la Virgen María, cuyo bello semblante se halla enmarcado por larga y morena cabellera tallada. La imagen porta en su mano derecha un cetro y en su mano izquierda porta a su Hijo Jesús.
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