LA CAPILLA DE JESÚS NAZARENO EN EL CONVENTO JEREZANO DE SAN FRANCISCO

Antonio de la Rosa Mateos (07/02/2014)


 

 

Introducción

Sería en 1264 cuando Alfonso X El Sabio conquista de manera definitiva Jerez. Una de sus primeras disposiciones del monarca fue crear seis iglesias en las antiguas mezquitas, cuatro dedicadas a los evangelistas, San Marcos, San Lucas, San Mateo y San Juan, y las otras dos, a nuestro Patrón San Dionisio y a San Salvador, hoy Catedral. También existían tres pequeños reductos o fortificaciones fuera de la muralla a pocos metros de las puertas de Sevilla, Santiago y Puerta Real. Estas pequeñas edificaciones militares fueron el origen del convento de Santo Domingo, de la iglesia de Santiago y del cenobio de San Francisco (1). La donación a los franciscanos, además de la casa iba acompañada con terrenos para huerta, que llegaban a la calle Évora (2).

Sobre la fábrica de la iglesia de San Francisco, no voy a entrar, ya que no es el tema de este trabajo, solo anotar que el aspecto actual, después de varias reformas y derrumbes, donde destaca el del 23 de mayo de 1771, hacen que las trazas del templo actual se termina en 1787, de la mano del maestro mayor de la ciudad el arquitecto Juan Díaz de la Guerra. La iglesia presenta planta rectangular de dos naves, abriendo las arcadas del lado del evangelio a pequeñas capillas sin comunicación entre sí (3).

Centrándonos en los claustros, gracias a un plano de 1780 que dio a conocer el historiador Fernando Aroca (4) y el cual reproducimos (imagen inferior), nos da una visión bastante exacta de cómo eran dichos claustros. Frente a la puerta actual de la iglesia había un pozo, y a la derecha de ésta se encontraba la portería que daba a los claustros con un estribo a cada lado de las paredes del convento. Seguía la puerta de la capilla del Nazareno, la de la sacristía y la del almacén de dicha capilla, continuando a unos metros el almacén de la Hermandad de las Cinco Llagas la cual tenía patinillo interior. Frente a la capilla del Nazareno había una gran cruz de piedra. El ejido ocupaba un espacio bastante amplio delimitado por las casas de la calle Lancería y Corredera, encontrándose en el centro restos de escombros de la obra de la iglesia y abundante vegetación. Tenía tres pequeñas puertas, una estaría en lo que aproximadamente es ahora el Gallo Azul, otra en el Arenal por la hoy Caja de Ahorros, y por último una a la calle Corredera muy cercana a la entrada actual de la plaza Esteve.

A raíz de la desamortización emprendida en 1835 por el gobierno liberal de Isabel II se decreta la exclaustración y desamortización de las órdenes religiosas en España, siendo ejecutado por el ministro de Hacienda Juan de Dios Álvarez de Mendizábal. El claustro franciscano fue derribado en 1840 para realizar el mercado público en 1885, diseñado por José Esteve y López y con una superficie de 3.228 metros cuadrados (5). Este Mercado de Abastos fue a su vez fue mutilado en los años 50 del siglo XX ya que dos naves fueron derribadas para realizar el edificio que ahora ocupa Medio Ambiente. La gran transformación de la que hoy conocemos como Plaza Esteve llegó a mitad del pasado siglo, con tres nuevos edificios proyectados por el arquitecto Fernando de la Cuadra e Irizar (Utrera, 1904 - Jerez de la Frontera, 1990), con lo que el conocido compás o patio de San Francisco quedó bastante menguado en sus dimensiones con la construcción de las viviendas plaza Esteve, número 2 en 1949; las viviendas de la esquina calle Lancería-Plaza Esteve en 1954; y por último el edificio de IARA en 1959 (6).

 

 

Antecedentes de la primitiva capilla en el convento de San Francisco

La Hermandad gremial de toneleros de San Andrés tiene su origen en 1585 en el convento de San Francisco, y fue transformada años después en Cofradía de penitencia de Jesús Nazareno como así lo acredita un documento que en 1641 ya existía (7). En sus inicios suponemos que la naciente Hermandad tendría altar en la propia iglesia del convento. Existe una licencia que da el Padre Provincial de la Orden Franciscana en 1673, donde autoriza pasar de la capilla concedida en 1641 a otra más grande.

Dicho documento (8) informa de esa primitiva capilla existente en los claustros del convento y que se conocía popularmente como "la clase", ya que posiblemente había servido para aula en el colegio o centro de estudios del cenobio, como relata el historiador Hipólito Sancho. Estaba situada en el claustro principal entre el erario municipal y la capilla que perteneció a los herederos de don Juan Lorenzo de Fuentes, caballero 24 de la ciudad. La capilla fue ocupada por la Hermandad entre los años 1641 y 1673.

 

 

Cambio de capilla en 1673

La Comunidad Franciscana vuelve a acordar la cesión de la capilla con la Hermandad, y a volver a dejar claro que los estipendios corresponderían exclusivamente a los franciscanos. Los tratados se firmaron el 16 de abril de 1673 en la celda de Padre Guardián, Fray Diego Ángel, rubricándolos los hermanos mayores Juan Benítez de Nunciabay, que era abogado y vecino de la collación del Salvador, y Francisco Polanco, vecino de San Miguel. Pero, a los pocos días, y sin saberlo la comunidad franciscana, la Hermandad traspasa su capilla y adquiere otra del convento que pertenecía a la familia Corral de la Cueva, titulada de antigua Capilla de Ánimas.

El 24 de abril se escritura el acuerdo de permuta con los herederos Alonso y Francisco del Corral y de la Cueva. La capilla había sido cedida al abuelo de estos, don Cristóbal de la Cueva el 5 de mayo de 1617, pero se encontraba en un penoso estado, con un avanzado estado de abandono. La bóveda se había caído y las vigas estaban ya rajadas, pero era más grande, además de la posibilidad de abrirse al claustro por un lado y al compás por otro, ya que estaba en la portería del convento, dando al refectorio el testero de la capilla, una pared lateral al claustro principal y la otra al compás, siendo la entrada por la portería. Aunque los gastos eran elevados, la Hermandad desde un primer momento que era beneficioso, ya que había la posibilidad de abrir una puerta por el compás, lo cual facilitaba la entrada de hermanos y devotos a la capilla sin molestar a los frailes, aunque se abriría otra al claustro y así no perder tampoco éste espacio habitual de estancia de la Cofradía. Con este cambio ganaban las dos partes, ya que la Hermandad salía muy beneficiada, a pesar de los elevados gastos de restauración, y la familia del Corral y de la Cueva, se iba a una capilla en perfectas condiciones, incluso la corporación se comprometía a esculpir y colocar el escudo de la familia.

Al haberse hecho sin consentimiento del convento el Padre Guardián se dirigió al Padre Provincial fray Alonso Calderón, el cual en un escrito de 5 de julio de 1673 autorizaba dicha permuta, ya que el convento también ganaba ya que arreglaría una capilla derruida. Además la Cofradía había pedido un trozo que tenía dos varas en la portería que era el ingreso desde la capilla de los del Corral a fin de ampliar la capilla permutada, dando una limosna en compensación de cuatrocientos reales para las obras de la iglesia, además consolidarían el dormitorio de los religiosos que estaba encima de ésta. Con estas condiciones los franciscanos firmaron el acuerdo el 24 de julio de 1673 y cedieron la antecapilla (9).

Para la nueva capilla en el compás del convento de San Francisco, en 1675, Lorenzo de Vargas realizará un retablo para la Hermandad de Jesús Nazareno. Fue realizado en madera de borne y cedro y el documento señala: "con dos cuerpos y el banco principal y sotobancos de madera y a de llebar toda la obra de escultura y ensamblaje que tiene dha planta y las dos historias questan en el segundo cuerpo a los lados del santo cristo". Las tallas de bulto se limitaron a ocho serafines, ya que las imágenes titulares las poseía la Cofradía con anterioridad al encargo. El precio ascendió a 31.500 reales de vellón, sin incluir el precio cobrado por el albañil contratado para asentar dicha obra en la Capilla (10).

Según Andrés Hidalgo en la memoria histórica de la Hermandad, la capilla tenía una sola nave de bóveda, siendo sus dimensiones muy parecida a la iglesia de las Reverendas Madres Descalzas de la calle Barja. En el frente se encontraba el altar y retablo mayor con la imagen en el centro de Nuestro Padre Jesús y en los nichos laterales las imágenes de San Andrés y San Juan Evangelista. En el costado derecho frente a la puerta estaba el altar de la Virgen, no teniendo más altares la iglesia. Toda ella estaba cubierta de azulejos hasta bastante altura que le daban un aspecto muy vistoso representando su dibujo atributos de la Pasión. La puerta principal daba al llamado patio de San Francisco (11).

Podemos ampliar esta descripción con los que nos cuenta Juan de Trillo en el libro de Memorias sobre la profanación con saqueo y destrozos que realizan los franceses en a finales de febrero de 1810. La cruz de carey se guardaba en la sacristía donde había una cajonera y un retablo, y había un almacén alto donde había un armario con la túnica bordada del Señor, realizada en el año 1807 con un coste de 22000 reales de vellón, robándola con otra de la Virgen. También allí se encontraba el palio de terciopelo morado bordado en oro teniendo sus cenefas y cielo con el escudo de la Hermandad. Las cenefas de plata de martillo de las andas de la Dolorosa y el cielo que era de terciopelo celeste con estrellas de plata fue destrozado, para robar las estrellas. Las cuatro letras del Senatus corrió la misma suerte al igual que la trompeta. Los desperfectos continuaron echando otra puerta abajo accediendo al almacén, donde se encontraba 317 cirios, seguidamente destruyeron tres cajas grandes y un guardarropa con 422 túnicas (...) (12).

Junto a ella tenía sacristía y un almacén, y seguía otro almacén con patinillo interior de la Hermandad de las Cinco Llagas. Más o menos en lo que hoy sería "la Vega". En 1810 las tropas francesas rompieron y robaron todo lo que pudieron de la capilla. Las imágenes habían sido trasladadas a la Catedral. Y la capilla fue convertida en una cuadra para sus caballos. Afortunadamente el 26 de agosto de 1812 abandonaron Jerez. El 21 de febrero de 1813 la Hermandad recuperó la capilla y el 20 de mayo se reabrió al culto.

Además de lo que hemos podido obtener por Hidalgo y Trillo para hacernos una idea bastante exacta de cómo era la capilla en el claustro de San Francisco, tenemos un inventario muy exhaustivo de alhajas y efectos de Nuestro Padre Jesús del año 1813, realizado por Juan de Trillo y Francisco Palomino para entregarlo al presbítero don Dionisio Laiglesia (13) el cual nos aporta numerosos datos tanto de la citada capilla, como del patrimonio de la Cofradía, ya que es muy descriptivo y nos aporta también los arreglos que se tuvieron que realizar después de los destrozos de las tropas francesas. Podemos completar la exhaustiva descripción de la capilla con una nueva puerta de hierro, según factura fechada el 18 de junio de 1814 por un importe de 900 reales de vellón (14), para el pórtico de la capilla que fue pintada de verde. Después de 1835 tras la desamortización de Mendizábal, existe un documento en el Archivo Municipal de 1837 donde se señala la plata existente en la capilla del Jesús Nazareno (15).

 

 
 
Fotografía de los inicios de los años 30 del siglo XX donde se puede observar la plaza de abastos como era originalmente y el patio de San Francisco.

 

El derribo de la capilla y el claustro de San Francisco

Tras la desamortización el convento sufre un abandono total y el ayuntamiento informa del estado de ruina en que se encontraba. En cabildo de 21 de octubre de 1840 se señala que sea derribado y en su lugar se forme una plaza de mercado, aunque también hay una propuesta días después, en cabildo de 27 de octubre, para que en las galerías del patio se monte un café y este se pueda arrendar (16). En ese año era Alcalde Manuel Sánchez Silva. Parte del material se vendió, como las puertas de la Capilla para una viña, así como las columnas de mármol, compradas por Víctor Viaña (17), que las colocó en la tienda y café de la Victoria que estaba situada en la plaza Alfonso XII, hoy Arenal, número 3 y que tenía vistas a la plaza y a la calle Lancería (18).

Los azulejos pasaron la mayoría al Hospital de Santa Isabel, a la nueva casa del Ayuntamiento, al exconvento de Capuchinos y a casas particulares, recuperándose algunos del convento de capuchinos gracias al cofrade del Santo Crucifijo Juan de Mata López de Meneses quien los entregó a la cofradía, y con los cuales se colocaron en la antigua fachada de San Juan de Letrán formando una cruz, con 19 unidades (19), perdurando allí hasta las obras de 1976, pasando después a la casa de Hermandad (20).

La Hermandad tuvo que dejar su capilla donde había tenido su sede canónica desde 1673, pasando provisionalmente a la iglesia de San Francisco, donde estuvieron poco tiempo, llevándose después las imágenes a una capilla del lado de la Epístola del convento de San Agustín (21), para trasladarse en 1853 en la Capilla de San Juan de Letrán. Todo el compás fue convertido en un solar y fue destinado a mercado de carbón, de frutas y hortalizas. Como ya comentamos en la introducción en 1885 se inaugura en el antiguo ejido de San Francisco el edificio del Mercado Central de Abastos diseñado por José Esteve y López.

Finalizo con un documento fechado el 4 de octubre de 1841 donde aparece como encargado de la Hermandad de Jesús Nazareno don Lucas Triano, en una relación del Vicario Eclesiástico que facilita al Ayuntamiento de las Mayordomías de Fábricas, Colecturías, Hermandades y Capillas de esta ciudad (22).

 


 

BIBLIOGRAFÍA

(1) RALLÓN Y DE MERCADO, Fray Esteban. Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los Reyes que la dominaron desde su primera fundación. V. I. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz y del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Cádiz, 1998. P. 276.

(2) RALLÓN Y DE MERCADO, Fray Esteban. Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera... V. IV. P. 156.

(3) POMAR RODIL, Pablo J. / MARISCAL RODRÍGUEZ, Miguel A. Guía de Jerez artística y monumental. Sílex ediciones. Madrid, 2004. Pp. 177 y ss.

(4) AROCA VICENTI, Fernando. Estudios para la arquitectura y Urbanismo del siglo XVIII en Jerez de la Frontera. San Fernando (Cádiz), 1989. Pp. 45-68.

(5) CIRERA GONZÁLEZ, José A. "El mercado central de abastos cumple cien años", en Diario de Jerez de 14 de abril de 1985. P. 7.

(6) ALADRO PRIETO, José Manuel / CASTELLANO ROMÁN, Manuel. Fernando de la Cuadra e Irizar. Arquitecto 1904 /1990. Instituto de Cultura de Jerez. Jerez de la Frontera, 2006. Pp. 56-57 y 67.

(7) REPETTO BETES, José Luis (Coord.). La Semana Santa de Jerez y sus Cofradías. Tomo I. Biblioteca de Urbanismo y Cultura del Ayuntamiento. Jerez, 1995. Pp. 327-329.

(8) REPETTO BETES, José Luis (Coord.). La Semana Santa de Jerez... Tomo I. Pág. 330-331.

(9) REPETTO BETES, José Luis (Coord.). La Semana Santa de Jerez... Tomo I. Pág. 336-340.

(10) A.P.N.J.F. Escribanía de José de Castro. Oficio XXI. Años 1674-75. Fecha 6 de agosto de 1675. Folios 357 y ss., citado por JÁCOME GONZÁLEZ, José / ANTÓN PORTILLO, Jesús. "Apuntes históricoartísticos de Jerez de la Frontera en el siglo XVII", en Revista Historia de Jerez, N.º 6. Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Jerez de la Frontera, 2000. P. 190.

(11) HIDALGO Y ORTEGA, Andrés. Memoria Histórica de la Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Imprenta de Melchor García Ruiz. Jerez, 1887. Pp. 16-17.

(12) HIDALGO Y ORTEGA, Andrés. Memoria Histórica de la Venerable Hermandad... Pp. 11-12.

(13) Archivo de la Hermandad de Jesús Nazareno de Jerez de la Frontera. Caja N.º 3. Expediente de Jesús Nazareno. Inventario 1813.

(14) Archivo de la Hermandad de Jesús Nazareno de Jerez de la Frontera. Caja N.º 3. Expediente de Jesús Nazareno. Factura N.º 14.

(15) A.M.J.F. Legajo 106. Exp. 3354.

(16) A.M.J.F. Legajo 106. Exp. 3362.

(17) HIDALGO Y ORTEGA, Andrés. Memoria Histórica de la Venerable Hermandad... P. 16.

(18) PLATA, Juan de la. Los tabancos y ventas de Jerez. Ediciones Cofran. Jerez, 2003.

(19) En la actualidad se conservan catorce. Su tamaño es de 13 x 13 y se representa: Túnica, lamparilla, dados, guante, INRI, escalera, columna, corazón atravesado por una daga, cáliz, martillo, jarra, santa faz, clavos y oración en el huerto.

(20) HIDALGO Y ORTEGA, Andrés. Memoria Histórica de la Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Segunda edición con coordinación de GARCÍA FERNÁNDEZ-PALACIOS, José A. Jerez, 2010. P. 57.

(21) HIDALGO Y ORTEGA, Andrés. Memoria Histórica de la Venerable Hermandad... P. 17.

(22) A.M.J.F. Legajo 106. Exp. 3360. Fol. 27 vto.

 

 
 
Primitivos azulejos cerámicos de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el convento jerezano de San Francisco.

 

Nota de La Hornacina: extracto del trabajo basado en la conferencia pronunciada por el historiador jerezano Antonio de la Rosa Mateos en la Casa de Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Jerez de la Frontera) el 22 de noviembre de 2013, bajo el título La Capilla de Jesús Nazareno en el Convento de San Francisco. Dicho trabajo ha sido editado por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Jerez de la Frontera.

 

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