NEGRA SOMBRA: UN ESPACIO PÚBLICO PARA LA FE.
CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE MÁLAGA 2019

Genoveva Gallardo Marín (11/01/2019)


 

 

"Me gusta cómo se controla el tiempo que se pasa mirando una imagen. Leí que los investigadores de un gran museo en Londres descubrieron que la persona promedio mira una pintura durante ocho segundos. Por lo tanto, si usted pone su arte en un semáforo, ya está obteniendo mejores números que Rembrandt"

Banksy

 

 

La Semana Santa tiene por objetivo la manifestación pública de la Pasión y Muerte de Jesucristo, una celebración a escala urbana, en la que la religiosidad cataliza y unifica el espacio público. La fiesta se configura como una memoria excepcional de la historia de cada ciudad, alterando y apropiándose del espacio de la urbe. Una manifestación que crea una catequesis de fe, generando una intensa comunicación entre las imágenes y el público.

El cartel de José Antonio Jiménez Muñoz resume de manera sobresaliente la condición "sine qua non" de la Semana Santa para y por la calle, del sentido de buscar en el espacio profano de la urbe, el contacto con el fiel. Desde el momento que una imagen atraviesa el umbral que separa de la iglesia, debe transformarse ésta en una prolongación del ámbito sagrado (incluyendo hasta su propia sombra).

Tres elementos definen las claves del cartel: una dolorosa, un grafiti y una pared. El autor ha querido sintetizar la obra para recordarnos el concepto original del lenguaje cartelístico, evitando la intrusión de numerosos elementos que distraen la visión y conducen a una idea inequívoca de este género.

En el cartel se identifican la contraposición de dos conceptos de cultura y de técnicas artísticas diferentes: por un lado la tradición religiosa marcada por la imagen barroca de una dolorosa accesible para su contemplación en una capilla callejera y que sacraliza un espacio público, realizada con la técnica de acrílicos y óleos. Y la modernidad del grafiti creado como medio de expresión social por las tribus urbanas en torno a los años 70 e identificativo de los intereses de los jóvenes y modas del arte urbano o "street art", ejecutado con aerógrafo. En este caso el pintor ha introducido esta novedosa técnica de escritura/pintura mural en la cartelística de la Semana Santa para "ocupar" un espacio en el lienzo, emitiendo un mensaje identificativo a la masa social. Recordemos que el grafiti o el arte urbano en general tiende a apropiarse de un espacio alterándolo de forma efímera o perenne para el agrado o no del viandante, teniendo en cuenta que las procesiones de Semana Santa también "se apropian" de un espacio urbano durante siete días o más.

 

 

 

Por otro lado, la obra contiene en sí misma una paradoja, uniendo dos disciplinas artísticas, una dentro de la otra: el propio cartel y el grafiti. Ambas ya sean de forma legal o vandálica, se proyectan sobre una pared o en una marquesina publicitaria, en la fachada de un edificio o la puerta de un comercio, englobándose según algunos especialistas en el arte urbano o "street art" y que tienen como objetivo enviar un mensaje muy concreto a la masa social.

La imagen de la Virgen de los Dolores del Puente se representa de perfil, ocupando a modo de triángulo rectángulo la derecha del formato, creando así José Antonio Jiménez una diagonal divisoria en el lienzo, diferenciándose claramente entre el negro del manto y el blanco de la pared. Esta fórmula de dividir el lienzo es habitual en la cartelería del pintor: véase los carteles de la hermandad del Rescate de 2018, el cartel de la Semana Santa de Vélez-Málaga o la portada de la revista la Saeta de 2015. La Virgen enlutada pasa por delante de la pared, dejando tras de sí, la silueta de una sombra que nos retrotrae a un conocido poema de Rosalía de Castro titulado "Negra sombra" y que ha servido al pintor como referente para su obra:

 

"Cuando pienso que te fuiste,

negra sombra que me asombras,

a los pies de mis cabezales,

tornas haciéndome mofa.

Cuando imagino que te has ido,

en el mismo sol te me muestras,

y eres la estrella que brilla,

y eres el viento que zumba.

Si cantan, eres tú que cantas,

si lloran, eres tú que lloras,

y eres el murmullo del río

y eres la noche y eres la aurora.

En todo estás y tú eres todo,

para mí y en mí misma moras,

ni me abandonarás nunca,

sombra que siempre me asombras."

 

La Virgen de los Dolores es una de las escasas dolorosas de Málaga que mantiene su vestimenta de color negro prácticamente durante todo el año. El pintor y vestidor de la Virgen de los Dolores del Puente ha querido recoger para este cartel de forma impactante e inusual, la imagen sencilla, vestida de luto pero con corona, corazón, puñal y escapulario, elementos identificativos de la dolorosa desde 2004.

 

 

 

El lienzo tiene una base de imprimación a la creta, una capa de pintura a la tiza, y por último una capa de acrílico blanco aplicada con un palustre, todo ello para imitar el efecto de granulados y desconchones de la pared. Un muro blanco que nos puede recordar a las paredes encaladas del desaparecido barrio del Perchel, a las primeras procesiones de los años ochenta de la Virgen de los Dolores del Puente por las estrechas calles arropada por vecinos y devotos. Es en definitiva el muro sobre el que se refleja la historia de Semana Santa de Málaga. Sobre la pared y bajo la firma del pintor, un clásico monigote infantil, que dentro de su espontaneidad y anonimato han influido en el arte del grafiti o postgrafiti.

En cuanto a la tipografía de grafiti, Jiménez utiliza un relleno degradado de rojo-anaranjado a amarillo incorporando el color del fondo de la pared. Tonos que no son casuales, ya que representan el color del fuego, presente en nuestra Semana Santa y en la Pascua, símbolo de la luz eterna de la Resurrección. Además utiliza para el 3D de la tipografía el color negro y salpicado con una nube de puntos rojos. La rotulación de "Málaga 2019" responde a la fórmula tradicional de los carteles antiguos y tienen el tono del color de la imprimación.

Sin duda es un concepto de cartel que nos transmite la fe en las calles de forma efímera y perenne, fe que se asoma todo el año a través de una verja para que no nos abandone nunca, fe que se adapta a nuestros tiempos a través de la comunicación global y la denuncia, mostrando un mensaje al igual que el de hace más de 2000 años, de Gloria y Resurrección.

 


 

 

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