SANTA ANA Y LA VIRGEN NIÑA DE MORÓN DE LA FRONTERA (SEVILLA)
PROYECTO DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN DE LA TALLA

Con información y fotografías del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico


 

 

Iconográficamente, la talla representa a Santa Ana enseñando a leer a la Virgen María niña, dos imágenes realizadas en madera policromada ubicadas en la iglesia del antiguo hospital de San Juan de Dios de Morón de la Frontera (Sevilla), actualmente Colegio de las misioneras de la Inmaculada Concepción.

En los siglos XVII y XVIII se produce un resurgimiento de la devoción a la madre de la Virgen y los artistas suelen representarla como maestra de la pequeña María. El tema iconográfico no es nuevo, pero ahora se repite con mucha frecuencia por la dimensión intimista y familiar que posee y sobre todo porque las academias promulgaban insistentemente la difusión de la ciencia y la cultura.

La representación de la Virgen Niña aprendiendo a leer, además de santificar la enseñanza y el aprendizaje, constituye un modelo para la sociedad ilustrada del momento.

Este grupo escultórico se venía atribuyendo al escultor e imaginero José Montes de Oca (hacia 1676-1754), de probable origen sevillano, fijando su fecha de ejecución hacia el año 1740. Durante el proceso de intervención, los historiadores del arte que trabajan en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) han podido constatar la citada autoría tras localizarse un documento personal dirigido al mencionado artista en la cabeza de la escultura de la Virgen. Dicho documento está fechado en 1724.

Las imágenes ha sido objeto de diversas restauraciones y modificaciones que no están documentadas. La más significativa, además de los numerosos repintes que el grupo mostraba, es el cambio de posición de la Virgen, que fue colocada en la peana de Santa Ana, para lo cual se mutilaron parte de las vestimentas, tanto de la santa como de la imagen mariana. También se modificó la disposición de la mano derecha de la figura de Santa Ana para facilitar su nueva ubicación.

En relación con la intervención de conservación efectuada a ambas imágenes en el IAPH, en primer lugar los expertos llevaron a cabo estudios previos: estudio radiológico, examen de la talla con iluminación ultravioleta, estudio de la superficie polícroma con lupa binocular y estudio de correspondencia de capas policromas.

 

 

 

Además se hicieron los estudios de caracterización de los materiales constitutivos de la obra: identificación de la madera, pigmentos, estratigrafías, etcétera. Durante el estudio radiológico se constató la presencia de un elemento en el interior de la cabeza de la imagen de la Virgen a la que posteriormente se accedió para restaurar los ojos y se localizó el referido documento donde figuraba el nombre de José Montes de Oca.

Como alteraciones principales, mencionadas en parte, se podían destacar las numerosas pérdidas de soporte, falta de adhesión tanto de algunas piezas del soporte como de la capa pictórica y de preparación al soporte, y numerosos repintes que distorsionaban el aspecto del grupo escultórico.

Una vez finalizados los estudios previos y la fase de desinsectación por medio de gases inertes, se llevaron a cabo las pruebas de limpieza. Luego los técnicos del IAPH fijaron los levantamientos generalizados especialmente agudizados en las vestimentas de las imágenes con adhesivos compatibles con la técnica de estofado.

También se realizó la consolidación del soporte en aquellas zonas donde era necesario, y fue igualmente preciso separar la pieza que cierra la parte posterior de la cabeza de la escultura de la Virgen para acceder a la consolidación de los ojos, que estaban fracturados.

La siguiente fase de este proceso de conservación-restauración consistió en la limpieza general de los depósitos superficiales de polvo y suciedad, y la eliminación de los barnices oxidados y de los repintes generalizados en las vestimentas y en la peana, fruto de restauraciones anteriores. A continuación se reintegraron las pérdidas de soporte como el gran pliegue de la túnica y la parte superior de la toca de la santa, o los dedos de la mano derecha o piezas en la túnica de la Virgen, o la moldura frontal de la peana.

Posteriormente, se procedió al estucado y enrasado de las numerosas lagunas existentes en la capa pictórica, pasando a reintegrarlas cromáticamente mediante una técnica reversible y con criterio de diferenciación. Finalmente, se aplicó un barniz protector a la totalidad del grupo escultórico.

 


 

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