Presentación

El pasado sábado 25 de marzo tuvo lugar, en la Parroquia de Santa Eulalia de Murcia, la presentación del boceto escultórico en barro del nuevo paso procesional de la Santísima Trinidad que va a incorporar la Real y Muy Ilustre Archicofradía de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado.

Si echamos un vistazo por las distintas procesiones de la Resurrección de Cristo que hay, no sólo en España, sino en otros países que mantienen estas tradiciones, podemos sentirnos orgullosos de que en Murcia, con la que organiza la Archicofradía del Resucitado, tenemos una procesión de la Resurrección única en el mundo. Única porque no hay otra en la que aparezcan reflejados en andas procesionales todos los pasajes del Dogma de la Resurrección de Cristo (1), y única por la muy interesante existencia y conservación de pasos alegóricos (2) en los que se va a circunscribir esta nueva aportación iconográfica para la Archicofradía: la Santísima Trinidad.

Todas estas conjeturas las ha tenido muy en cuenta David de Andrés Serrano, joven y entusiasta nazareno murciano que lleva 30 años en la Archicofradía, y que, alentado por los consejos de varios amigos de otras cofradías, decidió presentar a la Junta Directiva esta nueva Hermandad para el Domingo de Resurrección, y lo hizo de la mano de otro también joven y gran nazareno murciano, Ángel Javier García Hernández.

¿Por qué la Santísima Trinidad?

Pues porque es muy saludable tener siempre presente nuestra historia, y la de esta Archicofradía actual está íntimamente ligada a ese misterio dogmático que es centro de nuestra fe religiosa.

Donde hoy se encuentra el complejo monumental del Museo de Bellas Artes, estuvo situado hasta 1835 el Monasterio de Padres Trinitarios de San Blas, perteneciente a la Orden de la Stma. Trinidad y fundado en 1272. Fue el propio Obispo de Cartagena Monseñor García Martínez quien en esa fecha "dio licencia a los frailes de la SS. Trinidad para edificar su iglesia y Convento bajo la invocación de San Blas, Mártir" (3).

Allí se fundó, desde los orígenes del Monasterio, la Cofradía de la Resurrección (4), la cual estaba formada por escribanos y procuradores y, llegando el Domingo de Pascua organizaban procesión con las imágenes de "Cristo Señor Ntro. y María Stma. de la Cabeza" (actual Virgen de la Candelaria), "de modo que hoy es en Murcia la procesión más plausible y una de las fiestas más solemnes".

Está documentado que en el año 1586 se encarga al escultor Fernando Torquemada la hechura "de la figura de Cristo Resucitado" (5), y que en el año 1615 se unen dos cofradías residentes en este Monasterio: la Cofradía de la Resurrección y la Archicofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, conformando así la nueva Archicofradía de Cristo Resucitado. Esto duró así hasta el año 1835, cuando la Desamortización de Mendizábal conllevó la expulsión de los Padres Trinitarios, y las imágenes de su iglesia fueron trasladadas a las parroquias murcianas de San Lorenzo, San Juan Bautista y, sobre todo, Santa Eulalia (6).

En este tiempo se pierde el rastro de la Archicofradía del Resucitado, hasta que en 1911 se funda en la Iglesia de la Merced una nueva corporación cofrade que tomó el testigo trinitario. Esta cofradía desapareció durante la Guerra Civil, hasta que en 1948 se reorganiza, con el acierto de hacerlo en Santa Eulalia, parroquia heredera, espiritual y materialmente, del extinto Monasterio de Padres Trinitarios de San Blas.

Es por todo esto, contado muy sucintamente, por lo que esta nueva Hermandad, así como su paso procesional, viene a ser un eslabón que unirá a la actual Archicofradía con sus orígenes. Unos orígenes siempre muy en boga en la vida religiosa de Murcia incluso en la actualidad, ya que se mantiene ardiente, fervorosa y multitudinaria la devoción por San Blas, como se comprueba cada 2 y 3 de febrero en el templo de Santa Eulalia.

Además, desde el punto de vista iconográfico, la inclusión del paso de la Santísima Trinidad tras el de San Juan Evangelista y ante la Virgen Gloriosa, es la culminación perfecta y alegórica de la gloria que nos espera a todos en la vida perdurable, alcanzada por Jesucristo tras el ciclo tremebundo y decisivo de su Pasión, Muerte y Resurrección, que el propio San Juan aparece reflejando en sus sagrados escritos.

Cristo ya ascendió a los cielos, y allí, junto a Dios Padre y el Espíritu Santo, representados todos en este nuevo paso a la manera tradicional que la iconografía cristiana nos ha venido mostrando desde el barroco, nos esperan para la vida que no tiene fin, y siempre con la presencia maternal de María, que fue coronada como Reina de Todo lo Creado por la Santísima Trinidad, y que seguirá cerrando el cortejo y la Semana Santa de Murcia.

Aporte patrimonial

El aporte patrimonial y artístico para la Archicofradía y la Semana Santa murciana será bastante importante. El paso, cuyo boceto en barro se puede ver en las fotos que acompañan a este artículo, está siendo creado por los hermanos escultores murcianos Juan y Sebastián Martínez Cava.

Los Martínez Cava han ideado tanto el grupo escultórico como el trono, y en esta su primera gran obra para la Semana Santa murciana han diseñado todo un barroco despliegue de rocallas, nubes, ángeles, querubines, resplandores... que serán el marco perfecto para unas imágenes de gran unción religiosa, como suele ser habitual en sus obras, siempre bajo la estética salzillesca o barroca murciana, en ellos depurada y devuelta a la actualidad sin estereotipos reblandecidos y con contrastada calidad compositiva.

A los Martínez Cava también se debe el diseño del estandarte de esta nueva Hermandad, que será un auténtico retablo andante, y cuya parte textil será bordada por el afamado taller malagueño de Sebastián Marchante.

El Domingo de Resurrección de 2019, fecha prevista Dios mediante para su estreno en las calles de Murcia, será un día emblemático, en el que la historia y la actualidad se darán la mano con la primera salida procesional de este paso desde el espléndido marco rococó de la imafronte del templo de Santa Eulalia.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1) A lo sumo lo que suele salir a las calles ese día es un Cristo Resucitado y una imagen de la Virgen; esta última en muchos casos, ni siquiera hecha exprofeso para tal ocasión. También habría que dar como excepción la propia Región de Murcia, en la que han ido apareciendo, en varias de sus poblaciones, pasos procesionales con escenas de la Resurrección de Jesús, pero siempre teniendo como inspiración la procesión de Murcia y no alcanzando aún tal número de hermandades.

(2) San Miguel, la Cruz Triunfante, San Juan Evangelista y, en un futuro próximo, la Santísima Trinidad.

(3) PORRES ALONSO, Bonifacio: Los Trinitarios en Murcia (1272-1835). Pp. 31 y 32.

(4) PORRES ALONSO, Bonifacio: Los Trinitarios en Murcia (1272-1835). Pp. 66 y 67.

(5) PORRES ALONSO, Bonifacio: Los Trinitarios en Murcia (1272-1835). Pp. 84 y 85.

(6) Donde vino a parar, entre otras, la devota efigie titular del Monasterio, San Blas.