EL PALIO EN LA SEMANA SANTA
José María Carrasco Sala (21/03/2016)
A modo de dosel que valiera para salvaguardar de las inclemencias del tiempo a los más distinguidos miembros, como se venía practicando en algunas de las sociedades en oriente, la sociedad romana adopta el palio como elemento de vital significado en el protocolo del emperador romano. A pesar de que no lo utilizaba para los desplazamientos, solía quedar fijado, además de emplearse en todos los lugares públicos, para marcar el sitio concreto donde se ubicaba el máximo representante de la sociedad romana. En las basílicas romanas, donde se impartía la justicia en nombre del emperador, el palio ocupaba el lugar principal en medio del ábside y sobre el pódium. Dicho pódium es donde hoy día se sube un vencedor, a quien se le posiciona momentáneamente al mismo nivel que el emperador, y al que se le otorga una corona de laurel en señal de su reconocimiento. Este hecho se sigue usando en la actualidad con un significado similar. Debajo del palio se colocaba el magisterio que, en representación del emperador, otorgaba justicia. A partir del emperador Constantino en el siglo IV, a la religión cristiana se le da el rango de única religión y a Cristo se le iguala jerárquica y públicamente al mismo nivel que un emperador, al ser el culto cristiano un rito que se celebra dentro de un recinto (anteriormente en las catacumbas). El único edificio que ya construido que pudiera albergar en su interior a todos los fieles era la basílica, mientras que las celebraciones de los ritos de las demás religiones que se dan en Roma se realizaban en el exterior con sacrificios de animales y siendo sólo unos pocos los que se introducían en el templo. El lugar que empieza a ocupar Cristo es encima del pódium bajo palio, aunque en esta época se veneraba en forma de Jesús sacramentado, Jesús vivo en el sacramento y guardado en arqueta haciendo referencia a Jesús muerto. El uso del palio se ha relacionado históricamente con estatus social. Ya sea un trono o cuando se representa a un emperador a quien se le quiere dar un carácter jerárquico, se le presenta bajo palio. Como ejemplo valga un fresco pintado hacia 1559 por Taddeo Zuccari (imagen superior) que se conserva en el Palacio Farnese de Caprarola (Italia) en el que se representa el emperador Carlos V de Alemania y I de Espaņa invitando al rey francés Francisco I a que entre solemnemente en París junto con él bajo palio, de emperador de la cristiandad. Al lado de los monarcas aparece el cardenal Alessandro Farnese. Igualmente para los actos públicos en el interior de las salas de trono de los reyes se colocaban los palios, los cuales han llegado hoy en día hasta ser el origen de muchos altares de cultos para besamanos, relacionando a María como Reina Celestial y descendiente de la realeza. |
Cuando a Jesús se le empieza a dar culto en procesión por las calles, se le saca bajo palio, al igual que en las grandes procesiones se realizaba con el papa como máximo representante de Cristo en la tierra. La manera de representar a Jesús ha variado a lo largo de los siglos. Durante una época a Jesús se le ha representado como Rey Celestial, clavado en la cruz o con corona, túnica y manto de Rey. Los primeros cultos en procesiones se realizan a la Vera Cruz y al Santo Entierro, los cuales iban bajo palio. En época barroca y queriendo dar testimonio de grandiosidad, el palio se convierte en baldaquino, unos realizados en madera tallada y otros en metal plateado (orfebrería). Sirva de ejemplo los que se han conservado hasta nuestros días y que todavía siguen procesionando, como el de la Virgen de las Tristezas de Córdoba (imagen superior, fotografía: www.remediodeanimas.com), en madera tallada y dorada; y los labrados en orfebrería, caso del de la Virgen de la Soledad de Marchena (Sevilla). Posteriormente, retornó el uso de bambalinas de tela por motivos económicos, constando que hasta 1843 no sale un manto bordado en la Semana Santa de Sevilla (el de la Virgen de la Concepción de la Cofradía del Silencio), con lo cual es de suponer que los palios no se bordaban para la fecha, aunque sí consta que una hermandad de gloria sacaba un palio bordado que actualmente lo procesiona la sevillana Virgen del Valle. Con los años el gusto por los palios baldaquinos en orfebrería volvió a aparecer como es el caso de la Virgen de los Dolores de las Penas de San Vicente de Sevilla, de 1929, que hoy procesiona en Jerez de la Frontera. También es muy destacable el palio de Nuestra Señora de la Concepción de la Hermandad del Silencio de Sevilla. La evolución de este modelo ha sido compaginada con la bambalina de tela, quedando la orfebrería a modo de crestería, como encontramos en el palio de la Virgen de la Angustia de la cofradía sevillana de Estudiantes. De los palios realizados en tejido que actualmente podemos admirar en nuestras procesiones, advertimos como hay un paralelismo de palio serio, clásico, con el dosel rectilíneo del trono de los Reyes Católicos que podemos encontrar en el Alcázar de Segovia (imagen inferior, fotografía: www.jdiezarnal.com). Los palios de cajón fueron evolucionando en la estética del gusto más barroco. Después de la propensión más regionalista es cuando aparece el bordador sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que diseña nuevos palios con más movimientos, utilizando malla y dividiendo en tres la bambalina frontal, como podemos verlo en la evolución del palio de la Virgen de la Esperanza Macarena de Sevilla. |
Respecto al color de los palios, hay que decir que hacemos un estudio de relación de formas con color, siendo los antiguos palios de Sevilla rojos, negros o azules. Rojo es el color imperial relacionado con el santísimo sacramento, y los diseños aparecen de estilo renacentista a candelieri, con ejes de simetrías y elementos alegóricos de fuerte significación alegórica. La Virgen va bajo palio porque es el primer receptáculo de Cristo, es el primer sagrario donde estuvo su cuerpo. El palio de la Esperanza Macarena de Sevilla es rojo (imagen inferior, fotografía: www.fotoscofrades.com), representándola como una emperatriz, madre del redentor, y podemos observar como aparecen elementos como las conchas, las cuales tienen un símbolo de esperanza de una nueva vida eterna. Ejemplo de ello es cuando los peregrinos de Santiago de Compostela regresan a casa después de haber llegado al fin del mundo y tras haberse ganado la vida eterna lucen una concha en su pecho, o por ejemplo en la mitología griega Venus se baña y se convierte en virgen sobre una concha. Otro ejemplo es la ermita de la Virgen del Rocío de Almonte (Huelva), en cuya entrada podemos encontrar una gran concha que nos marca el camino de la salvación. El color negro está asociado a la ausencia de vida, y se borda con elementos tomados de la naturaleza. María es reina de la vida, madre de la salvación de los cristianos. Los bordados en este caso suelen ser asimétricos y de fuerte carácter rotundo en las formas. Por último, el color azul está relacionado con el color del cielo. María como reina de los cielos, María reina mística del universo. Los elementos utilizados para su decoración son bordados con un carácter de simetría, ya que la simetría son las matemáticas y las matemáticas son el lenguaje universal de la ciencia. |
www.lahornacina.com