REMBRANDT EN SU IV CENTENARIO (I)
Jesús Abades y Sergio Cabaco
Se cumple este año el Cuarto Centenario del nacimiento del pintor y aguafuertista holandés Rembrandt Harmensz van Rijn (1606-1669), considerado uno de los artistas más relevantes de todos los tiempos. Para conmemorarlo, vamos a publicar una serie de tres artículos, en los que se recogerán anécdotas y descripciones sobre tres de las obras más importantes del genio nacido en Leyden, así como una semblanza que resumirá brevemente diversos aspectos sobre su vida, formación y trayectoria. Damos comienzo con la que, probablemente, es la más popular de todas: La Ronda de Noche o La Ronda Nocturna, óleo sobre lienzo que se conserva en el Rijksmuseum de Amsterdam, aunque su destino original fue el Cuartel de los Arcabuceros de la capital de Holanda. Fue pintado en 1642 y mide 359 x 438 cm. Se dice que con esta obra, cuyo verdadero título es La Compañía del Capitán Frans Banningh Cocq y el Teniente Willem van Ruytenburch, el genio de Rembrandt revolucionó el retrato colectivo al evitar representar a los personajes posando de forma estática, convirtiéndolos en dinámicos integrantes de una escena en movimiento que recrea la salida a las calles de la ciudad de Amsterdam del cortejo de tiradores. En el centro del cuadro, figura una niña con un pollo que representa el emblema de la milicia. Cada uno de los participantes en la acción pagó sobre unos 100 florines para verse inmortalizados en un lienzo que, al ser trasladado al Ayuntamiento de Amsterdam en 1715, sufrió un dramático recorte con el fin de acoplarlo en su nuevo emplazamiento. Una reciente limpieza, que eliminó el oscurecimiento que padecía la tela, ha puesto de manifiesto que, tal y como creía un sector de la crítica, la ronda tiene lugar de día y no de noche. |
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