A la hora de buscar las fuentes iconográficas del nuevo altorrelieve para la Capilla de los Marineros, sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana, pensamos en varias imágenes marianas que tienen gran relación con la navegación, pero al final nos decantamos por el cuadro que preside el retablo del Cuarto del Almirante de los Reales Alcázares de Sevilla que representa a la Virgen de los Mareantes.

Esta es la primera representación que se hace en Europa relacionada con el Descubrimiento de América. Obra de Alejo Fernández, fue realizada entre 1531 y 1536 por encargo de los oficiales de la Casa de Contratación que gestionaban los asuntos comerciales con las Indias. Esta es la escena central de las cinco que forman el retablo que preside la Sala de Audiencias de la ya citada Casa, la cual también les servía como capilla.

Es una pintura realizada al oleo sobre tabla. La composición la centra una imagen mariana del tipo "Virgen de la Misericordia", que se eleva sobre nubes por encima del mar protegiendo una bahía donde aparecen representados los diferentes modelos de embarcaciones de los que disponía España en las fechas del descubrimiento, lo que le añade a la escena gran interés científico.

La Virgen cubre y ampara con su manto a los españoles, que aparecen delante; al fondo, encontramos a los indígenas americanos convertidos al catolicismo por los descubridores, convirtiéndola en una de las primeras pinturas donde aparecen representados los indios.

La identificación de los personajes acogidos bajo el manto de la Virgen es muy discutida, son todos varones y con gran probabilidad personajes ilustres del descubrimiento y de la conquista de Indias. Entre ellos podemos reconocer a Cristóbal Colón, identificándose con el caballero rubio que aparece en primer plano a la derecha de la Virgen con vestidura dorada, acompañado por el arzobispo Fonseca, Americo Vespucio y uno de los hermanos Pinzón. En la izquierda hay otra serie de personajes, probablemente rectores de la Casa de Contratación, junto con el Emperador Carlos V y Fernando II de Aragón, aunque la filiación del último es discutida.

Ocho han sido los meses empleados por la escultora sevillana Lourdes Hernández Peña en la ejecución de este altorrelieve de la Virgen de los Mareantes destinado a la Hermandad de Esperanza y que viene a enriquecer el ya extenso patrimonio de la corporación trianera.

Realizado en madera de cedro en su color, el relieve es casi un cuadrilóbulo de, aproximadamente, dos metros de ancho por lo mismo de alto. Está pensado para ser estofado en oro fino y policromada al oleo, hecho que ocurrirá cuando se acometa el dorado del retablo del Cristo de las Tres Caídas en cuyo remate va destinado. El uso de distintas tonalidades áureas dotará a la obra tanto de matices cálidos como fríos, y envolverá a la imagen mariana en una mandorla mística estrellada de tonos dorados. En los fondos se recreará el juego de luces del atardecer en el celaje y las nubes reflejándose en el mar.

Realmente una vez policromada es donde podremos apreciar el resultado final de esta magnífica pieza, ya que, por ejemplo, los indígenas irán pintados bajo el manto de la Virgen para conseguir así una mayor sensación de profundidad. En la bola del mundo que pisa María se representarán los mapas de España y América, así como las tres carabelas del descubrimiento surcando los mares.

La autora, como ya hemos comentado, aconsejada por la Hermandad se inspira libremente en la escena central del retablo de la Casa de Contratación, que es una pieza renacentista con ciertos resabios goticistas. Para ello, ha adaptado la composición al cuadrilóbulo y le ha otorgado un estilo barroco para que haga juego con la arquitectura y la talla neobarroca del retablo diseñado por Manuel Guzmán Bejarano en 2002.

Los personajes representados por la artista también difieren del original, retratando a la izquierda del espectador a Cristóbal Colón, Fray Tomás de Berlanga, un sacerdote, un grupo de monjas y un monje; mientras que en el lado derecho aparecen los hermanos Pinzones, mercaderes, colonos y el rey Carlos V.

Lourdes Hernández Peña nace en el barrio de Triana. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Sevilla, donde se forma en las disciplinas de Escultura y Restauración, desarrollando de esta forma su vocación artística. Su primer taller lo instala en Triana, y en el mismo barrio que la vio nacer continúa ejerciendo su profesión de escultora e imaginera desde hace más de dos décadas. En estos años ha creado numerosas obras para los más variados puntos de la geografía española, destacando los ambiciosos grupos de talla completa de la Oración en el Huerto y la Sagrada Cena para la ciudad de Valencia, aún en pleno proceso de terminación.