Bajo el título La Virgen de la Paz "original" podría regresar al Porvenir, la web cofrade "Pasión en Sevilla" ha publicado un artículo en referencia al busto de dolorosa que firmara el escultor Antonio Illanes Rodríguez (Umbrete, Sevilla, 1901 - Sevilla, 1976) y que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Victoria y María Santísima de la Paz, que procesiona en la tarde-noche del Domingo de Ramos sevillano, llegó a exponer en el Real Círculo de Labradores de Sevilla, en 2014, para conmemorar su 75º aniversario fundacional.

Según la redacción, desde la propia Hermandad de la Paz se cree que estamos ante el boceto que el prestigioso escultor e imaginero sevillano utilizó a finales de los años 30 del pasado siglo XX para tallar su imagen mariana. Al parecer, varios expertos aseguran de que así se trata.

La Virgen de la Paz de Sevilla fue adquirida en 1939, estando fechada a la altura de su omóplato izquierdo en 1937 (1). Su creación original parte de un retrato que el artista ejecuta sobre su entonces prometida, Isabel Salcedo, que en aquellas fechas tenía alrededor de 20 años de edad. La dolorosa fue realizada en el viejo estudio de la calle Santiago, no trasladándose Illanes al de la calle Antonio Susillo hasta 1940, donde ya realiza dos años más tarde la Virgen de las Tristezas, titular de la hermandad sevillana de la Vera Cruz, basándose de nuevo en el carácter y parecido (2) de Isabel, en esta ocasión ya como esposa.

Finalmente, la Virgen de la Paz sería alterada por Sebastián Santos en 1959, modificándole parcialmente el modelado y aplicando otra policromía, siendo esta versión la que se ha conservado hasta la actualidad.

Ahora bien, hasta aquí nos hemos limitado a exponer e introducir el asunto en cuestión, pero... ¿resulta, realmente, el boceto de la original Virgen de la Paz el citado busto que nos ocupa? En mi opinión no lo es.

Para empezar, el busto, propiedad de un conocido anticuario de Utrera (Sevilla), aunque recuerde igualmente al de la Virgen de la Paz en expresividad y proporciones, no es idéntico. Si Illanes lo hubiera empleado como boceto o modelo de la talla lo habría sacado de puntos reproduciendo la misma inclinación, y no invirtiendo su sentido como apreciamos en la imagen de cabecera.

Otro aspecto a destacar se corresponde con los rasgos faciales, mayormente intencionados en el busto de terracota. De hecho, observamos un hoyuelo en la barbilla que la dolorosa del barrio sevillano del Porvenir no tenía ni antes ni después de la reforma de Sebastián Santos, como tampoco lo tiene la dolorosa de las Tristezas (3). Por otro lado, la frente también difiere en expresividad y modelado.

Desde mi punto de vista, y trasladando las características anteriormente descritas a este nuevo apartado, el boceto encuentra una mayor identidad estructural, formal y expresiva con la Virgen de la Amargura del municipio sevillano de Guadalcanal, tallada por Illanes en 1943 para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente llamada "Los Moraos" por el color de sus hábitos.

Para apoyar esta hipótesis he llevado a cabo una superposición de instantáneas, a distintos niveles, de ambas dolorosas, partiendo de un encuadre fotográfico muy similar con el que se evidencia la coincidencia de muchos puntos en la configuración de los rostros.

Para concluir, he trabajado en una comparativa entre el busto de terracota y el de la dolorosa de Guadalcanal con la advocación de Amargura, siendo evidente, dentro de una misma paternidad artística, las diferencias entre ambas hechuras tanto de fisonomía como de frontalidad.

A partir de los principales ejes de simetría de la cara destacamos en verde la distancia desigual que existe entre los lagrimales con respecto al centro -es decir, indica que se ha reproducido la misma asimetría con la misma proporción-, y en azul la correspondencia de los hoyuelos de la barbilla y otros pliegues. Del mismo modo, se podría seguir obteniendo más resultados favorables a medida que se busquen otras relaciones y distancias.