EL CONJUNTO DE MANTO Y SAYA DE LA ABUNDANCIA DE LA VIRGEN DEL MONTE DE CAZALLA DE LA SIERRA. UN BIEN PATRIMONIAL TEXTIL ATRIBUIDO A LA BORDADORA ANTONIA BAZO, ENTRE LOS AÑOS 1798 Y 1805 |
José Manuel Fernández (03/08/2022)
Dentro del patrimonio artístico que posee la Hermandad de Nuestra Señora del Monte de Cazalla de la Sierra (Sevilla), destaca el conocido Terno de la Abundancia, un conjunto de manto y saya de una exquisita elegancia y belleza en su configuración y decoración, que la Patrona de Cazalla luce en el día de su función. Su origen es fruto de la reorganización de la Hermandad que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVIII, en la que vivió un periodo de esplendor durante el cual se reformó el santuario al gusto dieciochesco, se ejecutó el magnífico retablo rococó con camarín y se enriqueció el ajuar de la imagen de la Virgen del Monte con este terno bordado y otras piezas de interés como la ráfaga de plata. La búsqueda sin éxito de alguna pista en los archivos de Protocolos Notariales de Sevilla y la inexistencia del archivo de la Hermandad, gran parte disperso en domicilios particulares, hace que, hasta hoy, carezcamos de datos que sustenten documentalmente la autoría y fecha de ejecución de este preciado bien. Sin embargo, hemos suplido la carencia documental con un análisis técnico y comparativo con otras piezas similares documentadas para atribuir este conjunto bordado a su autora y acercarnos lo más cerca posible a la fecha de su creación. Para ello ha sido de vital importancia los trabajos publicados por autores como Isabel Turmo, Antonio Mañes Manaute, Andrés Luque Teruel, Rafael Jiménez Sampedro y Juan Carlos Martínez Amores, entre otros, quienes han analizado piezas salidas de los talleres de bordados sevillanos en la segunda mitad del siglo XVIII y XIX, que nos han ayudado a establecer relaciones técnicas y estilísticas entre ellas y este conjunto de la Virgen del Monte de Cazalla de la Sierra, observándose que, tanto los motivos bordados, la técnica y otros elementos utilizados, así como su disposición, concuerdan con los trabajos atribuidos a la bordadora sevillana Antonia Bazo, que lo ejecutaría entre los años 1798 y 1805. Antonia Bazo estuvo activa en su taller de la actual calle de Alonso el Sabio de Sevilla en las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del XIX (1). Una de las características principales de sus bordados es la utilización de diseños tardo-barrocos y una distribución ornamental más desarrollada en el perímetro que en el centro de las piezas, empleando una técnica donde predomina el hilo tendido, setillo, cartulina combinada con talco, canutillos, espejuelos, cristales, mingos y pequeños bodoques (2). La técnica empleada en los motivos bordados del terno de la Virgen del Monte son idénticos a los que se pueden observar en otras piezas atribuidas a las manos de Antonia Bazo, como un estandarte y un paño mortuorio pertenecientes a la Hermandad de las Ánimas de Santa María de Utrera, el simpecado de la Virgen de los Dolores de la Expiración de Carmona y una clámide para el Cristo de la Coronación, ejecutada en 1805 para la Hermandad del Valle de Sevilla, cofradía a la que la bordadora pertenecía y para la que hizo otros trabajos como una túnica para Jesús con la Cruz al Hombro, una saya para la Virgen del Valle, así como varias intervenciones en el mítico palio de esta Dolorosa (3). Esta búsqueda de la autoría de este bien textil de Cazalla de la Sierra nos condujo a Écija y allí pudimos constatar dos conjuntos bordados atribuibles al taller de Antonia Bazo, una saya en terciopelo rojo de la imagen de Madre del Mayor Dolor y Traspaso de la iglesia de San Francisco de Écija y un terno de la Virgen del Valle, patrona de la ciudad. Ambos poseen bordados con la misma técnica, diseño, motivos y similar disposición que el Terno de la Abundancia de la Virgen del Monte de Cazalla. El manto procesional de Cazalla, con unas dimensiones de 252 x 210 cm, está confeccionado con cuatro paños cosidos de terciopelo de seda rojo donde se desarrolla el bordado en dos partes bien definidas: una gran cenefa perimetral cuyos elementos decorativos lo forman piñones, rocallas, "ces" y catorce cuernos de la abundancia, de los que surgen y se distribuyen, con gran armonía y dinamismo, motivos vegetales de los que penden granadas y flores, y un campo central más despejado y con una decoración distinta, compuesta por veintiuna estrellas, tres de cinco puntas y dieciocho de siete, y seis ramilletes florales, donde el más cercano a la cola contiene el anagrama de la Virgen María. Todo con una gran carga simbólica centrada en los dones que se reciben de Dios a través de María como Mediadora de la Gracia. La pieza está ribeteada en todo su perímetro por una blonda dorada acabada en forma de veneras, que a finales de los setenta sustituyó a la original que se encontraba muy deteriorada. Tenemos que añadir que el tejido original del terno completo era de tisú (4), formando una unidad textil y cromática, hasta las primeras décadas del siglo XX, en el que el bordado fue pasado a este de terciopelo de seda rojo que ha llegado hasta nosotros. |
La saya presenta la misma técnica y motivos bordados que la cenefa del manto, donde los vegetales se distribuyen por toda la saya, destacando sendos cuernos de la abundancia en la zona central, mientras que pares de piñones y rocallas cubren la zona inferior, aunque estos se presentan hoy cambiados de su ubicación original, así como las dos "ces" que, originariamente, figuraban unidas a la altura de la cintura y actualmente aparecen separadas en los extremos de la falda, según puede apreciarse en las fotografías. Esta alteración de los motivos bordados tuvo lugar en los años cuarenta del siglo pasado, al adaptar la saya a la imagen actual de candelero, tras desaparecer la antigua escultura del siglo XVI en los sucesos de 1936. En esta adaptación también fue sustituido el tejido original por otro de raso blanco que, a finales de los ochenta, volvió a cambiarse al actual soporte de tisú de plata. |
Los desperfectos que se aprecian en el manto son los causados por el paso del tiempo en el proceso natural de envejecimiento de las fibras, que se han visto acelerados por su manipulación y su deficiente sistema de exposición en las dependencias del Santuario sin unas condiciones idóneas que lo protejan de agentes degradantes como la luz, la temperatura, la humedad y el polvo. Como hemos comentado, parte de los bordados están alterados debidos a la oxidación, otros han perdido su envoltura metálica, dejando a la vista el alma de seda amarilla, y en algunos existen lagunas en los hilos metálicos que dejan al descubierto los materiales de relleno, siendo evidentes los hilos sueltos en las hojillas. Así mismo, y debido a los roces y enganches, hay pérdidas de pequeños elementos utilizados en su decoración, como bodoques, espejuelos y cristales, fijados con hilos más finos. También los distintos ojales abiertos para las lengüetas de la ráfaga han producido fracturas en algunos de los bordados y roturas en el tejido soporte, en el que además se aprecian considerables pérdidas de las urdimbres que conforman el pelo del terciopelo y un general abullonado ocasionado por una incorrecta fijación de los bordados en el campo central. |
Por lo dicho, queda claro que el Terno de la Abundancia de la Virgen del Monte de Cazalla necesita una urgente restauración que garantice su conservación. Y para ello, el primer paso es que sea conocido por todos, siendo esta la finalidad de la publicación del presente artículo, porque este bien patrimonial que nos ha sido legado, posee valores culturales como su antigüedad, superando los 200 años, y su autenticidad, al ser un conjunto que todavía sigue utilizándose con los mismos fines para los que fue creado sin presentar alteraciones que lo desvirtúen, siendo además representativo del bordado en oro a realce en Andalucía de finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX. Por su diseño, estilo, dimensiones, materiales y técnica, contiene un gran valor estético y artístico, en armonía perfecta con la imagen de la Virgen, que junto con el resto de los atributos de orfebrería como la ráfaga de plata y la media luna, constituyen elementos identificativos de la iconografía de la Virgen del Monte desde finales del siglo XVIII, siendo un conjunto único y reconocible que forma parte de la religiosidad de Cazalla de la Sierra manifestada en más de cinco siglos de historia local. |
NOTAS (1) GESTOSO y PÉREZ, José. Ensayo de un diccionario de los artífices que florecieron en esta ciudad de Sevilla desde el siglo XIII hasta el XVIII, Sevilla, 1899. (2) MARTÍNEZ AMORES, Juan Carlos. "Patrimonio acerca de la posible autoría del Simpecado de la Inmaculada de Umbrete", en Pureza, 2019. (3) AMORES MARTÍNEZ, Francisco: "Aportaciones a la obra de las bordadoras Antonia Bazo y Narcisa de Cuenca. Un paño de difuntos de 1798 para la Hermandad de la Vera Cruz", en Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº 746, marzo, 2021. (4) Seda labrada con hilos de oro o plata que le dan un aspecto brillante. |
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