LA VIRGEN DE LA ESPERANZA. OBRA DE JUAN DE ASTORGA
Jesús Abades
La Virgen de la Esperanza es una de las titulares marianas de la Pontificia, Real, Muy Ilustre Hermandad Sacramental y Archicofradía de Nazarenos del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad, Santísimo Cristo de las Cinco Llagas, María Santísima de la Concepción, Nuestra Señora de la Esperanza y San Juan Bosco, presumiblemente fundada en 1507 y cuyas primeras reglas conocidas datan de 1555. La referida corporación tiene su sede canónica en la Iglesia de la Santísima Trinidad y hace estación de penitencia en la tarde-noche del Sábado Santo, dentro de los desfiles penitenciales de la capital hispalense. Su autor es el escultor e imaginero Juan de Astorga Cubero (1777-1849). Natural de Archidona (Málaga), se trasladó a Sevilla con 20 años de edad para estudiar en la Real Escuela de las Tres Nobles Artes, recibiendo las enseñanzas de los artistas Cristóbal Ramos y Blas Molner, y llegando a ser profesor y, posteriormente, director de escultura en la misma, en los años 1810 y 1825, respectivamente. La obra de Juan de Astorga supone uno de los mejores ejemplos del desarrollo del Romanticismo en la imaginería religiosa, a medio camino entre las formas exquisitas y de serena belleza, la aristocracia del Neoclasicismo y las reminiscencias de los grandes maestros del Barroco. Resulta obvio que tan dulces y refinadas maneras encuentren su mejor cauce en sus creaciones marianas, especialmente a la hora de aunar magistralmente una profunda angustia con un canon de idealizada hermosura en sus dolorosas. No obstante, no hay que desdeñar en absoluto sus creaciones varoniles, pues en ellas observamos una sensibilidad y una pureza de líneas apenas igualada por el resto de imagineros. |
La Virgen de la Esperanza es una de las creaciones más celebradas de Juan de Astorga y, para un buen sector de la crítica especializada, la mejor de todas sus imágenes de María hechas para la piedad penitencial. La talla en madera de cedro policromada, cuyo importe fue de 900 reales de vellón, goza de pulcra ejecución y primorosa belleza femenina, ofreciendo una puesta en escena que atenúa el dramatismo del Barroco para entregarse de lleno a la solemnidad del Neoclásico, al tiempo que la estética del Romanticismo le otorga una sensibilidad emocional pocas veces igualada en este tipo de obras. La imagen inclina la cabeza hacia la derecha, en afligido gesto. El ovalado rostro, enmarcado por cabellera tallada y peinada con raya al centro, presenta los ojos arrasados por el llanto, cejas finamente trazadas, nariz recta y afilada, labios entreabiertos que permiten ver la lengua proyectada entre ambas coronas dentarias y agudo mentón centrado por hoyuelo, todo ello tratado con gran esmero en su modelado. Posee pestañas de pelo natural en los párpados superiores y cinco lágrimas que surcan sus mejillas, dos en la derecha y tres en la izquierda. Al ser imagen de vestir tiene un candelero interno de base ovalada, formado por ocho listones que parten de las caderas. La estatura total de la Virgen es de 158 cm. Las impecables facciones, el carnoso cuello, las sonrosadas carnaciones y las gráciles manos, de finos dedos, nos remiten a otros modelos astorguianos de la Mater Dolorosa como la Virgen de la Soledad y Esperanza, de la Parroquia de San Ildefonso (Sevilla); la Virgen de la Angustia, de la Cofradía de los Estudiantes (Sevilla), o la Virgen de los Dolores, venerada en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, de Galaroza (Huelva) No parece que las restauraciones sufridas por la Virgen de la Esperanza, también llamada popularmente Esperanza Trinitaria en la ciudad, a lo largo de sus casi dos siglos de historia hayan alterado su impronta primitiva; documentadas se hallan las practicadas en 1908 por Ángel Rodríguez Magaña, en 1947 por Sebastián Santos y en el año 2000 por Luis Álvarez Duarte. La intervención de conservación-restauración realizada por el IAPH en 2012, además de revisar ensambles y consolidar los necesarios, se ha centrado principalmente en la policromía: se ha efectuado una limpieza de suciedad superficial, se han eliminado los repintes y se ha realizado una reintegración cromática de las lagunas y desgastes. Asimismo, se ha confirmado que su actual policromía data de los años finales de 1907. |
La Virgen de la Esperanza estrenó paso de palio en 1925, tras figurar en el paso de misterio a los pies del Cristo del Cinco Llagas y junto a las figuras de San Juan, los Santos Varones y las Tres Marías. Del espléndido trono que luce actualmente, caracterizado por llevar dos llamadores, destacan poderosamente los respiraderos neobarrocos con perfiles neorrenacentistas, diseñados por el imaginero y retablista Carlos Bravo Nogales y cincelados por el orfebre Manuel Seco Velasco (1948-1958), empleando 58 kilos de plata en su ejecución. Llevan partes doradas y los adornan pequeñas imágenes marianas, cuyos modelos fueron realizados por el artista madrileño Miguel González Pérez. Otras piezas argénteas son los varales (1960-1963), también de Seco Velasco, y el ostensorio, realizado en los talleres de Juan Borrero Campos y Francisco Fernández López (Orfebrería Triana). La peana (1979), los candelabros de cola (1981), las jarras (1984) y la candelería (1980) son obras en alpaca plateada de Orfebrería Triana. Como preseas, la Dolorosa posee una corona (1940) y una magnífica diadema (1945) de plata dorada, ambas de Seco Velasco. Las piezas de tela, ricamente bordadas, siguen los cánones del neobarroco sevillano. El palio, diseñado en 1945 por Manuel Elena Caro, fue bordado en hilo de oro y sedas de colores sobre terciopelo verde y malla del mismo metal por Sobrinos de Caro, y restaurado en 1985 en el taller de Fernández y Enríquez, quienes reemplazaron el tisú original por el terciopelo que lleva en la actualidad. Respecto al manto, fue diseñado por Antonio Garduño y confeccionado en hilo de oro sobre terciopelo verde por el taller de Sobrinos de José Caro (1972), autores también de la toca de sobremanto y de la saya procesional, esta última bordada en terciopelo rojo. Los faldones están bordados por Artesanía Santa Bárbara. La corona que lució la Virgen de la Esperanza con motivo del Pontifical de Coronación Canónica, que tuvo lugar el 10 de junio del año 2006 en la Catedral de Sevilla, es una rutilante pieza cincelada en oro de ley por los Hermanos Delgado (2003), cuyo peso ronda los 4.300 gramos y en cuyo centro alberga una reliquia del Santo Simón de Rojas, fundador de la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María. |
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