El Museo de la Ciudad de Antequera (MVCA) tiene su origen lejano en la construcción del conocido como Arco de los Gigantes, en 1585, un espacio considerado como el primer museo arqueológico público de España, donde se recoge una importante colección epigráfica y escultórica de época romana vinculada a la ciudad.

Desde entonces, el MVCA se ha convertido en un auténtico referente que aglutina un rico patrimonio. Una institución con una colección generalista: junto a la memoria arqueológica, se conservan materiales procedentes de todas las épocas. Antequera es una ciudad milenaria y en este sentido, podemos visitar sus 20 salas actuales, donde recorreremos esa rica historia a través de pintura, escultura, joyería y platería.

En el MVCA conviven autores contemporáneos, como Cristóbal Toral, con artistas de varias épocas que configuraron el inmenso y rico patrimonio histórico artístico de esta ciudad singular, caso de Antonio Mohedano, Pedro de Mena, Diego de Vega y un largo etcétera que se han reunido en este espacio, para mostrar de alguna manera la historia de Antequera.

Desde el pasado 19 de marzo, a esos autores se une ahora, de forma permanente, el escultor e imaginero Andrés de Carvajal y Campos. Nacido en Fondón (Almería), en 1709, su vocación por la escultura le lleva pronto a marchar a Granada para formarse como escultor en el taller de Diego de Mora. Hacia 1740 llega a la ciudad de Antequera, donde contrajo matrimonio quince años más tarde con Magdalena Talavera, hija del escribano Miguel Francisco de Talavera, en la Colegiata de San Sebastián. En 1759 fallece su esposa, y dos años más tarde, la madre de ésta; trasladando el escultor un tiempo después su residencia y taller desde la calle Carreteros al domicilio de sus suegros, en la calle del Gato, que hoy día toma el nombre de Talavera. El taller lo compartió hasta su muerte, en 1779, con su cuñado, el escribano Antonio María de Talavera y Cueto. Allí vivió y trabajó su oficio cumpliendo con numerosos compromisos y encargos.

La obra con la que Carvajal se halla ahora representado en el MVCA es una Dolorosa tallada hasta la altura de las caderas, probablemente para su mujer Magdalena un par de años antes que la Virgen del Mayor Dolor (1775), talla completa que se conserva en el referido templo de San Sebastián. Como informa El Sol de Antequera, el busto ha ido pasando de generación en generación, hasta que Matilde de Talavera Ruiz, en nombre de su familia, la ha cedido al MVCA.

Al igual que la Virgen del Mayor Dolor, este busto es una imagen mariana muy singular por ser una sugestiva mezcla de los estilos rococó y neoclásico; puestos de manifiesto en los recargados ropajes estofados y en la académica frialdad del rostro alzado y las manos cruzadas sobre el pecho, respectivamente.

Recientemente, el historiador Jesús Romero Benítez atribuyó a Andrés de Carvajal la talla de la Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad de las Penas de San Vicente (Sevilla), basándose en sus semejanzas con la documentada Virgen del Mayor Dolor. En opinión del historiador, Carvajal pudo realizar la dolorosa sevillana en fecha algo posterior a 1775.