LA DORMICIÓN DE LA VIRGEN (SANLÚCAR DE BARRAMEDA)
12/08/2006
Los Evangelios Apócrifos narran que la Virgen, deseosa de permanecer con el Hijo en el paraíso, recibió nuevamente una visita de San Gabriel, aunque esta vez para anunciarle su pronto reencuentro con Jesús. Fue entonces cuando María rogó la venida de los Apóstoles para despedirse de ellos; algunos como Lucas o Andrés resucitaron de sus sepulcros, pues habían fallecido ya. Finalmente, todos menos Tomás, que no pudo llegar a tiempo, se reunieron en torno a la Madre del Maestro, cuya alma fue recibida un domingo por Cristo, tras lo cual sus discípulos llevaron el cuerpo de María a Getsemaní, donde fue subido al cielo.
Se ignora la edad exacta de la Virgen María en el momento del suceso, aunque se ha estimado que rondaría los setenta y dos años. De lo que no cabe duda es que tan popular misterio mariano gozó de una pronta aceptación en el orbe cristiano, hasta el punto de que su primera representación artística conocida, plasmada en el Sarcófago de Santa Engracia (Zaragoza), data del año 312.
La celebración de la Dormición de la Virgen María, previa a su tránsito a la Gloria Eterna junto a Dios Hijo y Dios Padre, se remonta al menos al siglo VI. Todo ello culminaría con la esperada proclamación de la Asunción de la Santísima Virgen María a los Cielos como Dogma por el papa Pío XII en el año 1950.
La iconografía de la Dormición, también conocida como Virgen del Tránsito o Virgen de la Cama, tiene una de sus representaciones barrocas más singulares en el simulacro que recibe culto en el Convento de Santa Teresa del municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda, obra del año 1759 labrada por manos anónimas. Una idealizada María, con rasgos juveniles y manos cruzadas sobre el pecho, aparece tumbada sobre un espléndido lecho, ricamente decorado, y rodeada de una corte de arcángeles dispuestos a llevar su alma junto a Jesús.
Fotografía de Rosario Murciano
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