8 DE MARZO - ISABEL SÁNCHEZ COELLO

08/03/2024


 

 

La presencia femenina en el mundo de la creación no ha sido tan limitada como los libros de historiadores o críticos nos han hecho creer debido a su escasa o nula representación. A partir de los estudios elaborados en la década de 1970 se han revelado datos sobre la existencia de un número importante de pintoras, escritoras, escultoras, poetas, dramaturgas, ensayistas, fotógrafas o compositoras que han mediado con la producción masculina, obteniendo, en algunos casos, un cierto prestigio y reconocimiento social a su labor; pero, incomprensiblemente, fueron de nuevo excluidas de las exposiciones conmemorativas, de los manuales y recopilaciones, así como de los libros, cuya finalidad primordial es la de transmitir hechos y acontecimientos del pasado como registro de nuestra memoria colectiva.

Pero lo cierto es que han existido mujeres artistas trabajando en los monasterios de la Edad Media, en los talleres renacentistas, en las cortes de los príncipes del Barroco y del Siglo de las Luces, en los barrios bohemios del siglo XIX, y también participaron activamente en la consolidación de las vanguardias e ismos y, por tanto, en el desarrollo del arte del siglo XX. Sin embargo, sigue existiendo la complejidad para certificar la autoría en algunas obras relevantes, puesto que un gran número de esas artistas se vieron obligadas a permanecer detrás de los nombres de sus padres, maridos o hermanos, realizando obras que luego no podían cobrar ni tan siquiera firmar.

Entre ellas encontramos a la pintora madrileña Isabel Sánchez Coello (1564-1612), hija de Alonso Sánchez Coello, pintor de cámara del rey Felipe II, y de Luisa Reynalte. Al igual que Luisa Roldán o Rosario Weiss, Isabel Sánchez Coello -cuyo nombre completo era Isabel Sánchez-Coello Reynalte- ha sido tratada como una personalidad excepcional que, al apartarse de lo establecido, fue tratada más como una curiosidad observable que como una artista de rango intelectual.

Aunque encontramos varias obras donde aparece tratada esta pintora -la ponencia de Stephanie Breuer-Hermann, el estudio sobre retratos en miniatura de Julia de la Torre Fazio o el capítulo "Isabel Sánchez Coello Reynalte" que le dedica María Kusche en su obra Retratos y Retratadores: Alonso Sánchez Coello y sus competidores Sofonisba Anguissola, Jorge de la Rúa y Rolán Moys, donde también habla de Sofonisba Anguissola-, la mayoría de los estudios sobre Isabel Sánchez Coello están introducidos dentro de una investigación protagonizada por su padre

No se ha podido relacionar con seguridad obras pintadas por Isabel Sánchez Coello, a pesar de aparecer citada en diversas fuentes escritas coetáneas y haber trabajado con su padre. Fue mujer polifacética: pintora (destaca como retratista, según ya ensalza el valenciano Ribera en 1609), poeta y música. Incluso participó en los pasatiempos representados en la corte de Madrid, como en el espectáculo teatral "Dafne" (1585 y 1593), encargado por la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe II. Entre los intérpretes estaban las cuatro hijas del pintor Sánchez Coello, e Isabel demostró su faceta como instrumentista y cantante.

No obstante, se le han atribuido varias obras pictóricas, pero la única probable podría ser "Felipe II y sus hijos" (óleo sobre tabla de 50 x 80 cm, hacia 1581-1584), conservada en la Hispanic Society de Nueva York como obra anónima madrileña. Esta imagen muestra a Felipe II y sus tres hijos sobrevivientes: la infanta Isabel Clara Eugenia de Austria, a la derecha; su hermana menor, la infanta Catalina Micaela de Austria, a la izquierda; y su medio hermano menor, el príncipe Felipe -futuro Felipe III-, a quien ellas sostienen con cordones atados a su chaqueta (riendas para niños).

La fecha de la pintura es probablemente no antes de 1581 -cuando el príncipe Felipe cumplió tres años y todavía tendría que estar en riendas de niños-, y no mucho después de finales de 1584, cuando el príncipe tenía seis. El 11 de noviembre de ese año tuvo lugar el juramento, o recepción oficial y juramento de lealtad por parte de las Cortes de Castilla del príncipe Felipe como príncipe de Asturias (príncipe heredero). Los relatos sugieren que los trajes que lleva la familia en el retrato también se usaron en esa ocasión. El escenario es presumiblemente la sala del trono del Alcázar o Palacio Real de Madrid, con una vista hacia el oeste hacia la lejana Sierra de Guadarrama vista a través de la ventana. Aunque el complejo palacio-mausoleo-monasterio de Felipe II en El Escorial estaba casi terminado al mismo tiempo que se pintó el cuadro, está situado en las estribaciones de las montañas, por lo que no da una vista lejana.

 

FUENTES

RODRÍGUEZ CALATAYUD, Nuria. "De la imagen-materia a la mirada tecnológica, un recorrido feminista", en Deforma. Cultura Online, Universitat Politècnica de València, 2012, p. 3.

AA.VV. The Hispanic Society of America: Tesoros, Nueva York, The Hispanic Society of America, 2000, pp. 234-35.

https://conchamayordomo.com/2023/11/23/isabel-sanchez-coello/

MORTE GARCÍA, Carmen. "La figura del artista en el Renacimiento", en El artista, mito y realidad. Simposio Reflexiones sobre el gusto V, Diputación de Zaragoza, 2019, pp. 76-77.

LAVÍN GONZÁLEZ, Daniel. "Mujeres artistas en España en la Edad Moderna: Un mapa a través de la historiografía española", en Anales de Historia del Arte, n º 28, Universidad Complutense de Madrid, 2018, p. 82.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com