FIGURAS DE LA LOCURA
03/11/2024
El mago o danzarín de Marruecos Joseph Baumgartner |
El bufón Stanczyk durante un baile tras la pérdida de Smolensk Jan Matejko |
La locura está por todas partes, pero... ¿los locos de ayer son los mismos que los de hoy? Con Figuras de la locura. De la Edad Media al Romanticismo el Museo del Louvre dedica este otoño una exposición nunca vista al amplio abanico de figuras de la locura, que abundaron en el universo visual entre los siglos XIII y XVI. La muestra incluye manuscritos iluminados, libros impresos y grabados, tapices, pinturas, esculturas y objetos tanto preciosos como cotidianos. Entre la Edad Media y el Renacimiento, la locura invadió todo el espacio artístico, y el loco y el bufón se impusieron como figuras fascinantes, turbias y subversivas en una época de rupturas no muy distinta a la nuestra. La exposición cuestiona esa omnipresencia de dichas figuras en el arte y la cultura occidentales desde finales de la Edad Media: ¿qué significan esos locos y bufones, que parecen desempeñar un papel fundamental en el paso a los tiempos modernos? Aunque el loco hacía reír y llevaba consigo un universo cargado de bufonadas, también tenía facetas eróticas, trágicas, escatológicas y violentas. Capaz de lo mejor y de lo peor, era quien entretenía, advertía, denunciaba, invertía los valores e incluso derribaba el orden establecido. Además, la exposición Figuras de la locura explora la desaparición del loco cuando triunfaron la Razón y la Ilustración, así como su posterior resurgimiento a finales del siglo XVIII y a lo largo del XIX. El loco pasó a ser entonces la figura con la que se identificaban los artistas: "¿Y si el loco fuera yo?". |
El exorcismo de Carlos VI por dos monjes agustinos François-Auguste Biard |
Bufón abrazando a una mujer Arnt van Tricht |
La exposición Figuras de la locura. De la Edad Media al Romanticismo pretende mostrar las diferentes facetas y el creciente papel del loco, que de una figura marginal en el siglo XIII, pasó a ser omnipresente en el XVI. La muestra, que reúne en un hall Napoleón completamente renovado más de 300 obras cedidas por 90 instituciones francesas, europeas y estadounidenses, plantea un excepcional recorrido por el arte, especialmente el de Europa del Norte (los mundos flamenco, germánico, anglosajón y, sobre todo, francés) y pone de relieve una Edad Media profana, apasionante y mucho más compleja de lo que suele creerse. Originariamente arraigado en el pensamiento religioso, como personificación del "loco" que rechaza a Dios, el loco floreció sobre todo en el mundo secular hasta convertirse, a finales del medievo, en una figura esencial de la vida social urbana, particularmente en las cofradías y los carnavales, hasta su encarnación en la Corte en la persona del "tonto del rey". La abundante producción artística que atestigua esta moda, desde los objetos y pinturas más refinados hasta los objetos de la vida cotidiana, nos muestra hasta qué punto la figura del loco formaba parte plenamente de la cultura visual de los hombres de esta época, y en particular de los artistas. El siglo XVI vio la continuación y el culmen de esta evolución: el rostro del loco se estableció entonces como símbolo de los desórdenes del mundo. Este viaje en el "barco de los locos" se ve interrumpido en la época clásica, que marca un eclipse de la figura del loco; pero esta figura subversiva despertó un renovado interés en los albores del XIX, tras la agitación revolucionaria y con el nacimiento de la psiquiatría. |
El recinto de los necios Francisco de Goya |
Casco con máscara de Enrique VIII de Inglaterra Konrad Seusonhofer |
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