Esta imagen de candelero para vestir con la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, de pequeño formato (mide 78 cm de altura), muy similar a varias de las mejores dolorosas realizadas por el artista, recibe culto en la pared de la nave del evangelio de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol del municipio onubense de Hinojos, sobre una bella ménsula barroca con dosel de terciopelo rojo y talla en madera dorada.

Reciente aún la presentación del libro sobre Juan de Astorga, publicado por Editorial dArte, en el que no aparecía documentación gráfica sobre esta dolorosa de Hinojos, traemos ahora esta reseña para su mayor conocimiento y puesta en valor. Todo parece indicar que se trata de un encargo efectuado al escultor e imaginero para la devoción particular o conventual, quizás bajo la exigencia de reproducir una de las referidas imágenes.

Admirablemente tallada y con unas diminutas pestañas postizas en sus párpados superiores, a pesar de su reducido tamaño, es una pieza de tipo fanal o vitrina. Aparece de pie, con las manos abiertas sobre el pecho en las que suele llevar atributos pasionistas como el pañuelo o la corona de espinas. El rostro aparece sin lágrimas, como el de la sevillana Virgen de la Angustia antes de que le fueran añadidas las actuales.

Debe encuadrarse en el periodo de madurez de artista, cuando abandona la herencia neoclásica para desarrollar su peculiar estilo romántico de raíces barrocas. Las mayores similitudes las comparte con las dolorosas hispalenses de Capuchinos, del Calvario (Virgen de la Presentación) y de San Ildefonso, así como con las santas mujeres del paso del Duelo (Santo Entierro de Sevilla), todas ellas de refinado realismo y mesurado dolor.