CINCUENTENARIO DEL DESCENDIMIENTO DE JEREZ DE LA FRONTERA
Antonio de la Rosa Mateos (23/02/2009)
Este año se cumple el cincuentenario del misterio del Sagrado Descendimiento de Jerez. Un misterio que, sin duda, siempre ha generado expectación y, hasta hace algunas décadas, temido en el mundo de la trabajadera. Sería difícil en una sola página resumir su historia, con lo que a continuación daré algunas pinceladas. En 1950 fue encargado al escultor e imaginero de San Roque, Luis Ortega Bru, que por aquellos años trabajaba para los Talleres de Arte Granda en Madrid. En 1957 finalizó el trabajo, compuesto por ocho imágenes: el Cristo, Nicodemo, José de Arimatea, (éstas tres, de talla completa), una Dolorosa llamada Nuestra Señora de las Tristezas, San Juan Evangelista, y las tres Marías. Las andas fueron encargadas a los talleres sevillanos de Manuel Guzmán Bejarano y Luis Jiménez Espinosa, estando acabadas en el año 1958. Destaca la altura de su canastilla con bastantes entrantes y salientes. La iluminación se componía de cuatro grandes faroles con candelabros en el centro. Para la Semana Santa de 1965 fueron sustituidos los cuatro faroles por candelabros de guardabrisas. En 1958 la prensa anunció su estreno, aunque no llegó a realizarse. El diario Ayer, del 6 de abril de ese año, señalaba que fue expuesto en la Exposición de talleres de Artes recientemente celebrada en el Palacio de la Biblioteca Nacional de Madrid. Para su salida procesional, hubo que realizar una nueva puerta en el muro lateral de la Iglesia de la Victoria, que, curiosamente, estrenó en la Semana Santa de 1959 el Cristo de la Buena Muerte, coincidiendo con su primera salida en la Madrugada del Viernes Santo. La primera salida creó una gran expectación; así lo recogía la crónica del periódico Ayer del Domingo de Resurrección del 29 marzo de 1959, donde refería que el imaginero presidía el misterio:
La Hermandad contrató a Manuel Olmedo Papi, llevando éste el palio y su hijo Pepe el misterio. Su peso y elevada altura crearon un problema en el recorrido. Al llegar a la Colegial, no pudo salir por la puerta de la Encarnación. La hermandad había encargado a un carpintero que midiera la puerta días antes. Éste midió la puerta del cancel, pero no reparó en que la segunda puerta tenía un escalón. Esos centímetros de más imposibilitaban la salida. El paso salió por la puerta de la calle Aire y cambió su itinerario para volver a subir por José Luís Diez. El Sábado Santo, nuevamente con Pepe Olmedo al frente, volvió a procesionar en el tercer Santo Entierro Magno, organizado por la Hermandad de la Piedad. En 1960 sería Paco "Sacrificio" quién mandara el paso: "Concentré a los costaleros en el campo de fútbol de la Juventud a las dos de la tarde y después de darles de comer nos fuimos andando desde allí hasta la iglesia de la Victoria. Fui el primero que subió este paso por la calle de la Rosa, de gran dificultad por las casas que existían a ambos lados de la calle. El éxito se debió a que lleve la cuadrilla de los ratones, hombres de palio, y a que los faroles, que no pasaban por esa calle, estaban aflojados." En el año 1963 se le cambió la cruz por una nueva algo más pequeña, obra de Francisco Barroso García, quien la talló en madera de embero. En numerosas ocasiones el paso no ha procesionado por diversas circunstancias: obras en el templo, o en 1980 como consecuencia de las inundaciones de septiembre de 1979 que dañaron el dorado del paso y los vestidos de las imágenes que sufrieron graves daños. Así no llegó a salir en los años 1971, 1974, 1975, 1976, 1977, 1979 y 1980. En el año 1978 la Hermandad pone los dos pasos en la calle, el misterio es llevado por la familia "Sacrificio", su precio fue de 168.000 pesetas. Una curiosa anécdota se recoge en el periódico La Voz del Sur del 26 de marzo en el que señala los problemas que tuvieron de vuelta:
Si esta cifra de kilos fuera cierta, cada costalero tendría que llevar más de 100 kilos, lo cual pensamos que es improbable. En 1981 se crea la cuadrilla de hermanos-costaleros en los dos pasos. Los capataces también eran de la Hermandad: Ricardo Cantador y José Jiménez Barranco por una parte, y Joaquín Arias Macías Quino y Fernando Pichaco Moreno. En 1983, sería Diego Garcia de los Santos Gorrión en el misterio y Francisco Letrán García Rizo en el palio. Al año siguiente, se haría cargo del misterio el recordado Cristóbal Rey Castellanos que sería su capataz hasta 1996, año que falleció. Entre la Semana Santa de 1997 y 1999, cogería el mando Hermenegildo Sabido Galera, y a partir del año 2000 hasta la fecha Jesús Sánchez Lineros. |
Nota de La Hornacina:
Antonio de la Rosa Mateos es integrante del Centro de Estudios
Históricos Jerezano. Escrito publicado en el diario Jerez Información
(22/02/09).
www.lahornacina.com