Santa María Magdalena Penitente, escultura en madera tallada y policromada al óleo que desfila en la Semana Santa logroñesa. Es titular de la cofradía que lleva su nombre, fundada en 1979, y propiedad de la Concatedral de Santa María de la Redonda, donde recibe culto en la capilla de San Ildefonso tras haber sido venerada en el presbiterio y en la zona del deambulatorio próxima a la sacristía.

Probablemente, la imagen fue una de las donadas a la entonces Colegiata de la Redonda por el canónigo logroñés Manuel Samaniego y Jaca, aunque no existe documentación alguna sobre las circunstancias de su encargo ni sobre su autoría. En un principio se atribuyó a Pedro de Mena debido a su parecido con la Magdalena Penitente (1664) del Museo Nacional de Escultura (Valladolid). Posteriormente llegó a estar relacionada con el taller del escultor romanista Gaspar Becerra, fechándose su hechura en torno a 1550, pese a que su estilo, de un naturalismo más avanzado propio del barroco de siglos posteriores, difiere completamente del desarrollado por uno de los introductores del renacimiento italiano en España.

La imagen, de tamaño superior del natural (196 cm de altura), representa a María Magdalena penitente en el desierto, cubierta su desnudez con una estera de palma y contemplando una cruz que lleva en su mano izquierda, llevándose la otra mano al pecho con una profunda expresión de arrepentimiento. Tiene en su espalda una argolla a modo de anclaje y un clavo en la melena para tener otro punto de sujeción. El frontal del cíngulo se halla incompleto por llevar seguramente una lazada o anudado sobrepuesto que ha desaparecido.

Fue ejemplarmente restaurada por Belén Hernández León entre los meses de enero y junio de 2023. La restauradora, también historiadora del arte, negó la vinculación de la talla con Becerra y la fechó a mediados del siglo XVII. No descarta que, por los elementos metálicos antes reseñados, pudiera haber formado parte de un retablo.

Ruperto Gómez Segura apuntó que se trataba de una obra barroca de la década de 1740, pareja a otra de Santa Tecla, y consideró que el anónimo autor la talló imitando la Magdalena Penitente de Mena, quizás labrada a su vista cuando estuvo en la Compañía de Jesús de Madrid. Precisamente la orden jesuita fue la principal propagadora de esta devoción. Gómez Segura la definió como más afinada, correcta y académica que la de Mena, así como menos patética en el dolor que la del artista granadino, policromadas las dos con discretas tonalidades que completan su notoriedad.

Rugo de Seya coincide en gran parte con lo apuntado por Gómez Segura, incluyendo la donación por Samaniego de las dos esculturas, si bien extiende el periodo de su ejecución de 1740 a 1760.

Recientemente, ha sido atribuida por José Manuel Ramírez Martínez al escultor logroñés Esteban de Ágreda Ortega (Logroño, 1759 - Madrid, 1842). Para dicho historiador del arte, la Magdalena Penitente de Logroño posee unas carnaciones al pulimento que siguen los gustos neoclásicos de la Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando, y compara esta imagen con las riojanas de San José (Fuenmayor) y San Felices (Haro).

En 2024 se cumple el 75 aniversario de la primera salida procesional de la santa, integrada en la Magna Procesión del Santo Entierro el 15 de abril de 1949. Fue entonces seguramente cuando se realizó la peana sobre la que actualmente se asienta, bien porque la antigua fuera cambiada o por su mal estado, o porque cuando se decidió que en 1949 saliera en procesión, necesitaba una base más grande y estable.

FUENTES

https://magdalenalog.blogspot.com

GÓMEZ SEGURA, Ruperto. Las tres parroquias de Logroño, Logroño, Imprenta Artes Gráficas, 1930.

https://www.josemanuelramirezmartinez.es

DE SEYA, Rugo. Las parroquias de Logroño, Logroño, Imprenta Artes Gráficas, 1941.