UNA OBRA DEL MUSEO CARMUS EN LA ÚLTIMA EXPOSICIÓN DEL MUSEO DEL PRADO
Con información de Miguel Ángel González González (19/11/2024)
El Museo del Prado, en la tarde de ayer, anunció la inauguración de su exposición temporal Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro, encontrándose dentro de la misma una obra maestra del barroco español: "El Cristo de la Victoria", de Sebastián Herrera Barnuevo (Madrid, 1619-1671). Esta pintura, cedida por el Museo Carmus de Alba de Tormes, se suma a una muestra que ya de por sí es un referente en la exploración de la relación entre escultura y pintura en el Siglo de Oro español. El Cristo de la Victoria (hacia 1650) es una obra de una belleza y complejidad excepcionales. Inspirada en una escultura de Domingo de la Rioja, la pintura de Herrera Barnuevo captura la esencia de la devoción popular y la espiritualidad barroca. El realismo de la carnación, la intensidad de la mirada y la riqueza cromática de las telas crean una imagen profundamente conmovedora. La técnica empleada por Herrera Barnuevo convierte esta obra en un verdadero trampantojo. El marco tallado, diseñado por el propio pintor, se integra perfectamente con la pintura, creando una sensación de profundidad y realismo que invita al espectador a adentrarse en la escena. Además, la historia detrás de las cortinas que visten al Cristo, relatada por la Madre Isabel de la Madre de Dios, añade una capa de misticismo y devoción que enriquece aún más la obra. Entre sus vivencias, la Madre Isabel señalaba que poco tiempo después de la fundación del convento de Serradilla, en 1664, se le había aparecido el alma de la condesa de Añover para transmitirle la importancia que tenía favorecer aquella casa. Herrera Barnuevo fue un pintor, escultor y arquitecto activo en el segundo tercio del siglo XVII. A pesar de la calidad de su obra y del reconocimiento que tuvo en vida, no es un artista demasiado representativo de este periodo, debido a que gran parte de su producción no ha llegado hasta nosotros. |
La inclusión del Cristo de la Victoria en Darse la mano refuerza la idea de que escultura y pintura no son disciplinas aisladas, sino que se complementan y enriquecen mutuamente. La muestra, comisariada por Manuel Arias Martínez, Jefe de Departamento de Escultura del Museo Nacional del Prado, presenta un recorrido por la historia de la escultura policromada en España, desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII, y revela la importancia de la colaboración entre escultores y pintores en la creación de obras maestras. La presencia del óleo sobre lienzo "El Cristo de la Victoria" en el Prado representa una oportunidad única para admirar una obra de arte de excepcional calidad y conocer en profundidad la historia del arte español. El escultor Domingo de la Rioja talló la escultura en la que se inspira siguiendo las visiones místicas de la beata Francisca de Oviedo (1588-1659). La imagen, destinada a la localidad extremeña de Serradilla (Cáceres), originó copias pictóricas que la representaban en su altar con toda fidelidad. Es el caso de esta monumental recreación en la que la figura, del mismo tamaño que la original, es tratada con las calidades de un retrato a lo divino. La exposición Darse la mano permanecerá abierta hasta el 2 de marzo de 2025 en las salas A y B del edificio Jerónimos. El prior de la Orden de los Carmelitas Descalzos de Salamanca y Alba de Tormes, Miguel Ángel González González, que además es el director del Museo Carmus, destaca el nivel tan colosal que existe en esta exposición, reuniendo obras referentes de gran calidad que son hoy en día Patrimonio heredado de nuestros antepasados. |
También el Museo del Prado pidió al Museo Carmus la obra Virgen de Guadalupe (siglo XVIII) del pintor novohispano Cristóbal de Villalpando. Su paternidad no estaba autentificada, pero tras un riguroso estudio ha quedado acreditada y éste ha sido uno de los motivos por los que el Prado quería contar con esta pieza para su exposición Darse la mano. |
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