SANTA MARÍA MAGDALENA, PROBABLE OBRA DE JUAN DE MESA

Con información de José Carlos Pérez Morales (30/05/2007)


 

 

Un busto de madera policromada, conservado desde 1926 en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, podría corresponderse con una imagen de Santa María Magdalena que se hallaba en paradero desconocido y que el superior de la Compañía de Jesús, Pedro de Urteaga, contrató en 1620 con el cordobés Juan de Mesa junto con la hechura del Crucificado de la Buena Muerte, actual titular de la cofradía sevillana de los Estudiantes.

Tan acertada afirmación ha sido realizada por los jóvenes historiadores sevillanos Álvaro Dávila-Armero del Arenal y José Carlos Pérez Morales. En palabras de Pérez Morales a La Hornacina, "en el transcurso de la investigación acerca de Juan de Mesa, que Álvaro Dávila y yo realizamos para la monografía de ediciones Tartessos, dimos casualmente con esta pieza. Sin embargo ya era tarde para incluirla en el libro, el cual ya estaba en curso de impresión. El busto en cuestión aparecía como de San Juan o Magdalena y atribuido a Montañés. Como supondréis, tras un año dedicados exclusivamente a la obra de Juan de Mesa, esta obra nos sorprendió, primero porque a nuestro juicio la estética de Martínez Montañés es más sosegada y clásica y, segundo, la fuerza emocional de ese rostro se apartaba del maestro acercándose a Mesa".

El busto mide 44 cm de altura, ya que hoy en día se encuentra mutilado a la altura de los hombros. Conserva las carnaciones y estofados originales, los cuales seguramente no fueron realizados por Mesa, pues el escultor cordobés solía contratar dichas labores con maestros pintores, caso de Francisco Fernández de Llera.

Según Dávila y Pérez Morales, la pieza presenta un inequívoco signo mesino en el modelado del cuello con papada y hendidura horizontal en su mitad, de forma similar a como aparece en la famosa Virgen de las Angustias de Córdoba o en la Inmaculada Carmelitana del Convento de las Teresas (Sevilla).

Por otro lado, ambos investigadores consideran que la voluminosa cabeza de la santa, elevada hacia el cielo, presenta idénticas dimensiones a la del Cristo de la Buena Muerte, imagen con la que fue contratada y bajo cuyos pies probablemente figurase abrazada al madero. También sostienen que el modelado de la cabellera presenta extraordinarias conexiones con los cabellos del San Juan Evangelista de la Cofradía del Gran Poder (Sevilla) y del San Juan Bautista de la Catedral sevillana, ambos labrados por Mesa, y que la traza de los labios es similar a la de la Virgen de la Victoria de la Cofradía de las Cigarreras (Sevilla), aunque en la última restauración de esta popular Dolorosa fue rechazada la discutible atribución al maestro cordobés.

En opinión de los responsables del Museo Lázaro Galdiano -quienes aún sostienen que el busto puede recrear a San Juan Evangelista y no a María Magdalena, pese a que los estudiosos sevillanos están convencidos de que se trata de una figura femenina por las facciones del semblante y el recogido que muestra la ondulada cabellera-, la peana sobre la que se asienta no se corresponde cronológicamente con la pieza, aunque albergan ciertas dudas sobre si se trata de una escultura en origen de cuerpo entero que mutilaron en fecha indeterminada.

Hasta la atribución de Dávila y Pérez Morales, la efigie de la santa, que será restaurada en próximas fechas, se hallaba atribuida a Juan Martínez Montañés, maestro de Juan de Mesa, por Emilio Camps Cazorla.

 

 

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