Imagen del siglo XVII de Santo Domingo de Guzmán, perteneciente a la Comunidad de Hermanas Dominicas del Monasterio de Santa María la Real de Bormujos (Sevilla). En la Fototeca de la Universidad de Sevilla existe constancia de esta imagen en el antiguo convento de Santa María la Real de Sevilla, en un reportaje realizado por el fotógrafo José María González-Nandín y Paul en 1924. Se encontraba en un primer retablo del lado del Evangelio de la iglesia del convento. Posteriormente, en 1976 es trasladada al nuevo convento en Bormujos, situándose en la clausura y por tanto no accesible al público.

La imagen vestida con ricas ropas barrocas y ornamentos se encuentra perfectamente representada como Santo Domingo de Guzmán, según su iconografía. Aparece vestido con alba o túnica y escapulario de color blanco, una capilla o esclavina de color negro con forro blanco, cinturón de cuero y capa negra. De igual forma, lleva los atributos del santo, diadema de plata, estrella en la frente, el rosario entre las manos, estandarte de plata con el escudo de la Orden de Predicadores y en la mano izquierda el libro y los lirios de plata; a sus pies el perro con la antorcha en la boca y la bola del mundo. Las medidas reales son de 140 x 60 x 38 cm.

Una vez desprovista de sus vestiduras y ornamentos, la escultura de Santo Domingo se confirma que es una imagen de vestir de bulto redondo policromada, representada con las prendas interiores masculinas propias de finales del siglo XVI y principios del XVII: camisa amplia de color crudo imitando al lino que llega hasta por debajo de las rodillas. El cuello es redondo, rizado, rematado y abrochado mediante un botón. La camisa es abierta en el centro montando la parte izquierda sobre la derecha y abrochada mediante veinte botones forrados y ojales, colocados de dos en dos, perfectamente realizados y decorados. Estos elementos o decoración en la indumentaria se han observado también en el jubón de la Virgen de las Angustias de Córdoba y en las imágenes de San Pablo Miki y San Juan Goto, todas ellas de Juan de Mesa.

Cabe destacar la similitud compositiva de la imagen de San Pablo Miki del Museo de Bellas Artes de Sevilla (comparativa en la imagen inferior), pareciera que están hechas a partir de la misma plantilla, pero a diferente escala pues la imagen jesuita es mucho mayor (173 cm) que la imagen dominica (140 cm).

Esta costumbre de tallar la indumentaria interior tanto masculina como femenina era muy frecuente en la obra de Juan de Mesa, como en la imagen de Jesús Nazareno de la iglesia conventual del Espíritu Santo de La Rambla (Córdoba), que se encuentra totalmente tallada, anatomizado el torso, la espalda y muslos, tallado su sudario, articulados los brazos y encarnado o policromado debidamente.

De igual forma, la Virgen de la Encarnación de los Terceros presenta la particularidad de tener esculpido un jubón de escote cuadrado perfilado por una línea marrón, que deja entrever parte del busto que insinúa los pechos de la imagen. Dichas características también se han observado en la imagen de la Virgen del Valle de Sevilla -dolorosa atribuida al escultor cordobés- en la imagen de la Virgen de la Concepción (La Sevillana) del convento de San Buenaventura de Sevilla y en la recientemente restaurada imagen de la Virgen de Rosario de Morón de la Frontera, también atribuida al escultor cordobés.

Otro de los elementos que observamos es el cinturón, perfectamente realizado simulando cuero negro y con hebilla ovalada doble, típica del siglo XVI y principios del XVII. En las piernas, lleva talladas unas calzas o leotardos ajustados. Son policromados en blanco, siendo la única prenda que hemos podido observar ricamente estofada, simulando el típico muaré. Presenta unos zapatos negros planos con ataduras sobre el empeine muy similares a los de la Virgen de las Angustias, Virgen de la Encarnación, San Pablo Miki y San Juan Goto.

Con independencia de las cuestiones relacionadas con la estética compositiva de la imagen, la pieza muestra una de las principales características de las obras realizadas por Juan de Mesa. Nos referimos a la perfecta factura técnica de la obra, tallada con habilidad y construida cuidadosamente, lo que por otra parte ha garantizado su óptima conservación en la mayoría de los casos.

También el sistema de articulación de sus brazos, de "gozne" o "galleta", es característico del autor. Dicho sistema de articulación original aún se conservaban en las imágenes de las Angustias de Córdoba, la Encarnación de Sevilla y en la Virgen del Rosario de Morón de la Frontera hasta que, lamentablemente con las últimas intervenciones, fueron sustituidos por brazos nuevos con sistemas de articulación de fosa y bola.

En cuanto a su cabeza, aunque fue intervenida en 1789 por Cristóbal Ramos para colocarle ojos de vidrio y realizarle nueva policromía, conserva todavía unas características morfológicas originales muy bien definidas: cerquillo capilar mediante el característico roete ondulado alrededor del cráneo siguiendo el modelado típico mesino, la parte superior afeitada, el bigote y la barba peleteada y bífida perfectamente dibujados y tallados. Así mismo, las cejas son finas y las orejas separadas y bien definidas, y sus labios se encuentran semicerrados.