En el último número de la revista Laboratorio de Arte (36), editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, el investigador David Molina Cañete propone una nueva atribución al escultor Blas Molner Zamora (1738-1812), artista valenciano afincado en Sevilla, donde fue director de la Real Escuela de las Tres Nobles Artes.

Se trata de las esculturas de San Joaquín y Santa Ana conservadas en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Echalar (Navarra). Para su estudio, Molina Cañete ha analizado sus características formales y estilísticas, poniéndolas en relación con otras obras documentadas del artista, entre ellas el grupo de la Asunción de la Virgen del mismo templo.

El significativo avance en el correcto conocimiento de la obra escultórica de Molner, verificado en los últimos años, está motivando la adscripción a su catálogo de algunas obras documentadas o de nueva atribución que previamente habían pasado inadvertidas para la historiografía.

Tal es el caso de las dos esculturas de San Joaquín y Santa Ana relacionadas con el grupo de la Asunción de la Virgen (1781) que preside el altar mayor de la Parroquia de la Asunción del municipio navarro de Echalar, documentado por Concepción García Gainza en 1992, también en Laboratorio de Arte.

Los padres de la Virgen María fueron tallados en madera con un tamaño algo inferior al natural. Se muestran sobre peanas a los lados de la hornacina que contiene el citado grupo de la Asunción. Ambas tallas han pasado inadvertidas para la escasa historiografía precedente, teniéndose tan solo como obras barrocas anónimas de excelente calidad.

Para Molina Cañete no solo pertenecen a la producción de Molner, sino que lo más probable es que formaran parte del mismo encargo junto al grupo principal de la Asunción. Ello ofrecería una nueva concepción iconográfica de todo el conjunto escultórico, vinculada a la parentela de la Virgen.