La imagen del Patriarca San José que actualmente se venera en la parroquia murciana de Santa Eulalia fue realizada, después de la Guerra Civil española, por el escultor Gregorio Molera Torá (Orihuela, Alicante, 1895 - Murcia, 1970) para el Gremio de Carpinteros de Murcia.

Dicho gremio tenía su propia iglesia dedicada a su patrón San José, situada pared con pared con la Parroquial de Santa Eulalia. Al desaparecer este gremio en la segunda mitad del siglo XX, la Iglesia de San José pasó a depender de la Iglesia de Santa Eulalia y hoy día esta imagen se venera en este último y principal templo.

Esta imagen de San José, cuyo Niño Jesús original (que portaba instrumentos de la carpintería, tal y como podemos ver en la antigua fotografía del santo que acompaña este escrito) se encuentra lamentablemente en paradero desconocido, lleva en la actualidad otro Niño de estilo barroco que pertenece a alguna de las imágenes que recibirían culto por Santa Eulalia antes de la contienda.

Gregorio Molera fue un escultor, imaginero y belenista al que le tocó vivir la dura época de la Guerra Civil, por lo que tras la misma tuvo que dedicarse a reproducir y rehacer multitud de imágenes que habían sido destruidas. No obstante, la unción que transmitía a sus obras y la delicadeza de modelado y composiciones dan buena muestra de la valía de este artista nunca bien ponderado por la historiografía local.

Según informa José Luis Melendreras Gimeno en su libro Escultores Murcianos del Siglo XX (1999), Gregorio Molera (imagen inferior izquierda) comenzó su vida artística en torno al año 1908 cuando entró en la Sociedad Económica de Amigos del País, teniendo como maestros a Meseguer y Dorado Brisa. Adquirió experiencia en el taller del escultor Francisco Sánchez Araciel, quien marcó su rumbo escultórico sin olvidar la marcada influencia del maestro Francisco Salzillo. En el año 1911 se puso al frente de una fábrica de belenes en el barrio murciano de San Antolín. Molera es autor de cerca de un centenar de imágenes, entre ellas varios pasos de Semana Santa. Uno de sus diez hijos, José Molera Giménez, fue también escultor.

Cada 2 de febrero el santo sale en procesión, junto con las imágenes de San Blas y la Virgen de la Candelaria, espléndidas obras de Francisco Salzillo que gozan de gran devoción en la ciudad de Murcia y sus alrededores, y son protagonistas de unas Fiestas que en 2013 cumplieron 625 años.

Para dicha procesión, la imagen del Niño Jesús que porta el San José de Gregorio Molera es sustituida por una rica cesta en la que descansan dos palomas (imagen superior), las cuales hacen alusión a la tradición judía de la presentación de los recién nacidos en el Templo y a la ofrenda paterna de dos tórtolas o pichones. Tras la efigie del santo procesiona la de la Virgen de la Candelaria con su Niño Jesús vestido con ato de cristianar.

Este año el santo estrenó un conjunto completo de prendas que ha sido confeccionado a iniciativa de la nieta del autor de la imagen, Ana Rosa Béjar Molera, quien ha contado con la ayuda de un grupo de devotas del Santo Patriarca y la colaboración de las socias del Centro de la Mujer del Barrio de Santa Eulalia. Está realizado con materiales de gran calidad adquiridos en Valencia. Manteniendo los colores iconográficos de San José, se han elegido dos tipos distintos de brocado en oro, morado para la túnica y dorado para el manto, así como un forro de lino verde para esta última prenda. Todo bajo una gama de tonalidades desvaídas muy propias de la indumentaria barroca de las imágenes de vestir. El conjunto se completa con la restauración de la aureola y con un fajín listado en tonos granates, que da un interesante toque hebreo sobre la estética barroca del terno.