LAZOS DE SANGRE (IV)

Con información y fotografías de Pedro Ayala Martínez (13/01/2016)


 

 

 

Siguiendo con las actividades programadas en la exposición Lazos de Sangre, ayer se llevó a cabo por parte de Agustín Alcaraz Peragón, director de la revista Los Coloraos, la presentación de la pieza invitada para el mes de enero. En esta ocasión la obra escogida es un San Antón Abad atribuido a la escuela castellana de finales del siglo XVII o principios del XVIII, en talla de madera policromada con ojos de cristal y de autor anónimo.

Esta obra, de colección particular, difiere de las mayorías conocidas; las cuales suelen mostrar al santo de pie, con un libro en la mano, con un bastón y con su inseparable cerdo -símbolo del animal preservado de la enfermedad por San Antón-, o bien matando al dragón como representación del mal.

Representa al santo de rodillas sobre el tronco de un árbol caído, en actitud de orar con los brazo abiertos y la cabeza inclinada hacia el cielo. Le acompaña un simpático cerdito pintado de color blanco con manchas negras, tumbado con la cabeza hacia arriba observando las acciones de su protector.

El santo egipcio leva el hábito de su orden con la llamada "cruz de tau" inscrita en el mismo, una insignia también conocida como "cruz de San Antón" o "cruz egipcia" por el origen del santo y que vino a representar a los Caballeros del Hospital de San Antonio, también conocida como la de los Caballeros Hospitalarios.

 

 
 

 

El anónimo autor pudo haberse inspirado en el San Jerónimo Penitente conservado en la Capilla de la Virgen de la Consolación, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Soterraña del municipio segoviano de Santa María la Real de Nieva, obra catalogada desde el año 1935 por Pérez Villanueva como del maestro renacentista Alonso Berruguete. El San Antón Abad prestado para esta exposición guarda gran similitud con el anterior, tanto en la postura como en el conjunto que forma la figura con el árbol.

En la ciudad de Murcia, de las imágenes conservadas del citado santo, la más famosa -cuenta, además, con cofradía propia- es el San Antón Abad realizado por Francisco Salzillo en el año 1746, una de sus obras cumbres de gran realismo y dinamismo. El santo de Salzillo, ataviado con el traje de su orden, está concentrado en dar muerte al dragón que se encuentra a sus pies, clavándole un cetro, mientras su inseparable jabato, en esta ocasión como corresponde de color negro, permanece a su lado contemplando la escena. Se trata de una obra que goza de gran devoción en Murcia, y a la cual, el día de su festividad, llevan a la ermita de su nombre infinidad de animales de todo tipo para que sean bendecidos.

En el mundo del arte se ha representado a San Antonio Abad con un cerdito, acompañando al santo ermitaño en su vida. Si bien no es así, la tradición nos cuenta que, un día, una jabalina se le acercó con sus jabatos, los cuales estaban ciegos. El santo les curo la ceguera y, desde entonces, la madre ya nunca se separó de su lado, defendiéndolo de cualquier alimaña que se le acercase.

La obra invitada en la exposición Lazos de Sangre podrá ser visitada en en los Bajos del Martillo, situados en la Glorieta de España, en Murcia, en el horario habitual de la exposición -martes a sábado, de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos, de 10:00 a 13:30 horas-, hasta el próximo 3 de febrero de 2016.

 

 

 

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