En Santiago de Compostela no se guarda un buen recuerdo de esta copia, conservada en el museo londinense de Victoria y Alberto, pues su obtención en yeso del pórtico gallego, en el siglo XIX, deterioró notablemente la policromía que conservaba el conjunto; una policromía, no obstante, que se debía mayormente a los pinceles de Crispín de Evelino, quien en 1651 reconstruyó una pintura prácticamente desaparecida por el paso del tiempo.

El Pórtico de la Gloria original es obra pétrea del Maestro Mateo, quien la concluyó en el año 1188. El ambicioso conjunto consta de tres arcos de medio punto que se corresponden con las tres naves de la Catedral. El arco central, de mayor tamaño que los laterales, se halla dividido por un parteluz con la imagen de Santiago que sostiene un tímpano que acoge a su vez la figura del Pantocrátor rodeado de santos y ángeles. El arco de la izquierda muestra la representación de la Iglesia de Israel y el de la derecha la de la Iglesia de los Gentiles.

Junto a la labor de Mateo, se ha identificado la participación, al menos, de otros dos escultores; uno de ellos realizaría el arco de la derecha y algunos santos del central, y el otro llevaría a cabo varios ángeles del central y las figuras de santos que se hallan situados enfrente del pórtico.

Conviene advertir que el pórtico, hoy en día en el vestíbulo del templo al construirse en el siglo XVIII la actual fachada de la Catedral, era la parte interna de una doble fachada exterior y lo único que se conserva de la misma, ya que el resto fue derribado para construir la mencionada fábrica barroca. Incluso hay autores que piensan que el actual pórtico está mutilado, faltando los dos tímpanos laterales.