La pieza se encuentra en la Loyola University de la ciudad estadounidense, una facultad católica regida por la orden de los jesuitas. Labrada en terracota policromada, representa a la Virgen con el Niño y San Juan Bautista, y fue donada a la entidad docente por George C. Stacy, en memoria de William y Elizabeth Kehl.

Como es habitual en los barros polícromos de Luisa Roldán, el rostro de la Virgen ha sido concebido como el de una doncella joven e idealizada. Su atractivo semblante y la entregada actitud maternal hacia las figuras infantiles provocan de inmediato una simpatía natural en el espectador.

La actitud juguetona entre Jesús y su primo Juan otorga un sentido naturalista al conjunto escultórico. La blandura y delicadeza del modelado, las nacaradas carnaciones, los gestos llenos de gracia de las figuras y las pulimentadas superficies del grupo acaban por conformar un simulacro tan intimista como elegante.

La obra fue realizada por la escultora e imaginera del Barroco sevillano en 1692. Estilísticamente, se relaciona con la imagen de la Virgen con el Niño que se conserva en el sevillano Convento de las Teresas, fechada en 1699. Ambas muestran una exquisita conjunción entre la abstracción y la veracidad de la escena.