SAN AGUSTÍN. TALLA ATRIBUIDA A PEDRO ROLDÁN EN SAN LEANDRO DE SEVILLA

27/08/2024


 

 
 
Foto: Daniel Salvador-Almeida

 

De entre las representaciones escultóricas y pictóricas de San Agustín realizadas para el Real Monasterio de San Leandro de Sevilla, debidas a célebres artistas como Bartolomé Esteban Murillo o Blas Hernández Bello, destacamos, con motivo de la festividad del obispo de Hipona, esta talla en madera policromada que ha sido atribuida por el historiador Salvador Guijo Pérez al escultor del barroco sevillano Pedro Roldán (1624-1699).

No es la primera vez que Guijo atribuye a Roldán una imagen del cenobio agustino, pues hace dos años relacionó con su estilo y el de sus seguidores la imagen de Santa Rita de Casia, también en madera tallada y policromada para vestir, que actualmente posee altar propio en el lado del evangelio de la iglesia conventual, a continuación del retablo de San Juan Bautista y en la parte más próxima al coro.

Aunque no existe documentación alguna ni vinculación previa acerca de su autoría, la imagen de San Agustín muestra en su fisonomía el sello roldanesco, caracterizado, entre otros detalles, por la belleza formal, la teatralidad expresiva del semblante, la poderosa concepción anatómica, el singular dibujo sinuoso de las facciones, el sentido dinámico de la figura o el modelado apelmazado del cabello y la larga barba.

La iconografía obedece al tipo impuesto a partir del siglo XVI, con el santo como hombre maduro y barbado vistiendo atuendo obispal, ricamente bordado en este caso con hilo de oro y sedas de colores al modo habitual de las imágenes andaluzas de candelero. Lleva también mitra, báculo, pectoral y anillo por su condición de obispo, pluma por ser escritor y Doctor de la Iglesia, y la maqueta de un templo en calidad de fundador, atributos estos últimos cincelados en orfebrería.

A modo de curiosidad, comentar que la pluma del fundador de la orden, así como el pectoral y el anillo de amatistas que utiliza esta obra atribuida a Roldán, fue lo único conservado del rico ajuar de plata que decoraba el retablo de San Agustín que vemos en el lado de la epístola del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla, obra de Francisco Dionisio de Ribas, y que incluía también lámparas, mitra, iglesia, báculo y aureola, entre otras piezas. Todo ello fue vendido por la comunidad de religiosas en tiempos de escasez económica.

 

 
 
Foto: Daniel Salvador-Almeida

 

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