LA EPIFANÍA DE DAMIÁN FORMENT EN EL MUSEO DE ZARAGOZA
05/01/2024
Este relieve de alabastro que representa la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos está fechado en torno a 1517-1519. Procede del Monasterio de Santa Engracia (Zaragoza) e ingresó en el Museo de Zaragoza en 1867. Su autor es Damián Forment, uno de los escultores más sobresalientes del siglo XVI dentro del territorio peninsular. Está también considerado el mejor representante del Renacimiento en Aragón. Su producción escultórica fue muy extensa y ejemplifica la evolución de las formas artísticas en la plástica española de esta época. En sus primeras obras, Forment todavía mantiene referencias al lenguaje del gótico final y a medida que entra en contacto con las nuevas corrientes llegadas de Italia, va incorporando propuestas. Además, durante toda su trayectoria, estuvo muy influenciado por artistas alemanes de la talla de Durero o Cranach, cuya obra conoció a través de los grabados. Forment nació en Valencia en torno a los años 1475-1480 y se formó como escultor junto a su padre Pablo y su hermano Onofre en el taller paterno de escultura y mazonería, que estaba considerado en la época como el más prestigioso de la ciudad. Su traslado a Zaragoza está documentado en 1509, año en el que contrató con el Cabildo Catedral la realización del retablo mayor del Pilar, su primera obra maestra y uno de los ejemplos capitales del Renacimiento español. El éxito obtenido con este retablo y los numerosos encargos que recibió en consecuencia, fueron fundamentales para que Forment decidiese fijar su residencia en Zaragoza, donde estableció un importante taller que atrajo a un gran número de escultores, revitalizando el panorama artístico de la ciudad que llegó a ser uno de los centros escultóricos más importantes de España durante el primer tercio del siglo XVI. En estos años, Forment contrató numerosas obras, entre las que figura un retablo para el monasterio de Santa Engracia (1517), de donde proviene el relieve que nos ocupa. La composición está incompleta y muestra en primer término a la Virgen con el Niño en brazos y la figura de un rey arrodillado ante ellos. En un segundo plano, destaca la figura de otro rey que luce turbante y detrás de la Virgen María, de pie, se dispone San José. En bajorrelieve, y como fondo de la escena, se identifican un buey comiendo hierba tras una empalizada trenzada y un jinete al galope. Esta pieza de Forment se caracteriza por su afán naturalista visible en las fisonomías, actitudes e indumentaria de los personajes. Las figuras y composición se asemejan a otras utilizadas por Forment en obras como el mencionado retablo del Pilar de Zaragoza o el camarín del Santísimo Sacramento de la Catedral de Huesca. El influjo de la obra de Damián Forment, fallecido en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), cuyo retablo mayor para la catedral no pudo concluir antes de su muerte en 1540, pervivió durante largo tiempo y sus numerosos discípulos llevaron los modelos formentianos a lugares muy diversos de la geografía española. |
Foto: José Garrido
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