EL ALABASTRO EN LA ESCULTURA ESPAÑOLA
Sergio Cabaco
La celebración del Simposio del Alabastro en el municipio turolense de Albalate del Arzobispo (1-12 de septiembre del año 2007) nos ha sugerido la realización de un breve repaso de la escultura realizada en nuestro país con tan preciado material a través de los siglos.
Variedad del yeso, de apariencia similar al mármol tras ser pulimentado, el alabastro fue empleado con frecuencia entre los artesanos del Antiguo Egipto. En Europa su uso comenzó a ser muy extendido a partir del siglo XIII, encontrándose en Aragón varios de sus yacimientos más importantes. |
En
Andalucía Occidental son frecuentes los simulacros marianos de
alabastro que gozan de gran popularidad entre sus gentes. Es el caso de la Virgen del
Carmen de la Iglesia de San Lorenzo de Sevilla (imagen
izquierda), que pese al relativo olvido que padece hoy en día fue titular
durante siglos de la Casa Grande de la Orden del Carmelo Calzado
establecida en la capital hispalense, o de Santa María de la Rábida (imagen derecha), patrona de Palos
de la Frontera (Huelva) y de América, que
recibe culto en el monasterio palermo que lleva su nombre. Ambas
efigies, morfológicamente muy relacionadas entre sí, son creaciones góticas
de gran calidad que se corresponden con el estilo franco-catalán extendido por Europa entre los años 1335 y
1350. Fueron
concebidas para ser policromadas, aunque la Virgen de la Rábida,
advocada también como Virgen de los Milagros, no conserva actualmente
rastro alguno de color. |
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También
en la zona de Andalucía Oriental encontramos ejemplares marianos de
alabastro como la Virgen de la Peña (imagen izquierda) de Segura
de la Sierra (Jaén), relacionable con
otros simulacros marianos del periodo como la Virgen Blanca, de Toledo,
o Notre Dame de París, conservada en la famosa catedral francesa. Suele
fecharse a mediados del siglo XIII, aunque no sería descartable su
fecha de ejecución en la centuria posterior. Respecto a la Virgen de
Trapani (imagen derecha), que preside una hornacina exterior de la
Iglesia de la Pastora y Santa Teresa de Málaga,
se trata de una réplica del original del siglo XIV labrado por
el escultor Nino Pisano con destino a Chipre. Según cuenta la tradición,
una terrible tormenta llevó a dicha imagen, esculpida en alabastro, hasta
la localidad siciliana de Trapani, donde inmediatamente fue objeto de una extraordinaria
devoción. La celebridad de la que gozó su
culto hizo que, desde el siglo XVI al XVIII, se hicieran numerosas
reproducciones para
diversos puntos de Italia y el resto del orbe cristiano.
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El
flamenco Gil de Siloe, también llamado Gil de Amberes y Gil de Orleans,
fue uno de los escultores más importantes en la Castilla de la segunda
mitad del siglo XV. Demostró un especial virtuosismo con las piezas
labradas en alabastro, como lo atestiguan los sepulcros del Infante Don
Alonso (imagen izquierda) y de Don Juan de Padilla (imagen
derecha). El primero se halla en la Cartuja de Miraflores (Burgos)
y el segundo en el museo de la capital burgalense. Ambos siguen la
recién estrenada tradición del difunto en actitud orante y muestran
una gran profusión de formas, conseguida gracias a la destreza de un
artista capaz de hacer adquirir al material las texturas más
diversas. |
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Paralelamente
al retablo de Santa Ana, que ejecutó para la Catedral de Burgos entre
los años 1486 y 1488, también labró Gil de Siloe en alabastro para la Cartuja
de Miraflores (Burgos)
el sepulcro del rey Juan II y de su esposa Isabel de Portugal. Una
estrella de ocho puntas, intersección de un cuadrado y de un
rectángulo, denota el afán del autor por buscar la máxima superficie
posible para desarrollar un complejo mundo de imágenes, tratadas con
tanta delicadeza y profusión de detalles que más parece obra de
orfebre que de escultor. |
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Hasta
el año 1871, existió en Cartagena
un retablo en alabastro de origen inglés que, perteneciente a la Catedral
Vieja, fue donado por el ayuntamiento de aquella ciudad al recién
creado Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde en la actualidad se
conserva. Se trata de un conjunto de siete relieves con restos de
policromía que representan el Nacimiento de la Virgen, la Presentación
de la Virgen en el Templo, Santa Ana enseñando a leer a la Virgen niña, los
Desposorios (imagen izquierda), la Anunciación, la Adoración de
los Pastores y la Circuncisión de Jesús (imagen derecha). Originalmente,
esta obra tuvo nueve relieves, los dos que faltan podrían ser una representación de la Trinidad y
un pasaje previo al nacimiento de la
Virgen. De excepcional calidad, el retablo ocupaba seguramente
la capilla mayor de la Catedral Vieja y formaba parte del comercio de
alabastros ingleses por Europa, cuyo punto de máxima difusión
correspondió a los años finales del XIV y al siglo siguiente, siendo
intensa tambien su difusión europea durante el XVI hasta que la reforma
anglicana asestó un duro golpe a la rica y boyante industria. Fueron
las zonas costeras los principales puntos de destino de unas piezas que
llegaban desmontadas para serlo sobre soportes de madera. York,
Nottingham, Bristol, Londres y otros puertos fueron talleres y puntos de
salida de piezas con destino a Francia, España y Portugal (1).
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El
uso frecuente del alabastro en la escultura funeraria del siglo XVI se
pone nuevamente de manifiesto en el sepulcro de San Segundo, conservado en su
iglesia de Ávila.
Es una de las mejores obras de Juan de Juni (1572), con la que
volvió a demostrar un dominio total de los diversos materiales que
empleó a lo largo de su oficio. |
Poco conocido este Calvario procedente del Ex-Convento de Capuchinos
de Cádiz.
Representa a Cristo Crucificado junto a Dimas y Gestas, y con la Virgen,
San Juan y la Magdalena a sus pies. Su factura es tan espléndida como
original su enmarcado, compuesto por una soga circular labrada en la
misma pieza. |
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Sobre
el altar llamado de Prima en el interior de la Catedral de Toledo,
enmarcado por unos balaustres labrados en el año 1564 por Rui Díaz del
Corral, se encuentra la popular Virgen Blanca, imagen gótica (siglo
XIV) de procedencia francesa, cuyo rostro sonriente y radiante de
ternura y felicidad materna corresponde a las caricias del pequeño
Jesús (2). |
Completamente
plana en su parte posterior, es probable que esta Piedad, de posible
origen toledano y actualmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid,
formara parte de la decoración de un sepulcro, género al que se destinó
la gran mayoría de la escultura en alabastro realizada en Castilla en
la segunda mitad del siglo XV y comienzos del XVI (3). |
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La
pequeña escultura, del siglo XIX, representa a Venus y Cupido y se conserva en el
Museo Lázaro Galdiano de Madrid.
La diosa aparece recreada como una muchacha medio cubierta con ropón,
con la figura de Cupido a sus pies y a su derecha, sobre un ramo de
flores. En el plinto aparece la firma "P. ROMANELLI. FIRENZE."
(4). |
Esta
figura, obra de Paco Puyuelo, escultor de Huesca,
obtuvo el Premio Arteria 2006. Su título es Vuela y representa,
bajo una estética figurativa de gran encanto, una forma humana con los
brazos abiertos, en clara señal de acogida, donde el corazón está
troquelado en el alabastro dejando pasar la luz de una forma
decidida. |
BIBLIOGRAFÍA (1) BELDA NAVARRO, Cristóbal y Elías HERNÁNDEZ ALBALADEJO. "El Alabastro de la Catedral Antigua", artículo publicado en Arte en la Región de Murcia. De la Reconquista a la Ilustración, colección Monografías Regionales, nº 6, Murcia, Editorial Regional, 2006. Agradecemos al Foro de la Semana Santa de Cartagena el material aportado. (2) MIRANDA, Rufino. Toledo, su arte, su historia, Toledo, 1988. (3) HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio. El Encanto Medieval, catálogo de la exposición, Valladolid, Edición del Museo Nacional de Escultura y la Diputación de Valladolid, 2003. (4) CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1949-1950), sin publicar. |
Fotografías de Oronoz, Museo Lázaro
Galdiano, Diputación de Valladolid, Rocío
Cortes Ramírez,
Foro de la Semana Santa de Cartagena, Gorgonio Sanjuán,Víctor
Manuel Luque Mata y Sergio Cabaco
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