EL DIVINO MORALES

18/06/2016


 

 
 

La Virgen con el Niño y san Juanito

Luis de Morales
Hacia 1545-1555
Óleo sobre tabla de roble
Catedral de Salamanca

 

Introducción

Luis de Morales, que trabajó entre Extremadura y Portugal, fue durante 50 años un pintor muy prolífico que alcanzó la fama gracias a sus pequeñas tablas de temática religiosa, de una gran carga emocional.

Con una marcada vocación comercial, adaptó a la clientela de la época un producto artístico y devocional que enlazaba con las tradiciones flamencas de finales del siglo XV y principios del XVI, matizadas por elementos italianizantes. Esas imágenes, sencillas en sus composiciones pero de una gran eficacia visual, entrañan una indudable carga emocional. Su capacidad para fijar un modelo iconográfico de devoción, que resultara veraz y al mismo tiempo conectado con lo sagrado, le valió el sobrenombre de el Divino. Solo El Greco, décadas más tarde, conseguirá convertirse en un fenómeno de divulgación artística y éxito comercial semejante.

Las creaciones más representativas de Morales conocieron una amplia difusión gracias a la existencia de un taller propio y a las repeticiones realizadas por otros pintores y por sus seguidores.

La exposición El Divino Morales que hasta el próximo 25 de septiembre se puede ver en el MNAC de Barcelona reúne, un siglo después de que el Museo del Prado presentara la primera monográfica dedicada al artista, una estudiada selección que incluye únicamente las obras que responden a los estándares de calidad de la extraordinaria técnica pictórica empleada por Morales. Su atención a los detalles, un dibujo preciso y la suavidad en el tratamiento de la luz configuran una personalidad única.

La selección de obras que presenta la exposición muestra al pintor en su doble faceta de creador de tablas devocionales y maestro de retablos. Las piezas, en su mayor parte de pequeño formato y medias figuras, reflejan su repertorio iconográfico: la Virgen con el Niño, como la popular Virgen de la Leche del Museo del Prado; Cristo coronado de espinas, atado a la columna, cargando con la cruz, como el Cristo con la cruz a cuestas de la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción de Osuna, o muerto ya, en brazos de su madre, como en La Piedad del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se trata de un repertorio de imágenes en las que el pintor omite cualquier elemento temporal o espacial con el objeto de sumergir al espectador en unas condiciones excepcionales de contemplación religiosa.

La exposición incluye dos obras de la colección del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), Cristo con la cruz a cuestas y Ecce Homo, junto a otras como la Virgen con el Niño y san Juanito, procedente de la Catedral Nueva de Salamanca, o las obras del Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia, además de 22 obras de la colección del Museo del Prado, entre las que destaca El nacimiento de la Virgen.

La muestra también incluye una escultura de Alonso Berruguete procedente del Museo Nacional de Escultura (MNE) de Valladolid, vinculada estrechamente a la temática de Morales por la espiritualidad que refleja y por los valores escultóricos que se aprecian en la pintura del maestro extremeño.

El Divino Morales es la culminación de un exhaustivo estudio sobre el artista cuyas conclusiones se han publicado en el catálogo editado con motivo de la muestra, que incluye fichas extensas de las obras seleccionadas, aunque no todas ellas están presentes en las tres exposiciones. Las fichas han sido redactadas por un total de 19 historiadores del arte que aportan su propia visión sobre las obras y en pintor. La publicación también incluye un texto de la comisaria de la muestra, Leticia Ruiz, que reconstruye la vida y la carrera artística de Morales, un ensayo del profesor Felipe Pereda centrado en la iconografía y la espiritualidad de las algunas de las obras del pintor y otro ensayo dedicado a la técnica y los materiales por él utilizados.

 

 
 

La Piedad

Luis de Morales
Hacia 1560
Óleo sobre tabla de roble
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid)

 

Esta Piedad es la versión de mayor calidad de cuantas pintó Luis de Morales. En ella se recupera en lo fundamental la composición de la que realizó para la catedral de Badajoz entre los años 1553-1554 (presente en esta exposición), pero haciendo más íntima la relación entre las dos figuras y acentuando el dramatismo y el sentido escultórico de las mismas, toda vez que el escenario se ha reducido a un mínimo fragmento del suelo del monte Calvario, en torno a la base de la cruz.

 

Iconos perdurables

Esta sección muestra alguna de las creaciones iconográficas más conocidas de Luis de Morales, obras de tamaño bastante reducido con figuras de busto o medio cuerpo representadas sobre fondos negros y resaltadas por una iluminación contrastada que las aproxima al espectador.

Pensadas para oratorios y capillas privadas, estas composiciones sintetizan la compleja filiación artística de Morales: sus vínculos con la pintura italiana y con algunos artistas flamencos y del norte de Europa.

Temas como la Virgen con el Niño, la Dolorosa, el Ecce Homo, Cristo con la cruz a cuestas, la Piedad o Quinta Angustia eran los que tocaban la sensibilidad del público de la época, y convirtieron a Morales en un pintor afamado, cuyas obras se recogen en colecciones e inventarios desde fechas tempranas.

 

 
 

Detalle de Cristo presentado al pueblo

Luis de Morales
Hacia 1570
Óleo sobre tabla de nogal
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid)

 

Flanqueado por Pilatos (en la imagen) y un verdugo desdentado y burlón, que aparta la clámide del arrestado, Cristo es representado según un modelo muy repetido por Luis de Morales. Tanto Pilatos como el sayón se dirigen al espectador, convertido, gracias a la estrategia compositiva del pintor, en integrante de la multitud que decidió la suerte final de Jesucristo. El formato apaisado de la tabla hace pensar en una probable relación con un conjunto más amplio, que seguramente ocupaba la predela o banco de un retablo.

 

En torno a la Virgen y el Niño

La composición elegida por Morales para sus representaciones de la Virgen con el Niño fue muy limitada, aunque en muchos casos introdujo modificaciones que podían responder tanto a los requerimientos personales de cada comprador como al interés del artista por diferenciar sus creaciones.

Con la Virgen y el Niño conocemos cuatro asuntos fundamentales en su trayectoria: la Virgen de la leche, la Virgen del sombrerete o gitana, la Virgen con el Niño escribiendo y la Virgen del huso o del aspa, este último directamente relacionado con el destino redentorista del pequeño Jesús. En todos los casos María aparece como una joven dotada de rostro ensimismado o melancólico. Es en sus facciones suaves y de piel impoluta donde encontramos el célebre sfumato que ha dado fama al pintor.

Una cuidada selección de estos temas muestra la capacidad de Morales para lograr una delicada construcción pictórica y una efectiva carga emotiva. Como contrapunto, esta sección cuenta además con una obra maestra pensada como pintura de altar: La Virgen con el Niño y san Juanito de la catedral de Salamanca.

 

 
 

El Calvario

Luis de Morales
Hacia 1566
Óleo sobre tabla de roble
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

Narraciones complejas: los retablos

Como gran parte de los pintores españoles del siglo XVI, Luis de Morales realizó un importante número de retablos, labor para la que contó con la ayuda de su taller. La documentación demuestra que la producción de Morales consagrada a estos conjuntos tan característicos del arte de su tiempo fue abundante; sin embargo, los conflictos vividos en la región desde el siglo XVII hicieron desaparecer casi todos estos retablos.

En la muestra se exhiben tablas procedentes de algunos de ellos, todas de notable calidad, que pueden servir para entender un aspecto del trabajo de Morales que completa nuestra idea sobre su carrera artística.

 

 
 

La Virgen del pajarito

Luis de Morales
1546
Óleo sobre tabla traspasado a lienzo
Parroquia de san Agustín (Madrid)

 

Esta es la única obra en la que Morales incluyó la fecha de realización y una de las más importantes de su producción y de la pintura española del siglo XVI. En ella funde la elegancia majestuosa de las figuras con el delicado tratamiento de las formas a través de una factura minuciosa y un dibujo preciso. Para su ejecución, el pintor reelaboró una composición de Durero y elementos tomados de Rafael y Sebastiano del Piombo. La iconografía también tiene una larga tradición. Fija en el ave el símbolo de la Pasión de Jesús, convirtiendo el hilo que une el pajarito y las manos del Niño y la Virgen en un dramático elemento narrativo.

 

Pintura para "muy cerca". Imágenes de Pasión y redención

La religiosidad católica ha construido buena parte de su discurso iconográfico en torno a la Pasión de Cristo; en el sufrimiento físico y espiritual del Salvador que redimió a la humanidad del pecado original.

En sintonía con la espiritualidad erasmista de la época, Morales abordó principalmente este asunto en obras de pequeño formato, en una producción muy explícita centrada en la cabeza o el busto de Cristo, representado con una precisión naturalista y un carácter táctil que le aproximan a lo escultórico. Muy iluminado y recortado sobre un fondo oscuro que elimina toda referencia espacial y temporal, aparece como una imagen para la reflexión privada, que en cierto sentido llevaba al creyente a experimentar el sufrimiento del Hijo de Dios.

La representación de estos rostros invita, como escribió el pintor y tratadista Francisco Pacheco, a contemplarlos de "muy cerca" y poder así ver y sentir el dolor y, también, la resignación de Jesucristo.

 

 
 

San Esteban

Luis de Morales
Hacia 1575
Óleo sobre tabla de pino
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

San Juan de Ribera y la espiritualidad de la Contrarreforma

Entre los prelados que ejercieron como obispos de Badajoz en el siglo XVI, la personalidad más destacada fue la de san Juan de Ribera. Sus orígenes familiares, su formación intelectual y el ambiente espiritual en que se movió durante sus años como obispo de la diócesis (1562-1568), hacen de Ribera referencia obligada para la comprensión de la obra pictórica de Morales, a quien se llegó a considerar su pintor de cámara.

Durante un periodo documentado de cinco años, Juan de Ribera solicitó a Morales un variado grupo de tablas, entre las que se incluyen algunos encargos muy personales del obispo, como El juicio del alma, y asuntos más característicos de la producción del artista: Cristo atado a la columna acompañado de san Pedro, la Piedad e imágenes marianas, como la Virgen gitana.

Tras su marcha a Valencia, Juan de Ribera se convertiría en arzobispo y virrey, pasando a ser una figura clave en la renovación de la Iglesia. Beato desde 1796, en 1960 fue proclamado santo.

 

 
 

Cristo con la cruz a cuestas

Luis de Morales
Hacia 1560-1565
Óleo sobre tabla de castaño
Museu Nacional d'Art de Catalunya

 

Esta obra, depósito de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, se guardaba en las reservas del MNAC desde hace décadas. Ha sido restaurada y estudiada para la ocasión. Desde el 3 de noviembre del pasado año 2015 se expone en las salas de la exposición permanente de arte del Renacimiento y el barroco, junto a otra obra de Luis de Morales de la colección del MNAC, Ecce Homo.

 

Dirección y horario: Palau Nacional. Parc de Montjüic s/n, Barcelona.
Martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas.

 

Semblanza Relacionada en este

 

 
 

La Oración en el Huerto

Luis de Morales
Hacia 1545
Óleo sobre tabla de roble
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

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