La muestra ha sido organizada con piezas donadas al Museo de Arte Sacro de Teruel por un particular de apellido Ortiz. Todas ellas fueron adquiridas en el momento en el que se estaba desmantelando el edificio en el que se encontraba un taller relacionado con el conocido artista valenciano.

Se trata de un conjunto de obras realizadas en terracota, de muy variada calidad y temática. Normalmente, las piezas realizadas con este material son diseños o pruebas que realiza el artista antes de trabajar en la obra final, una especie de boceto previo. Este sería el caso de las esculturas de la Oración en el Huerto, la Sagrada Familia, el rostro de Cristo y la figura arrodillada de una escena del milagro de Fátima. Éstas son las de mayor calidad artística y en las que se puede apreciar mejor la mano del artista.

También puede utilizarse la técnica y materiales del barro cocido para la elaboración de obras en serie, destinadas a una venta más generalizada. Ese sería el caso de los angelotes funerarios, cuyo destino sería decorar enterramientos y servir a la vez de receptáculo para flores. En ambos casos no hemos de buscar la firma del autor, ya que ésta sólo aparecerá en la obra final, caso del medallón conmemorativo expuesto, propiedad del Obispado de Teruel. A pesar de ello, la calidad artística, el estilo, la temática o la procedencia de las obras nos permite no albergar dudas sobre el papel de Benlliure en su realización.

Mariano Benlliure y Gil nació en Valencia en el año 1862 en el seno de una familia de artistas. Sin duda por esta relación con las artes desde los primeros años de su vida, se convirtió en un artista muy precoz, participando en varios concursos y exposiciones antes de cumplir los diez años de edad.

La existencia de este conjunto de piezas nos permite conocer mejor el proceso de creación artística del autor así como su faceta de imaginero religioso, a la vez que aumenta la cantidad y calidad de las obras expuestas en el Museo de Arte Sacro de Teruel.

Un hecho muy importante en la producción de Benlliure fue el viaje a Roma en el año 1879, momento en el que, ante la contemplación de las obras de los grandes maestros del renacimiento y el clasicismo, decide aplicarse únicamente a la escultura, a diferencia de sus hermanos, dedicados a la pintura.

En el año 1887, afincado en Madrid, obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, convirtiéndose en un artista conocido que empieza a recibir encargos importantes. Desde este momento y hasta su muerte, la cantidad de trabajos que llegan a su taller no hace si no aumentar, hasta convertirlo en uno de los más prolíficos escultores de la Historia del Arte español.

El caudal de trabajo de Mariano Benlliure no le impidió el desarrollo de otras actividades y cargos como el de miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Director de la Academia de España en Roma o el de Director General de Bellas Artes.

La temática de su obra recorre desde las escenas de tauromaquia de su primeras esculturas, hasta la imaginería religiosa a la que se dedicará en las últimas décadas de su vida, pasando por la escultura monumental, la escultura conmemorativa y sobre todo, el retrato, labor en la que alcanza un grado de perfección técnica y expresiva desconocidos hasta la época.