Sala 205
Los años 60 se cuentan entre los períodos más provocadores del siglo XX a nivel cultural,
político y filosófico. El extraordinario crecimiento económico que se produce después de la
Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, en los 50, trae consigo una
nueva cultura de consumo. Algunos artistas que surgen en la esfera artística de Nueva York o
Los Ángeles en los primeros años 60 responden a este nuevo consumismo.
A menudo se considera el Arte Pop como un fenómeno esencialmente norteamericano; sin
embargo, fueron artistas y teóricos británicos los primeros en debatir y formular los principios
fundamentales del Pop a finales de los 50. En el Arte Pop, lo épico es sustituido por
lo cotidiano, los productos fabricados en serie se equiparan a los objetos únicos y se elimina la
brecha entre el arte elevado y la cultura popular. Obras como Cápsula Flamenco (1970), de James Rosenquist; Ciento Cincuenta Marilyns Multicolores (1979), creada por Andy Warhol, o In (1962), de Roy Lichtenstein,
emplean una iconografía extraída de anuncios, de vallas publicitarias, del cine y la televisión,
tiras cómicas o envoltorios de productos para celebrar, y al mismo tiempo realizar un
comentario crítico, acerca de su tiempo.
Sala 206
Robert Rauschenberg y Cy Twombly son dos de las figuras más destacadas e influyentes de la
escena artística de la segunda mitad del siglo XX. Formados en la Black Mountain College de
Carolina del Norte, hacia mediados de los 50 ya habían desarrollado su propio
lenguaje visual.
En contraste con los gestos heroicos característicos del Expresionismo Abstracto, los trazos
caligráficos de Twombly, en ocasiones simplemente ejecutados en negro sobre superficies
pintadas de blanco, se han comparado con grafitis. Este vocabulario aparentemente abstracto
puede tener un contenido cultural profundo, pues Twombly suele incluir en su obra referencias
directas a la literatura clásica y a la mitología. Su obra Nueve discursos sobre Cómodo (1963), la primera que realizó en varios lienzos que no se pueden
disgregar, alude al desastroso gobierno del emperador Aurelio Cómodo (en el poder entre los años 177 y
192) y sugiere una poderosa y apasionante narrativa a través de imágenes abstractas.
Por su parte, Rauschenberg puede considerse un precursor del Arte Pop, ya que sus
piezas incluyen objetos cotidianos encontrados en la calle e imágenes extraídas de revistas y
periódicos. No obstante, Rauschenberg refleja los característicos gestos de la
mano del artista, un rasgo que las diferencia de la estética fría y más impersonal del Pop. En la exposición se muestra una de las piezas más icónicas y de mayor tamaño de Rauschenberg,
Barcaza (1962-1963), que el artista realizó en 24 horas y es uno de los mejores ejemplos de
las mejores pinturas serigrafiadas que Rauschenberg comenzó a pintar en los años 60.
Sala 207
Georg Baselitz comenzó a destacar en el panorama artístico a finales de los 60 con
sus característicos cuadros de motivos dispuestos boca abajo. En ellos da la vuelta al objeto de
la mirada, no al lienzo, para estudiarlo de nuevo, de tal modo que subvierte las reglas
tradicionales de la composición y supera las connotaciones narrativas de sus pinturas anteriores.
En los años 70 comenzó a aplicar la pintura con los dedos, y posteriormente también con
los pies, una técnica que sitúa la imagen pictórica como producto de la acción del cuerpo, y no
solo como creación conceptual o espiritual.
La Señora Lenin y el Ruiseñor (2008) es un conjunto de
dieciséis pinturas -de las que en esta exposición se muestran nueve- basado en la repetición del mismo
esquema compositivo: dos hombres, con sus figuras invertidas, sentados el uno junto al otro,
con sus penes expuestos y las manos descansando, de forma solemne, sobre las piernas. La
composición tiene su origen en el célebre retrato de Otto Dix Los Padres del Artista II (1924).
Como en otras muchas de sus obras, Baselitz se refiere aquí a pasajes concretos de la historia
del arte, aunque los reinterpreta de manera personal: en este caso, reemplazando las figuras
originales por las de dos dictadores, Vladímir Lenin y José Stalin. Cada lienzo de esta obra
ostenta un título individual que contiene juegos de palabras y frases enigmáticas que no guardan
relación alguna con los dictadores representados, sino que se inspiran, en su mayoría, en
reflexiones o encuentros con artistas modernos y contemporáneos.
Sala 209
En esta sala comparten espacio obras de Joseph Beuys y Anselm Kiefer, artistas que, aún siendo
de generaciones diversas, se encuentran en el uso de ciertos aspectos formales, como la escala
monumental, el empleo de materiales inusuales, y una particular visión cosmogónica.
Rayo iluminando un Venado (1958-1985) es una de las
instalaciones más teatrales de Beuys. En ella, el artista alemán expresa su obsesión por la tierra,
los animales y la muerte. Completada un año antes de su fallecimiento, esta instalación contiene
algunas teorías y mitologías a las que el artista recurrió a lo largo de su carrera; sin embargo, su
significado último podría enmarcarse en su definición de "escultura social", con la que anhelaba
rejuvenecer o iluminar a la sociedad con la energía de su pensamiento creativo.
Kiefer es uno de los grandes representantes del Neoexpresionismo Alemán,
movimiento que se caracteriza por la recuperación del heroísmo subjetivo y por el empleo de
texturas. Este artista convierte la historia en materia de su obra, ya sea la historia reciente de su
Alemania natal o la de culturas ya desaparecidas, como puede apreciarse en Embarcación Solar (1984-1995) o en Solo con el Viento, el Tiempo y el Sonido (1997). Trabajando con grandes formatos, que funcionan casi como
arquitecturas, su obra está dominada por una paleta casi monocromática y una combinación de materiales inusuales, como láminas de plomo, paja, escayola, semillas, cenizas y tierra. Lo
orgánico se funde con lo inorgánico, y la monumentalidad y riqueza de texturas incrementan la
solemnidad y trascendentalidad de su trabajo.
Salas 202 y 203
Estas galerías están destinadas a una gran serie pictórica del artista estadounidense Alex Katz,
compuesta por once lienzos, y a una gran instalación escultórico-arquitectónica a cargo del
valenciano Miquel Navarro.
En la serie de Katz Sonrisas (1994), la neutralidad y frialdad del fondo contrastan con la
informalidad del gesto en los retratos, aunque la expresión facial de algunas de estas mujeres
evidencia una cierta tensión. La sobreexposición lumínica, un típico recurso fotográfico, acentúa
la planaridad de los retratos. Pese a ser una obra figurativa, Katz no pretende captar la
personalidad del modelo retratado, sino plantear una reflexión más profunda sobre la naturaleza
de la representación y la percepción de las imágenes.
Por su parte, Ciudad Muralla (2000-2001) constituye un ejemplo representativo de las ciudades
de Navarro, que concibe como generadoras de espacios para la confrontación de ideas. Este
paisaje escultórico se compone de elementos arquitectónicos que actúan como vehículos con
los que el artista traduce para el espectador la experiencia del paisaje de la ciudad. Con esta
obra, Navarro invita a reflexionar sobre la noción de la escala humana y sobre la dialéctica entre
arquitectura y escultura.
Sala 204
Christian Boltanski empezó a ser conocido a partir de 1986 por sus instalaciones de viejas
fotografías, ropa y demás artículos personales que presenta como objetos y como vestigios de
las vidas de otras personas. Los espacios creados por este artista evocan pequeños teatros o
iglesias y suscitan una silenciosa admiración y una aguda sensación de pérdida y ausencia. El
trabajo de Boltanski permite explorar la recuperación de la memoria colectiva tras el acontecer
de la tragedia a través de los recuerdos de las vidas individuales. En Humanos (1994)
Boltanski utiliza las fotografías de más de mil de personas anónimas procedentes de archivos o
medios de comunicación. Con ellas, el artista intenta evocar su muerte y su desaparición, al
tiempo que también habla de la pérdida de su identidad.
Sala 208
Algunos artistas de los años 60 defendían que el arte podía ser producto de una idea, en
lugar de una emoción, el concepto o la idea primaba sobre su realización. Para Sol LeWitt, ello
implicaba la creación de un sistema lógico en forma de instrucciones escritas que moldeaban el
resultado de una obra de arte antes de su ejecución.
Mural N.º 831 (Formas Geométricas) (1997),
expresamente concebida por LeWitt para esta sala, fue una de las primeras obras en pintura
acrílica del artista. Con sus vivas y saturadas tonalidades y formas geométricas irregulares que siguen la arquitectura curvada de la galería diseñada por Frank Gehry, esta obra se fusiona con
su entorno arquitectónico y lo transforma.