Breve reseña histórico-artística de la obra

La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que se venera en el municipio jiennense de Jódar es una talla en madera policromada. Su tamaño es ligeramente superior al natural. Representa a Cristo camino del Monte Calvario, cargando con la cruz sobre el hombro izquierdo.

Concebido para vestir, es el titular cristífero de la Antigua, Real e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura. Hace estación de penitencia en la Madrugada del Viernes Santo y recibe culto en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de dicha localidad.

Se trata de una obra realizada en Sevilla por Carlos Bravo Nogales (1940), aunque su actual composición es fruto de distintas intervenciones, ya que todo el cuerpo fue reemplazado por uno de nueva factura en el año 2007, quedando de la escultura original simplemente la cabeza, las manos y la mitad de los pies.

Estado de conservación (I)

Las principales patologías que presentaba la imagen son las que tienen que ver con su presentación estética; aunque cabe destacar los anclajes de los pies a la peana. Dichos anclajes estaban debilitados dada la escasa superficie de sujeción del Cristo a la peana, que era hueca y de grandes proporciones.

La anatomía interior que presentaba el Nazareno, posterior como hemos dicho a su autoría original, era de escaso valor artístico, con desproporciones anatómicas -desmesuradas en algunas zonas, como los tobillos y las rodillas- y escaso cuidado en cuanto a su presentación artística.

El cuerpo se encontraba, además, policromado sobre el material, sin ninguna preparación de base de estuco sobre el mismo, la cual no solo suaviza sino también impide la aparición de fisuras y grietas.

En cuanto a la policromía de las zonas, era de escasa naturalidad, pobre en tonalidades y matices, e irregular en su conjunto, debido igualmente a las desafortunadas intervenciones que ha sufrido la talla.

Estado de conservación (II)

La imagen presentaba un sudario tallado muy voluminoso que, al ser vestida la imagen con prendas naturales, proyectaba unos volúmenes poco estéticos sobre los ropajes.

Los brazos también son de posterior factura. Se encontraban fijos, lo que dificultaba enormemente la función de ataviar a la imagen, además de impedir la debida actitud del simulacro de abrazar la cruz.

Por último, sobre sus sienes el Nazareno galduriense portaba una corona de espinas naturales, confeccionada separadamente de la talla y guardando poca armonía con la misma.

Proceso de intervención (I)

En primer lugar, ha sido retirado el estrato policromo sobre la madera, siendo reparados los desperfectos y eliminados algunos objetos metálicos que poseía la talla, sustituyendo los principales por pernos realizados en madera de haya. A continuación, se ha inyectado resina líquida desde el exterior, en toda la superficie del simulacro, con el fin de consolidarlo en el interior.

En el caso de la anatomía, ha sido levemente retallada con el fin de suavizarla y eliminar muchas desvirtuaciones anatómicas, siendo retocadas otras para dotar a la talla de una mayor naturalidad. También se ha efectuado un pequeño retoque en la boca para suavizar el gesto de la misma.

Se han cubierto con cintas de tela de lino todas las líneas de unión de piezas y ensambles, para evitar la exteriorización de posibles fisuras posteriores.

La peana ha sido sustituida por una de pino macizo y proporciones más armoniosas. La nueva peana simula un suelo empedrado y arenoso que recuerda el camino hacia el Calvario. Además incorpora en el canto una moldura dorada y decorada con imitación de carey y un texto en latín en letras doradas que reza "IESVS NAZARENUS REX IDAEORUM". Asimismo, se han ensamblando correctamente los pies a la misma, dotando a la escultura de gran consistencia y estabilidad.

Los brazos han sido sustituidos por otros articulados de rotación de bola, que además de facilitar las labores de atavío permiten el movimiento de los mismos y realizar correctamente la función de sujetar la cruz.

Proceso de intervención (II)

Se ha estucado la pieza en toda la superficie con un nuevo estuco (sulfato cálcico y cola animal), dotado de calidad y poder de adhesión. Posteriormente, esta preparación ha sido cuidadosamente aparejada a base de canutillo de lija y preparada para ser policromada.

Se ha dotado a la imagen de una nueva policromía de mayor calidad artística, rica en tonalidades y matices que realza el modelado de la pieza. La nueva policromía, aplicada al óleo, tiene un estudio más acertado de los efectos del martirio de Cristo en el pasaje que representa esta imagen.

Han sido incorporadas gotas de sangre realizadas con cristal. También se ha creído conveniente dotar a la escultura de unas pestañas de pelo natural en los párpados superiores.

Finalmente, la efigie del Nazareno ha sido protegida y pulimentada mediante la aplicación de cera natural. Se ha llevado a cabo también una nueva corona de espinas.

Conclusiones

La intervención ha contado con tratamientos destinados a eliminar los daños existentes en la imagen, además de, por expresa petición de su hermandad, actuaciones relacionadas con su presentación estética y artística, teniendo en cuenta en todo momento el carácter devocional y procesional de la misma.

En la próxima estación de penitencia, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno estrenará una cruz arbórea, tallada en madera de cedro policromada y dorada, que actualmente está llevando a cabo Montes Carpio.