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BUSTO DE DOLOROSA Ventura Gómez Rodríguez La Virgen expresa un profundo sentimiento de aflicción, pero comedido y reservado, procurando no desfigurar el aniñado semblante. Se halla a medio camino entre el dulcificado prisma dieciochesco de Duque Cornejo y la moderna idealización de Duarte, maestro del autor. |
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SAN IGNACIO DE LOYOLA Francisco Fernández Enríquez El veterano autor prescinde prácticamente de todo tipo de artificio para ofrecer una creación sumamente estilizada del fundador de la Compañía de Jesús, muy representativa de su espiritualidad y de la estética contemporánea del arte religioso que se desarrolló tras la reforma litúrgica. |
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BUSTO DE CRISTO Ángel Velázquez Vega Circunspecto y absorto en el sacrificio venidero, el Varón presenta un gran realismo en sus facciones y un pormenorizado modelado de los cabellos y la barba, ambos rasgos típicos de la corriente neobarroca practicada en Sevilla durante las últimas décadas. |
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VIRGEN DE LOS DOLORES Sebastián Montes Carpio La imagen sostiene entre sus manos la mortaja del Hijo y dirige con fervor sus ojos azules hacia el cielo. El autor ha llevado a cabo una Virgen deudora de los idealizados modelos de su maestro Antonio Bernal, despojada del intenso dramatismo que muestran sus hechuras cristíferas. |
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ÁNGEL Francisco Romero Zafra Las coloridas alas desplegadas, el pelo alborotado por el viento, la movida pose y el paño de tejido natural a modo de faldellín otorgan gran dinamismo a una pieza que, como es habitual en el autor, presenta un desnudo anatómico heredado de los grandes maestros italianos. |
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INMACULADA Manuel Martín Nieto El autor se aparta de la clásica versión orante y mística de la Inmaculada Apocalíptica para ofrecer una Virgen más humana y cercana al espectador que la contempla. María extiende su brazo izquierdo para dispensar su gracia mientras se lleva coquetamente la mano derecha al pecho. |
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VIRGEN DEL AMOR Rafael Martín Hernández El autor, de origen gaditano, ofrece un semblante de finos rasgos, ensimismado en su dolor y cercano a los cánones actuales de belleza femenina. Por sus mejillas corren cinco lágrimas de cristal que simbolizan las Cinco Angustias padecidas por la Virgen durante la Pasión de Jesús. |
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ECCE HOMO Francisco Fernández Enríquez De carnaciones muy oscuras, responde a un modelo iconográfico bastante cultivado por el escultor. La implorante mirada hacia el cielo de Jesús, sus facciones consumidas por los tormentos y las lágrimas que surcan su rostro otorgan un gran sentido trágico a la obra. |
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DOLOROSA Ángel Velázquez Vega De nuevo el autor opta por un modelo taciturno y ausente para reflejar un simulacro pasionista; en este caso, la aflicción de la Mater Dolorosa. El aditamento postizo de la cabeza y las ropas naturales, que sólo descubren rostro y manos, realzan el naturalismo de una obra de clara estirpe estilística sevillana. |
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TERNURA ALENTADORA José María Ruiz Montes Pieza de gran interés, heredera de los descarnados modelos que artistas como Benlliure o Palma García difundieron con éxito en la tierra natal del escultor durante la primera mitad del XX. Cristo es abrazado y ungido por su Madre y María Magdalena tras ser descendido del madero. |
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